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Así es como llaman en Cataluña a los barceloneses: una curiosa expresión con origen ofensivo que aún se usa
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DEL HUMOR A LA CRÍTICA

Así es como llaman en Cataluña a los barceloneses: una curiosa expresión con origen ofensivo que aún se usa

Aunque suena anecdótica, su significado literal y el contexto en que nació revelan tensiones que siguen latentes entre la ciudad y el campo

Foto: Esta palabra aún provoca sorpresa entre quienes la escuchan por primera vez (iStock)
Esta palabra aún provoca sorpresa entre quienes la escuchan por primera vez (iStock)

Una sola palabra basta en algunas comarcas catalanas para describir con sorna a quienes llegan desde Barcelona los fines de semana. Aunque suene inofensiva, lo cierto es que encierra una crítica que va más allá del humor local.

La palabra "pixapins", usada en Cataluña para referirse a los barceloneses, tiene una raíz despectiva que aún perdura, a pesar de haberse suavizado con el tiempo. Su origen y uso siguen marcando diferencias entre la ciudad y el campo.

Nació del contraste entre lo urbano y lo rural

Aunque pueda sonar simpática o incluso inofensiva, "pixapins" es una palabra cargada de simbolismo. Procedente del catalán —pixa (orina) y pins (pinos)—, la expresión se traduce literalmente como "meapinos" y se utiliza desde hace años para describir a los barceloneses que, al escaparse al campo o a la montaña, acaban orinando entre los árboles. La imagen que proyecta es clara: una crítica a quienes, ajenos a la vida rural, irrumpen en ese entorno con costumbres propias del asfalto.

Detrás de esta denominación hay un trasfondo cultural que va más allá del humor. La palabra nació en las zonas rurales de Cataluña como forma de remarcar la desconexión de los urbanitas con la naturaleza. Frente a la tranquilidad y las tradiciones del campo, los barceloneses —percibidos como ruidosos, apresurados o condescendientes— eran vistos como intrusos que no sabían comportarse fuera de la ciudad.

Foto: Protestas agrarias en Alicante. (Europa Press/Joaquín Reina)
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Una rivalidad lingüística que sigue vigente

Este apodo despectivo se enmarca en un contexto más amplio de tensiones históricas entre ciudad y campo. Mientras Barcelona simboliza la modernidad, la prisa y la centralización, muchas comarcas rurales reivindican una identidad vinculada a lo tradicional, lo sencillo y lo local. De ahí que expresiones como "pixapins" sigan vivas: canalizan un resentimiento que también es social y económico.

Con el paso del tiempo, algunos barceloneses han optado por resignificar el término, utilizándolo con ironía o incluso con orgullo, aceptando el cliché con una sonrisa. Sin embargo, el uso de la palabra continúa reflejando cierta desconexión cultural que, aunque matizada, todavía está presente en la Cataluña actual.

¿Cómo identificar a un "pixapins"?

Más allá del significado literal, existen comportamientos que han contribuido a consolidar este estereotipo. Entre ellos destacan el uso de ropa poco adecuada para el campo, el desconocimiento del entorno rural, el ruido excesivo o el trato condescendiente hacia los lugareños. Estas actitudes refuerzan la visión de que los barceloneses no siempre se adaptan a las normas y valores de los pueblos que visitan.

"Pixapins" no es solo una expresión folclórica: es un reflejo de cómo el lenguaje puede contener una crítica social. Comprender su origen y uso permite entender mejor la complejidad de las relaciones urbanas y rurales en Cataluña y cómo las palabras, a veces, dicen más de lo que parece.

Una sola palabra basta en algunas comarcas catalanas para describir con sorna a quienes llegan desde Barcelona los fines de semana. Aunque suene inofensiva, lo cierto es que encierra una crítica que va más allá del humor local.

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