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El restaurante donde tienes que comer sí o sí en Barcelona: tapas mediterráneas y un menú del día por menos de 20 euros
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El restaurante donde tienes que comer sí o sí en Barcelona: tapas mediterráneas y un menú del día por menos de 20 euros

En medio de la oferta abrumadora del Eixample, hay un restaurante que se ha convertido en el refugio perfecto para quienes buscan comer bien, rápido y sin que la cuenta duela

Foto: La barra de tapas de este restaurante situado en pleno Eixample barcelonés (Google)
La barra de tapas de este restaurante situado en pleno Eixample barcelonés (Google)

Barcelona tiene un rincón gastronómico que está revolucionando los almuerzos entre semana. No se trata de un local de moda ni de un sitio exclusivo, sino de un restaurante que ha logrado combinar calidad, rapidez y un precio más que razonable. Lo que parecía un local más en el bullicioso Eixample ha terminado por convertirse en una de esas direcciones que se recomiendan con énfasis, casi en secreto. Sus mesas se llenan al mediodía con una clientela fiel que no solo busca comer, sino hacerlo con calma, buen gusto y sin gastar de más. Un concepto sencillo en apariencia, pero que esconde una fórmula tan bien resuelta que resulta difícil no volver.

Si buscas un restaurante con menú del día económico en Barcelona, con productos frescos, buen ambiente y platos pensados para compartir, hay un local que está dando de qué hablar: se llama La Barra y ofrece una experiencia gastronómica que combina sabor mediterráneo y eficiencia sin renunciar al detalle. Todo por menos de 20 euros.

Una terraza con historia y un interior que sorprende

Ubicado en la calle Comte d'Urgell, 240, La Barra llama la atención desde el exterior. Su doble terraza —una con aire chillout y otra moderna bajo un toldo rojo— recuerda que allí estuvo, décadas atrás, el campo de la calle Industria, uno de los antiguos feudos del Barça. Pero lo verdaderamente llamativo comienza al cruzar su alfombra rosa, donde espera uno de sus propietarios, Juan Carlos García, junto con su socio Arturo Larraona.

Tapas, platos caseros y una fórmula eficaz

El menú de mediodía es la joya de la casa: por 18,76 € incluye dos platos, postre y bebida; si se opta por plato único, el precio se reduce a 16,42 €. Todo se sirve para compartir, en el orden que marque la cocina, para acortar tiempos de espera y mantener la esencia del "pica-pica", como explican sus creadores.

La carta es extensa y apetitosa: ensaladilla rusa con anchoa, tortilla de alcachofas, ceviche de gambas, steak tartar de vaca cortado a cuchillo, servido con yema de huevo y hasta un tiramisú casero llamado Nonna Antonella. La experiencia no termina ahí: los fines de semana ofrecen un menú por 27,43 €, y los grupos de cuatro personas o más pueden optar por una propuesta de 28,43 euros. Además, es posible alquilar el espacio para celebraciones privadas.

Entre sus platos más solicitados figuran las croquetas de pollo o setas y la burrata de stracciatella sobre base de tomate y albahaca. También destacan los callos guisados con jamón y dados de pies de cerdo, huevos y butifarra esparracada y el ceviche de gambas con mango y cítricos. En el apartado dulce, triunfan la crema catalana con naranja, los helados artesanales y el Martin’s Cheesecake, elaborado en el propio restaurante.

Adaptarse a los nuevos tiempos

Según cuenta García a Crónica Global, el restaurante comenzó con una vitrina de montaditos y tapas en la barra, de ahí su nombre. "Es ahora cuando queremos recuperar los montaditos y la tapa pequeña. La hostelería se ha de adaptar a los tiempos o morirá", asegura. Para atraer al público local, en especial a los trabajadores de la zona, han incluido un código QR en la carta con vídeos de preparación de los platos, haciendo aún más accesible la experiencia gastronómica.

Foto: Imagen de la tortilla de patata que sirven en la taberna El Pollo, en Barcelona. (TripAdvisor)

En una ciudad como Barcelona, saturada de propuestas, La Barra ha sabido ganarse un lugar con una oferta honesta, bien pensada y adaptada a las nuevas formas de comer. Una opción que, por precio, calidad y ambiente, merece estar en el radar de cualquier amante de las tapas mediterráneas.

Barcelona tiene un rincón gastronómico que está revolucionando los almuerzos entre semana. No se trata de un local de moda ni de un sitio exclusivo, sino de un restaurante que ha logrado combinar calidad, rapidez y un precio más que razonable. Lo que parecía un local más en el bullicioso Eixample ha terminado por convertirse en una de esas direcciones que se recomiendan con énfasis, casi en secreto. Sus mesas se llenan al mediodía con una clientela fiel que no solo busca comer, sino hacerlo con calma, buen gusto y sin gastar de más. Un concepto sencillo en apariencia, pero que esconde una fórmula tan bien resuelta que resulta difícil no volver.

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