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Militantes independentistas intentan boicotear el mitin de Iglesias en Barcelona
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EL LÍDER DE PODEMOS SE ENFRENTA A LOS DIRIGENTES RADICALES

Militantes independentistas intentan boicotear el mitin de Iglesias en Barcelona

Se han dado cuenta de que muchos votos que podían recibir se desplazan hacia la candidatura de Podemos, que defiende con más intensidad las reivindicaciones sociales

Foto: l cabeza de lista de Catalunya Sí que es Pot, Lluís Ravell, y la número dos de la candidatura Gemma Liena (i), acompañados por el secretario general de Podemos, Pablo Iglesias (c). (EFE)
l cabeza de lista de Catalunya Sí que es Pot, Lluís Ravell, y la número dos de la candidatura Gemma Liena (i), acompañados por el secretario general de Podemos, Pablo Iglesias (c). (EFE)

Si no puedes con ellos, boicotéalos. Ésa parece ser la máxima de los independentistas radicales catalanes, que han situado en el punto de mira a Pablo Iglesias y a la candidatura donde se integra Podemos bajo las siglas Catalunya Sí que es Pot (Cataluña sí que se puede), encabezada por Lluís Rabell. Lo cierto es que los dardos de los radicales van dirigidos directamente contra Iglesias, porque los independentistas se han dado cuenta de que muchos votos que podían recibir se desplazan (ya se desplazaron en las europeas y, sobre todo, en las municipales) hacia la candidatura de Podemos, que defiende con más intensidad las reivindicaciones sociales. De hecho, Podemos sirvió de freno a la que parecía imparable ascensión independentista. Y eso, desde algunos puntos de vista, no se puede permitir.

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De ahí que esta mañana un grupo de radicales intentasen boicotear el mitin de Pablo Iglesias en el barrio del Carmel, uno de los distritos obreros de Barcelona. Eran sólo un puñado de activistas, algunos de ello sal parecer miembros de la Coordinadora d’Unitat Popular (CUP), que desplegaron una pancarta con el lema Orgullosas de nuestros orígenes. Humilladas por tu etnicismo.

Este despliegue hacía referencia a las declaraciones de Iglesias unos días antes. La secuencia de los hechos es divertida: el cantante Lluís Llach, cabeza de lista de Junts pel Sí por Gerona, afirmó en una radio que Pablo Iglesias debía tener obsesiones sexuales con el presidente de la Generalitat, Artur Mas. Iglesias fue a Cataluña a responderle: “Si Mas quiere sexo, lo esperamos con un azote”. Ya continuación hizo un llamamiento a los descendientes de “andaluces y extremeños” diciendo que “esta gente de barrio que no se avergüenza de tener abuelos andaluces o padres extremeños ha de enseñar los dientes. No podéis consentir que os hagan invisibles en Cataluña. Todos a votar el día 27”.También había considerado indispensable echar fuera a Mariano Rajoy en España y a Artur Mas en Cataluña. Al cuello se le echaron no sólo los compañeros de candidatura del presidente catalán, sino los radicales de la CUP, que desde hace unos meses intentan blindar a Artur Mas de cualquier ataque político.

Primero el servicio de seguridad y luego los Mossos d’Esquadra, aislaron a los boicoteadores del mitin de hoy, cuya protesta no pasó a mayores. La anécdota, sin embargo, dibuja muy claramente la estrategia de los independentismo catalán, que está movilizado al 100% en estas elecciones. La irrupción de los descontentos de Podemos ha dinamitado el espectro político catalán: recortaron severamente el segmento socialista pero también arrastró un aluvión de votos del independentismo que prefiere ahondar en las cuestiones sociales antes que en las identitarias.

Enfrentamiento entre líderes

El propio Iglesias también impulsa la estrategia de enfrentamiento con la CUP. En su día, criticó al entonces diputado David Fernández por su apoyo a Artur Mar y, especialmente, por el efusivo abrazo de ambos durante la pseudoconsulta del 9 de noviembre. Los últimos días, ha habido también un intenso rifirrafe entre ambos. Fernández afeó a Iglesias la alusión a los antepasados andaluces y extremeños y le acusó de “intentar dividir a los catalanes por su origen”. Y añadía : “Vengo de Zamora. Soy independentista”.

Hoy mismo, el líder de Podemos pidió que los dirigentes de la CUP se pronuncien públicamente sobre si permitirán investir presidente a Artur Mas (que no es cabeza de lista, sino el cuarto de su candidatura) después de las elecciones del 27S. “Todos los que tienen dudas sobre si van a votar a Mas, que nos miren a los ojos y lo aclaren”.

Fuentes críticas señalan a El Confidencial que “el discurso de la CUP en las últimas semanas es muy vago. Su mensaje se centra en que en estos momentos es más necesaria que nunca la unidad del independentismo para proclamar la independencia, lo cual deja las puertas abiertas a que los radicales voten a favor de Mas en la investidura. Es más, parece que toda su estrategia va dirigida a intentar justificar luego su voto favorable a la investidura”.

Las encuestas conocidas hasta el momento le dan a la candidatura unitaria de Mas, Junts pel Sí, una holgada mayoría, pero no la suficiente como para acercarse a la absoluta. En cambio, las encuestas apuntan a que con los escaños de la CUP el independentismo catalán rozaría la mayoría absoluta en el Parlamento catalán. En realidad, podría llegar a unos 74 diputados, según las encuestas más optimistas. Ello significaría un porcentaje de escaños exactamente igual que el que tienen ahora, con la novedad de que en estos momentos Convergència y Esquerra suman 71 escaños (la mayoría absoluta se sitúa en 68) y el 27 de septiembre pueden bajar a una horquilla de entre 60 y 65 escaños. Quien sí podría experimentar un importante avance sería la CUP, que se beneficiaría de un voto de ERC descontento de que su partido haya pactado una lista con Artur Mas.

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Si no puedes con ellos, boicotéalos. Ésa parece ser la máxima de los independentistas radicales catalanes, que han situado en el punto de mira a Pablo Iglesias y a la candidatura donde se integra Podemos bajo las siglas Catalunya Sí que es Pot (Cataluña sí que se puede), encabezada por Lluís Rabell. Lo cierto es que los dardos de los radicales van dirigidos directamente contra Iglesias, porque los independentistas se han dado cuenta de que muchos votos que podían recibir se desplazan (ya se desplazaron en las europeas y, sobre todo, en las municipales) hacia la candidatura de Podemos, que defiende con más intensidad las reivindicaciones sociales. De hecho, Podemos sirvió de freno a la que parecía imparable ascensión independentista. Y eso, desde algunos puntos de vista, no se puede permitir.

Artur Mas
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