El restaurante de Barcelona que debes probar sí o sí este verano: el templo de la cocina 'freestyle' que triunfa con su bocadillo de ceviche

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Hay lugares que se vuelven imprescindibles sin hacer ruido, rincones que escapan de las modas para imponer su propio estilo. No tiene estrella Michelin ni presume de tradición centenaria, pero lo que ocurre entre sus fogones ha empezado a correr de boca en boca. Este verano, en el corazón de Barcelona, un restaurante con alma libre y sabores contundentes está conquistando a quien se atreve a descubrirlo.

Mama Gorda se ha convertido en uno de los secretos mejor guardados del barrio de Gràcia. Este verano, su cocina freestyle y su icónico bocadillo de ceviche están dando de qué hablar en Barcelona, atrayendo a quienes buscan sabores potentes y propuestas sin etiquetas.

Una propuesta que rompe esquemas

Nada en Mama Gorda se ajusta a lo previsible. Aunque su nombre puede sugerir una propuesta desenfadada, el restaurante sorprende con un espacio cuidado, platos muy bien ejecutados y una carta que evita las normas rígidas. La clave está en su cocina freestyle, una etiqueta que ellos mismos adoptan para explicar una oferta que combina brasas, influencias asiáticas, guiños a Perú y juegos de textura que no siguen más criterio que el gusto de sus cuatro fundadores.

Detrás del proyecto están los hermanos Marcos, Leo y Diego Amico, nacidos en Argentina, y el italiano Simone Nizi. Se conocieron trabajando juntos en la Provenza y decidieron aterrizar en Barcelona tras una primera aventura en el Born que giraba en torno a bocadillos creativos. Aquella experiencia fue el germen del actual Mama Gorda, ahora con un local más amplio en Josep Torres, 25, donde ofrecen cocina a la carta sin perder su carácter rebelde.

El bocadillo que se ha vuelto viral

La joya de la corona sigue siendo el bocadillo de ceviche, una combinación tan improbable como adictiva. Elaborado con lubina marinada en ají amarillo y lima, cebolla roja, cilantro y guindilla, se sirve dentro de un pan brioche que resiste el jugo sin deshacerse. Este bocadillo resume perfectamente la filosofía de Mama Gorda: técnica, sabor y descaro en cada bocado.

A su lado, brillan otras opciones como el bocadillo de churrasco con queso manchego o el de provolone con setas y chimichurri, además de una carta donde destacan platos como la molleja con encurtidos, las gyozas de panceta con salsa anticuchera o el calamar con salsa gremolata. La mayoría pasan por la parrilla, omnipresente tanto en el sabor como en el ambiente.

Un imprescindible del verano en Gràcia

Mama Gorda abre los martes, de 20:00 a 23:00 horas, los miércoles y jueves, de 13:00 a 15:30, y de 20:00 a 23:00 horas, y los viernes y sábados, de 13:00 a 15:30 horas, y de 20:00 a 23:30 horas, con una capacidad para unos 30 comensales entre mesas y barras. La media de gasto ronda los 40 euros, con precios muy ajustados para una cocina con esta personalidad. A la hora de beber, tampoco siguen normas: vinos catalanes, argentinos, italianos y alguna rareza griega conviven en una carta líquida asesorada por el sumiller Andrea Valbusa.

No es solo una recomendación de moda. Mama Gorda encarna una nueva manera de entender la cocina urbana en Barcelona, alejada de los grandes grupos hosteleros y más cercana a una generación de cocineros con talento, recorrido internacional y ganas de hacer lo que les apasiona. Este verano, reservar mesa aquí puede convertirse en una de las decisiones más sabrosas de tus vacaciones.