Diada: guerra en el independentismo por Palestina y los ultras de Aliança Catalana

La Diada de este año ya no es una cuestión de Cataluña contra España sino que se dirime en las múltiples grietas que separan al independentismo. Una es la presencia de la bandera Palestina en la manifestación del 11 de septiembre. El otro, la asistencia de Aliança Catalana (AC). El grupo de ultraderecha independentista quiere utilizar la manifestación que organiza cada año la ANC para reivindicar su pujante papel dentro del movimiento independentista catalán. En ambos casos, estamos hablando de factores de tensión que pueden provocar que este jueves acabe siendo una jornada complicada.

Muchos sectores vinculados a la izquierda independentista son partidarios de usar la repercusión mediática que siempre tiene la manifestación del 11 de septiembre, con imágenes en todas las televisiones del mundo, para que Cataluña muestre su solidaridad con el pueblo palestino. El propio presidente de la ANC, Lluís Llach, compuso en su día una canción denominada “Palestina” y ha sido siempre un ferviente defensor de la causa desde los tiempos de Yaser Arafat. Pero lo mismo pasa con ERC y la CUP. El ejemplo de las recientes protestas en La Vuelta Ciclista a España sirve de modelo a este sector: no pueden admitir que 'los españoles' muestren más preocupación por otro pueblo sin Estado que ellos.

El problema es que buena parte del sector dominante en Junts –David Madí, los hermanos Piqué, Pilar Rahola, Vicenç Villatoro­– siempre han sido marcadamente prosionistas. Algunos opinadores del independentismo han llegado a pedir una “tregua” alrededor de esta cuestión para evitar males mayores.

La ANC ya mostró su apoyo a la flotilla que salió de Barcelona, en teoría, para romper el bloqueo israelí, lo que incomodó a este sector del independentismo. La AC de Silvia Orriols, marcadamente islamófoba, estaría en la misma línea.

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M. Velasco

Pero eso no ha evitado diversas campañas en redes sociales para que los manifestantes lleven banderas palestinas a la manifestación de la tarde del 11 de septiembre. Y muchas reacciones contrarias también. Incluso de independentistas que aseguran que no acudirán a la concentración justo por este tema. Además, el reciente posicionamiento del Gobierno de Pedro Sánchez coloca la crisis de palestina en primera línea de la actualidad a 48 horas de la Diada.

Situación anómala

Si la el debate 'Palestina-Sí, Palestina-No', no enrareciese suficientemente el ambiente, Lluís Llach ha salido a rectificar un titular del diari Ara a una entrevista suya que destacaba que “Aliança Catalana y Vox no respetan los derechos humanos”. En redes, Llach ha señalado que “la ANC no excluye de la Diada a nadie. A nadie. Lo he dicho segundos antes del vídeo que se muestra y lo he repetido y se ha publicado en todos los periódicos. La ANC no excluye el gorro independentista. No es que no se invite a AC. Sencillamente, no se invita a ningún partido”. Llach y los organizadores están en una posición de profunda incomodidad con esta cuestión. El año pasado, la ANC aseguraba que “Aliança no era bienvenida”. Ahora, ya no se atreven.

La ANC organiza la manifestación, pero la misma ha perdido mucha fuerza desde que el año pasado el presidente de la Generalitat Salvador Illa y los miembros de su gobierno decidieron no asistir.

Orriols ha dejado caer que no irían, pero el partido no ha sido claro. En sus comunicados oficiales es como si la manifestación no existiese. De hecho, sí que han fletado autocares para acudir al acto previo de la noche en el Fossar de les Moreres, en el barrio Gótico de Barcelona. Fuentes independentistas califican este acto como el punto de más riesgo, donde las diversas facciones del independentismo hacen ofrendas y discursos en recuerdo de los caídos en la toma de Barcelona de 1714. Ahí se espera que el choque entre grupúsculos de ideología contraria pueda resultar más bronco.

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Desde el punto de vista de AC, parece extraño que traslades cientos de manifestantes a Barcelona el día antes para un acto nocturno y luego pierdas el impacto mediático de la marcha del día siguiente, que es festivo en Cataluña.

Contexto más delicado

La manifestación de la Diada se prevé que sea más pequeña este año por la propia desmovilización de la ANC. Muchos secretarios locales han dimitido tras las divisiones que se han provocado con la secretaria de Llach y el debate alrededor de la lista única. Ha quedado muy mermada la capacidad para traer autocares de comarcas, lo que está haciendo AC, por ejemplo. Y la organización ya no tiene la capacidad de antaño. Una marcha más reducida y por tanto más concentrada es un caldo de cultivo perfecto para que toda esta tensión previa pueda derivar en enfrentamientos entre manifestantes.