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Illa prepara un gesto si el TC tumba el rechazo a la cuota del 25% de castellano
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La lengua como arma política

Illa prepara un gesto si el TC tumba el rechazo a la cuota del 25% de castellano

La Generalitat de Pere Aragonès presumió en su día de haber blindado el catalán en la escuela pero todo depende de lo que diga el Alto Tribunal, lo que abre otra crisis política

Foto: Salvador Illa en el Parlament. (EFE)
Salvador Illa en el Parlament. (EFE)
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El ejecutivo de Salvador Illa prepara un gesto si el Tribunal Constitucional (TC) tumba el blindaje legal que armó el gobierno de Pere Aragonès para evitar que se aplicase la cuota del 25% de castellano en la escuela, que en su día quiso fijar el Tribunal Superior de Justicia de Catalunya (TSJC), según apuntan fuentes cercanas a la administración catalana. Se tratará de respetar la ley, pero, a la vez, seguir demostrando la preocupación que tiene este gabinete porque el catalán no pierda espacios de uso en la sociedad catalana.

Portavoces de la conselleria de Educación han declinado hacer declaraciones al respecto. Illa pretende con estos gestos desactivar el intento de Junts y de la CUP de volver a activar el catalán como arma política. El independentismo no encuentra la manera de hacer oposición a Illa de una manera eficaz y por eso se ha activado una pinza sobre el ejecutivo, aunque no haya una especial tensión social por esta cuestión.

El independentismo ha activado una pinza sobre Illa: por un lado, Junts y la CUP se han descolgado del Pacto por la Lengua que el PSC estaba impulsando en el Parlament. El pacto ya andaba cojo cuando no se permitió que los constitucionalistas participasen. Luego el PP se quedó fuera. Pero sin Junts y la CUP, el pacto está muerto.

Foto: El ministro de Asuntos Exteriores, Unión Europea y Cooperación de España, José Manuel Albares. (EFE/Pablo Garrigós)

Pero eso sólo es un lado de la pinza. El otro está fuera del Parlament y lo lideran Plataforma per la Llengua y Òmnium Cultural, que llevan días intentando movilizar a la opinión pública sobre el fallo del Tribunal Constitucional que tumba el decreto de la Generalitat e impedía imponer cuotas de lengua en las escuelas catalanas.

El TC cuenta con una mayoría progresista, pero el decreto resultaba demasiado específico y al contrario de la ley de 2022, que situaba al catalán como lengua vehicular y decía que el uso de lenguas oficiales debía adaptarse a la realidad sociolingüística de cada centro educativo. Dicha ley fue votada por Junts y ERC y contó con el voto favorable del PSC y los Comunes. Pero, ahora, ese consenso ha saltado por los aires. E irá a peor si el TC, como se prevé, se carga el decreto que desarrollaba la ley y prohibía establecer cuotas lingüísticas en la escuela.

Fuentes del Parlament aseguran que el fallo del TC está muy lejos de ser inminente, pero que Plataforma per la Llengua está agitando este debate para justificar que Junts abandone el pacto y para debilitar a Illa.

Un millón de votos

El PSC considera que en el tema del catalán se juega un millón de votos. Salvador Illa ha hecho gestos, como el apoyo a las escuelas en catalán del sur de Francia de La Bressola, por ejemplo. Y va a seguir en esa línea. Por eso la Generalitat prepara diversas respuestas jurídicas en función de cómo sea la sentencia del TC.

El catalán sigue retrocediendo mientras se aplaza la firma del Pacto por la Lengua

El Pacto por la Lengua quedó ultimado en la legislatura de Aragonès y se tenía que haber firmado en esta. Iba a contar con 200 millones de euros para medidas específicas de impulso del catalán. Pero no sólo no se ha firmado, sino que se está desintegrando.

Un frente que se desmorona

La CUP dejó el Pacto por la Llengua a principios de abril. Denunció que era una “incoherencia” pretender defender la lengua cuando su principal amenaza es España y apuntaba de manera directa contra el TC y a qué tipo de respuesta daría la Generalitat. El independentismo, por un lado, declaraba la "emergencia lingüística", pero, por otro, se negaba a firmar un pacto que la anterior legislatura les parecía bien.

Junts poco antes había congelado su participación: no se iban del pacto pero se dedicaban a sabotearlo desde dentro. Junts acusaba que no se había contado lo suficiente con las entidades sociales, como Plataforma per la Llengua. También se pedía que esta entidad y otras se sumasen al pacto. Es decir, convertir un acuerdo parlamentario en algo más. Por último, los de Carles Puigdemont acusan a Illa de “deslealtad lingüística” por usar el castellano de manera puntual en eventos en que acuden personalidades del resto de España. Sin embargo, se obvia que el president Salvador Illa durante toda la legislatura ha estado usando el catalán como lengua única tanto en el Parlament como en el grueso de su actividad institucional.

El ejecutivo de Salvador Illa prepara un gesto si el Tribunal Constitucional (TC) tumba el blindaje legal que armó el gobierno de Pere Aragonès para evitar que se aplicase la cuota del 25% de castellano en la escuela, que en su día quiso fijar el Tribunal Superior de Justicia de Catalunya (TSJC), según apuntan fuentes cercanas a la administración catalana. Se tratará de respetar la ley, pero, a la vez, seguir demostrando la preocupación que tiene este gabinete porque el catalán no pierda espacios de uso en la sociedad catalana.

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