Cataluña no es solo playa: el desconocido pueblo con un monasterio del siglo XIII en el que se come genial
El municipio se encuentra abrazado por verdes colinas, el río Gaià y rutas de senderismo que invitan a desconectar sin prisas
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Aiguamúrcia suena a nombre lejano, pero está más cerca de lo que muchos creen. Esta pequeña joya tarraconense, ubicada en la comarca del Alt Camp, ha comenzado a ganarse un sitio entre los viajeros más curiosos, gracias a un tesoro monumental y un entorno natural que cautiva desde el primer paso.
A pesar de su reducido tamaño —cuenta con menos de 1.000 habitantes—, el Monasterio de Santes Creus se alza como su gran emblema. Se trata de un imponente complejo cisterciense del siglo XIII, uno de los tres grandes de la Ruta del Císter. En su interior descansan figuras históricas como Pedro el Grande y Jaime II el Justo. Sus claustros góticos y su arquitectura invitan a recorrerlo sin prisas.
El monasterio no está solo. El municipio se encuentra abrazado por verdes colinas, el río Gaià y rutas de senderismo que invitan a desconectar sin prisas. Caminar por sus alrededores es sumergirse en la historia viva de Cataluña, con ruinas medievales, castillos como el de Selma o el de Albà, y la cruz gótica del puente de Santes Creus, declarada Bien de Interés Nacional.
Para quienes huyen del turismo de masas, Aiguamúrcia es una bendición. A tan solo media hora de Tarragona y Reus, sorprende por su tranquilidad, su aire puro y su respeto por el pasado. Aquí no hay colas, pero sí muchas razones para volver, especialmente si eres amante del patrimonio o de la buena gastronomía.
Porque sí, se come de maravilla. La zona está salpicada de pequeños restaurantes que apuestan por los sabores locales, con productos de kilómetro cero y vinos de la tierra. Después de explorar el monasterio o una caminata por los viñedos, sentarse a la mesa es parte imprescindible del viaje.
No es casualidad que incluso medios internacionales como el 'National Geographic' recomienden este lugar. Aiguamúrcia es historia, es paisaje, y es sabor. Un destino que demuestra que Cataluña también puede ser interior, silencio y legado. Playa hay mucha, pero pueblos como este no abundan.
Aiguamúrcia suena a nombre lejano, pero está más cerca de lo que muchos creen. Esta pequeña joya tarraconense, ubicada en la comarca del Alt Camp, ha comenzado a ganarse un sitio entre los viajeros más curiosos, gracias a un tesoro monumental y un entorno natural que cautiva desde el primer paso.