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El enrevesado voto de Cataluña: serán los tránsfugas los que la separen de España
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DIRIGENTES POLÍTICOS ANUNCIAn EL VOTO PARA SUS RIVALES

El enrevesado voto de Cataluña: serán los tránsfugas los que la separen de España

Los reposicionamientos en estas elecciones responden a la excepcionalidad de las mismas. La cuestión nacionalista ha dinamitado el eje derecha/izquierda y ha variado la tipología de voto

Foto: Preparación de las cabinas y las urnas paras las elecciones. (EFE)
Preparación de las cabinas y las urnas paras las elecciones. (EFE)

¿Tránsfugas o no tránsfugas? Destacados militantes de algunas formaciones han cambiado de bando y reniegan de sus antiguos compañeros. Otros continúan en su formación pero anuncian el voto para los rivales. ¿Tan revueltas están las aguas del ‘oasis’ catalán? ¿Cómo se ha podido llegar a situaciones aparentemente absurdas?

La respuesta la da un miembro de la cúpula de Convergència Democràtica de Catalunya (CDC): “Existe un movimiento que sobrepasa a los partidos. Lo que ha pasado en Cataluña en los últimos años nos ha cogido desprevenidos a todos y hemos tenido casi improvisar. Pero de lo que se trata es de no perder el contacto con la realidad y hacer piña con la gente de la calle”. De lo que no hay duda es de que será el voto de esos ‘tránsfugas’ el que finalmente decidirá si Cataluña se separa de España.

En Convergència son conscientes de que hay un sector radical de Esquerra Republicana de Catalunya (ERC) que va a votar a la Coordinadora d’Unitat Popular (CUP). Son ciudadanos independentistas que no votarían jamás una lista en la que vaya Artur Mas. No por ser de CDC, sino porque lo consideran “de la derecha”… y la CUP equilibra en su ideario el soberanismo y el izquierdismo. Uno de los exdirigentes republicanos que votará CUP, por ejemplo, es el presidente de Esquerra Josep Lluís Carod-Rovira. “Lo ha dicho y hay que respetarlo, pero se equivoca, porque la CUP no es alternativa de gobierno”, subraya la fuente citada. En esa dinámica, hay un voto moderado de Convergència que tampoco votará una lista que integre al ‘izquierdista’ Oriol Junqueras, de Esquerra. Y esos votos pueden trasvasarse hacia Unió Democràtica, donde Ramon Espadaler intenta preservar el espíritu de CiU.

También la concejal Gala Pin, que concurrió en las listas de Barcelona en Comú (la coalición de ICV, Podemos y Guanyem) se decanta por el radicalismo independentista. Íntima amiga de la alcaldesa Ada Colau y compañera suya en el Observatorio DESC durante años, no tuvo empacho en lanzar un tuit en el que pontificaba que “la trayectoria, honestidad y confianza que tengo en mujeres como Gabriela Serra, Mireia Veca y Anna Gabriel explican porqué votaré a la CUP”. ¿Abandona, pues, Barcelona en Comú, la coalición de Podemos? No.

Fue un torpedo a su propia formación, pero comprensible.”El segundo del Ayuntamiento, también de Barcelona en Comú, Gerardo Pisarello, dijo hace ya un tiempo que su postura enlas elecciones del 27-S sería votar a Junts pel Sí”, explica otra fuente a El Confidencial. Aún así, Pin anunció enseguida a través de otro tuit: “Segura de que también harán una labor exquisita al Parlament Lluís Rabell, Marc Bertomeu, Albano Dante, David Cid y Joan Coscubiela. No va de siglas, va de objetivos”. Y, para rematar, un deseo: “En resumen, creo que el 28S podemos tener un Parlament de calidad si tenemos mucha gente que a en la lista de CUP y de CatSiQueEsPot [la candidatura de ICV y Podemos para las autonómicas]”.

La extraña alianza

El propio cabeza de lista de Junts pel Sí, Raül Romeva, es un foráneo. Pasar de ecosocialista a aliado de Artur Mas no es precisamente una trayectoria habitual ni coherente. El propio Romeva lo dejó caer durante la campaña: “Algo está cambiando para que la gente no vote a su partido”. Nadie mejor que él para saberlo, claro. Los otrora cercanos al socialismo miembros de La Trinca tienen ahora nuevas banderas. Josep Maria Mainat, Miguel Ángel Pascual y Toni Cruz reclaman ahora la independencnia en las filas de Junts pel Sí como hace décadas reclamaban el voto social. ¡Y qué decir de Lluís Llach, que llegó a demandar a Felipe González porque se sentía estafado al haberle votado y luego no haber cumplido su programa electoral!

Lluís Llach que estaba al lado de los movimientos radicales de los años 70 y 80, que luego pasó por el voto a PSC y que ahora ha recalado en una lista… ¡junto a Artur Mas!. La comunión del izquierdismo radical con la derecha neoconservadora era una quimera hace tan sólo unos años, pero el oasis catalán ha obrado el milagro. Sólo se puede entender una alianza de estas características bajo el paraguas de unas circunstancias únicas. Si alguien, hace un lustro, hubiese hablado de una coalición de estas características le hubiesen tachado de loco.

También ha habido trasvase de conciencias en otras coordenadas. El actor Juanjo Puigcorbé, alineado con las tesis socialistas en los años 90, es ahora segundo de a bordo de los republicanos en el Ayuntamiento de Barcelona. O Germà Bel, que podría haber pasado por socialista hace un tiempo, ahora es cabeza de Junts pel Sí en Tarragona. Ya no se trata de alianzas antinatura como las anteriores, pero no dejan de tener su importancia a la hora de trazar una radiografía de la Cataluña actual.

Los reposicionamientos en estas elecciones responden a la excepcionalidad de las mismas. La cuestión nacionalista ha dinamitado el eje derecha/izquierda y ha variado sustancialmente la tipología de voto. Josep Jover, abogado y dirigente del Partido Pirata (que acude por primera vez coaligado con la CUP) lo explica diáfanamente: “Es muy difícil de explicar fuera de Cataluña, pero el control de voto ya no lo tienen los partidos políticos, sino el nivel asociativo. El control social ha ido preconstituyendo ese voto independentista y los políticos han ido a remolque. En otras palabras, tienen más peso las relaciones sociales por las circunstancias excepcionales de estas elecciones. Artur Mas se puso al frente de la manifestación porque sus bases se lo exigían. Y las elecciones del 27S no han sido propiciadas por el poder, sino desde el poder acuciado por la sociedad”.

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¿Tránsfugas o no tránsfugas? Destacados militantes de algunas formaciones han cambiado de bando y reniegan de sus antiguos compañeros. Otros continúan en su formación pero anuncian el voto para los rivales. ¿Tan revueltas están las aguas del ‘oasis’ catalán? ¿Cómo se ha podido llegar a situaciones aparentemente absurdas?

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