El 'sunset spot' más increíble de Cataluña "frente a un acantilado mágico": lo encontrarás en un restaurante mediterráneo con vistas al mar

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Los atardeceres han dejado de ser solo un momento del día para convertirse en auténticos rituales. En la costa catalana, un restaurante junto al mar ha conquistado a viajeros, fotógrafos y amantes del "tardeo" por ofrecer una experiencia visual única cada vez que cae el sol. Situado en plena naturaleza, este paraje ha sabido ganarse un lugar en la agenda estival de quienes buscan belleza sin artificios.

Uno de los mejores lugares para ver el atardecer en Cataluña se encuentra en la Costa Brava, frente a un acantilado de ensueño. Cap Sa Sal, un restaurante mediterráneo con vistas al mar, se ha convertido en el nuevo rincón de moda para los amantes de la golden hour.

Un rincón escondido entre los pinos

La tendencia de buscar los mejores atardeceres —popularizada por los llamados golden hour hunters— ha elevado algunos rincones del litoral catalán al estatus de icono. Entre ellos, Cap Sa Sal, en Begur, destaca como uno de los sunset spots más sorprendentes del país, tal como ha reconocido la guía creada por la marca de cerveza Corona junto a influencers y deportistas de élite.

Este restaurante, situado en un entorno natural privilegiado, ofrece mucho más que cocina mediterránea: sus terrazas escalonadas, protegidas por la sombra de los pinos, se asoman directamente al Mediterráneo y permiten disfrutar de puestas de sol únicas, sin prisas y con el rumor de las olas como banda sonora. Cada tarde, el cielo se tiñe de dorado y rojo mientras los visitantes alzan sus vermús o copas de Aperol Spritz frente al acantilado.

La esencia de la Costa Brava más serena y auténtica

Begur, donde se encuentra Cap Sa Sal, es un municipio que ha sabido preservar su esencia. A pesar de que en verano puede multiplicar su población hasta diez veces, sigue siendo uno de los destinos más tranquilos de Girona. Su costa salpicada de calas como Aiguablava o Sa Tuna ofrece paisajes de gran belleza, que combinan perfectamente con una experiencia gastronómica al borde del mar.

El restaurante propone una carta basada en productos de temporada: arroces, pescados a la brasa y mariscos que se degustan con vistas al horizonte. Pero el momento cumbre llega al caer el sol, cuando el cielo se funde con el agua y el restaurante se transforma en un mirador privilegiado. Tal es el impacto visual, que la guía de Corona lo ha definido como un lugar "frente a un acantilado mágico rodeado por la serenidad de los pinos".

Un lugar con historia que sedujo a Rock Hudson y la jet set

Cap Sa Sal no siempre fue un restaurante. En los años 60 fue un hotel de lujo fundado por la familia Andreu, célebre por sus negocios farmacéuticos y por ser propietarios del Tibidabo. En 1966, el actor Rock Hudson llegó sin previo aviso y quedó tan fascinado por la Costa Brava que alargó su estancia más de una semana. Se dice que incluso se aventuró a cocinar arroz junto al personal del hotel.

También pasaron por sus instalaciones la exemperatriz Soraya, la familia Franco o el propio Dalí. La fama del lugar fue tal que, durante años, se convirtió en uno de los centros sociales más destacados de Girona. Hoy, ese pasado glamuroso se transforma cada tarde en una postal vibrante. Cap Sa Sal resume como pocos lugares la esencia de la Costa Brava: paisaje abrupto, historia singular y una forma de entender el tiempo ligada al disfrute pausado. Desde sus orígenes como hotel de referencia hasta su consolidación como restaurante-mirador, este enclave en Begur se ha transformado en un punto de encuentro para quienes buscan una experiencia sensorial completa, con el mar como telón de fondo y la luz del atardecer como protagonista indiscutible.