Así es la leyenda de la Virgen de Montserrat: conocida como la Moreneta y que ha salido en procesión 28 años después

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La imagen de la Virgen de Montserrat ha protagonizado este domingo un hecho histórico que no se repetía desde hace casi tres décadas. La conocida como la Moreneta ha salido en procesión, en el marco de las celebraciones del milenario de la fundación del monasterio de Montserrat. La jornada, marcada por un profundo sentimiento espiritual, ha reunido a miles de fieles en torno al santuario.

La última vez que los devotos pudieron ver a la talla fuera de su trono fue en 1997, durante el cincuentenario de su entronización. Desde entonces, la figura románica había permanecido en su camarín habitual, siendo este 27 de abril una fecha señalada para la comunidad católica catalana. La procesión ha seguido un recorrido corto hasta la plaza de Santa Maria, donde se ha celebrado una eucaristía especial.

La Moreneta ha sido trasladada en una camilla restaurada de 1916, acompañada bajo el palio histórico utilizado en 1947. El acto ha formado parte de una serie de eventos programados para conmemorar los 1.000 años de historia del monasterio, reafirmando la profunda devoción que suscita la patrona de Cataluña entre generaciones de fieles.

La leyenda que envuelve a la Moreneta

La Virgen de Montserrat es protagonista de una de las tradiciones más arraigadas del imaginario catalán. Según relata la leyenda, en el año 880, unos pastorcillos vieron una intensa luz celestial acompañada de una melodía en la montaña de Montserrat. El fenómeno se repitió varios sábados seguidos, lo que llevó al obispo de Manresa a investigar lo ocurrido.

Al acudir al lugar, los presentes hallaron una cueva en la que descubrieron la imagen de la Virgen María. Intentaron trasladarla a Manresa, pero su peso se volvió inamovible, lo que se interpretó como la voluntad divina de que permaneciera allí. De este modo, se erigió una capilla para custodiar la imagen, que con el tiempo daría origen al monasterio actual.

La Moreneta recibe su nombre popular debido al tono oscuro de su cara, atribuido a la oxidación del barniz original de la talla, realizada en madera a finales del siglo XII. La figura muestra a la Virgen en actitud majestuosa, sosteniendo en su mano derecha un orbe, símbolo del universo, mientras que el Niño Jesús sostiene una piña, emblema de la vida eterna.

Cada 27 de abril, miles de peregrinos acuden al santuario para rendir homenaje a esta emblemática figura. La festividad combina actos religiosos con manifestaciones culturales, como castells y sardanas, consolidando el papel de Montserrat no solo como centro espiritual, sino también como símbolo identitario de Cataluña.