El cinturón industrial de Barcelona, obrero, rojo y 'español', sigue al margen de la Diada

En la mayor parte de las ciudades del cinturón industrial de Barcelona –L’Hospitalet, Badalona, Cornellà, Santa Coloma, etc– la mañana ha transcurrido más con tranquilidad dominguera que como el calentamiento de la gran movilización que tendrá lugar esta tarde en La Meridiana. Si es en este entorno urbano, tradicionalmente abstencionista en las autonómicas, donde se juega la victoria del 27S, la Diada de hoy aporta pocas pistas de lo que al final pasará en los comicios.

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Además, tras tres años de movilización independentista, muchos de los antiguos termómetros ya no sirven. Antes, las banderas catalanas en las ventanas eran un síntoma de cómo se vivía en esos barrios la Diada. Hoy, con la fiebre de las esteladas en las fachadas, ya no es posible distinguir la Diada del 11 de septiembre de un día corriente y moliente. Se ve menos tráfico, tiendas cerradas y típico ambiente de día festivo. Poco más.

¿Debe estar el independentismo intranquilo? Sólo por la lluvia, no vaya el agua a hacer acto de presencia esta tarde en la Meridiana. Un chaparrón a las 8,30 h ha disparado algunas alarmas. Y cielo cubierto toda la mañana. Algunos paseantes en L’Hospitalet han salido con el paraguas pero lo llevan cerrado. Exceso de prudencia.

L’Hospitalet de Llobregat es tradicional feudo socialista y la segunda ciudad de Cataluña. Allí, bares a medio gas, comercios cerrados y ambiente de domingo tranquilo en calles del centro y de barrios como Collblanc. Lo mismo en Sants, ya en Barcelona, hoy territorio de ERC. Sólo algunas tiendas regentadas por chinos están abiertas.

Ciudad Meridiana, testigo de la historia

La conexión con la inmigración castellanohablante será una de las claves este año. La gran manifestación convocada por la ANC se celebra en la Meridiana, vía falta del glamour de escenarios de años anteriores como fue el caso de Paaseode Gracia, la Gran Vía o la Diagonal. En cambio, la Meridiana da nombre a Ciudad Meridiana, una parte de Barcelona que tiene más en común con ese cinturón industrial, poco entusiasta de la catalanidad y más de Estopa y de Jordi Evole que de Junts pel Sí.

Ciudad Meridiana es el barrio más pobre de Barcelona, el más castigado por los desahucios y unode los graneros de votos de la nueva alcaldesa, Ada Colau, que ya anunciado que no participará en la manifestación, por considerarla un acto de partido a favor de Junts pel Sí.

Aprovechando la visibilidad que les dará la manifestación las asociaciones de vecinos de La Sagrera, Navas, Sant Andreu del Palomar, Torre Llobeta, Porta, Clot-Camp de l'Arpa, Sant Andreu Nord-Tramuntana, Congrés-Indians, Prosperitat y Associació de Veïns de Meridiano Cero solicitaron en un comunicado esta semana un proyecto integral para toda la avenida de manera que el vehículo carezca de prioridad en la Meridiana para que deje "de ser una autopista" y se dé prioridad al transporte público y a la bicicleta, para la que se pide un carril "segregado, seguro y en calzada". Una llamada de atención y una crítica a años de olvido.

En el otro extremo del área metropolitana, en L’Hospitalet de Llobregat tampoco es fácil hacerse una idea del seguimiento que tendrán el independentismo el 27S. Un día después del comunicado de los vecinos de la Meridiana, el pasado 8 de septiembre, la ANC celebró un acto para calentar motores supuestamente para debatir el futuro laboral en una hipotética Cataluña independiente. Desembarcó con sus mejores armas: su presidente, Jordi Sánchez,y la escritora Empar Moliner ejerciendo de animadora. Estaban invitados los secretarios generales de UGT y CCOO en Catalunya. Pero sólo asistió este último, Joan Carles Gallego, ya que UGT consideró a última hora que no era conveniente su asistencia en esta circunstancias políticas.

Obreros en L’Hospitalet

Sánchez aprovechó la convocatoria para vender las bondades de la independencia aunque advirtió que en los primeros años la tasa de paro seguiría siendo elevada. “Tendremos una oportunidad única para definir nuestros derechos para ver como se regulan los derechos de los trabajadores en el marco laboral”, defendió Sánchez.

Gallego fue mucho más prudente. Evitó definirse como independentista. Y sólo remarcó los aspectos de la legislación que, a su juicio, deberían modificarse.

El público eran unas 70 personas. La mayoría jubilados y catalano-hablantes. Obreros como tal, casi ninguno. Y la intervención más aplaudida no fue la de ninguno de los ponentes sino la de un sindicalista prejubilado que terminósudiatriba contra el sistema capitalista diciendo que él no iba a votar a Junts pel Sí: “¿Cómo voy a votar a los hombres que han permitido la reforma laboral que nos ha hecho estar así?” Por cierto, fue la única intervención en castellano.

Con actos así resulta difícil saber que hará el denominado cinturón rojo de Barcelona, por su tradicional tendencia a votar al PSC o más a la izquierda. De la movilización del día de hoy, que volverá a ser un éxito para el independentismo, quizá sería precipitado extrapolar determinados resultados electorales. El mayor misterio del 27S sigue si desvelarse.

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