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Salvador Illa supera su segundo debate de política general por la falta de oposición
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Acercamiento a ERC y los comunes

Salvador Illa supera su segundo debate de política general por la falta de oposición

El presidente catalán se aferra al tema de la vivienda, con la promesa de 214.000 hogares más. Salió airoso pero no por sus buenas políticas, sino porque no tiene a nadie que le fuerce a una rendición de cuentas

Foto: El líder del PP en Cataluña, Alejandro Fernández, junto Salvador Illa, en un foto de la campaña electoral. (Europa Press/Alberto Paredes)
El líder del PP en Cataluña, Alejandro Fernández, junto Salvador Illa, en un foto de la campaña electoral. (Europa Press/Alberto Paredes)
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Salvador Illa volvió a superar un debate de política general en el Parlament. Fue el segundo. El presidente de la Generalitat y líder del PSC aprovechó la ocasión para acercarse a ERC y los Comunes. Y Junts volvió a quedar aislado. Pero si salió indemne, pese a carecer de una mayoría suficiente y de no tener presupuestos, fue porque no tiene oposición. Esquerra está desesperada por llegar a un acuerdo, Junts no encuentra los puntos débiles y la ultraderecha está tan obsesionada con la inmigración, que sus intervenciones quedaron un tanto diluidas.

Illa se aferró al tema de la vivienda. Es la gran preocupación de los catalanes. Subió la apuesta: 214.000 hogares más. Espera que cuando acabe la legislatura, muchos catalanes vean grúas en sus pueblos y ciudades. También anunció que la Sareb ha cedido a la Generalitat la gestión de 13.000 pisos.

Era una bala de plata que el president se guardó. Y consiguió que dos días seguidos se hablase de esta problemática, uno de los temas que más preocupa a los comunes. Al final, se pactaron propuestas de resolución con los Jèssica Albiach, se incluyó la rehabilitación en la vivienda y la Generalitat creará la Casa de Acogida Palestina: una universidad refugio que servirá de red de acogida integral.

Junts se centró en la “desnacionalización” y focalizó los tres días de debate en intentar que Illa pagase las facturas pendientes de Pedro Sánchez en Suiza. De manera elegante, Illa eludió la cuestión. Luego, en las votaciones, quedó claro. Junts llevó una propuesta de resolución para resolver el conflicto político a través de una consulta, aunque en realidad lo que decía el pacto de Bruselas –que el PSC no firmó– era "proponer" la celebración de un referéndum, mientras que el PSOE "defendería" el despliegue del Estatuto del 2006. Los diputados del PSC se han negado a votar a favor de esta propuesta de resolución.

Foto: junts-envia-mensaje-sanchez-illa-asi-no-continuar

¿Y nadie hizo oposición? No, el líder del PP catalán, Alejandro Fernández, sí que lo intentó. Puso a Illa contra las cuerdas a cuenta de su reunión con Carles Puigdemont en Bruselas cuando le espetó: “La presidencia de la Generalitat merece otra dignidad. Un presidente de la Generalitat no puede ir por el mundo haciendo de suplente de Santos Cerdán, por el amor de Dios, por el amor de Dios”.

Salvador Illa fue sutil en su defensa cuando le contraargumentó: “¿Cómo quiere usted que yo, como presidente de la Generalitat, le pida a los ciudadanos de Cataluña que se puedan respetar, que puedan convivir sin insultarse, que puedan entender que hay maneras muy diferentes de ver cómo va, cómo debe ir, ver hacia dónde debe ir Cataluña y no conozca al líder del segundo partido en el Parlament y expresidente de la Generalitat de Cataluña?”.

Pasado y futuro

Illa y Alejandro Fernández representaron las dos caras del constitucionalismo. El presidente catalán apuesta por la conllevancia con el independentismo y mirar al futuro. El líder del PP, como muchos catalanes, todavía está afectado por lo que pasó en 2017, el momento más delicado que ha vivido Cataluña en su historia reciente y le sigue pesando más el pasado. Luego ambos se enzarzaron en acusaciones personales que no venían mucho a cuento. Fernández le quiso implicar en el caso Koldo e Illa puso en duda el peso de Fernández en su propio partido. Ambas aportaciones del todo prescindibles.

El PP sigue mirando al pasado, le duele 2017, mientras que Illa apuesta por el futuro

Vox y Aliança Catalana fueron a lo que fueron: la inmigración. Los dos partidos, con postulados similares en esta cuestión, hicieron planteamientos simples para problemas complejos. Pero no obtuvieron el eco de otras veces.

Marco establecido

En las propuestas de resolución ya quedó un marco establecido. PSC y ERC pactaron una propuesta a favor de la financiación singular. Junts se quedó fuera, al entender que no era un concierto. Illa se salió con la suya y sigue cerca de los republicanos, aunque detalles sobre el nuevo sistema no dio ninguno en el debate. Junts quiere pintar algo en la nueva financiación, pero tras las sesiones parlamentarias de estas semanas, todo apunta que vuelve a quedarse en el rincón, lejos de los grandes consensos de la política catalana.

La amenaza de velada de Junts de hacer caer a Sánchez y de regresar a la unilateralidad si Illa no asume como propias las facturas pendientes de la Moncloa con el independentismo quedaron en las habituales baladronadas de los de Puigdemont, conscientes de que el coste de hacer caer a Sánchez con una moción de censura junto al PP y Vox tiene un precio excesivo.

Salvador Illa volvió a superar un debate de política general en el Parlament. Fue el segundo. El presidente de la Generalitat y líder del PSC aprovechó la ocasión para acercarse a ERC y los Comunes. Y Junts volvió a quedar aislado. Pero si salió indemne, pese a carecer de una mayoría suficiente y de no tener presupuestos, fue porque no tiene oposición. Esquerra está desesperada por llegar a un acuerdo, Junts no encuentra los puntos débiles y la ultraderecha está tan obsesionada con la inmigración, que sus intervenciones quedaron un tanto diluidas.

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