Lluís Llach monta la Nova Cançó en África: crea un premio musical de 450 € en lengua 'serer'

Lluís Llach se va con la música a otra parte. O, mejor dicho, promociona la música en otra parte. La experiencia de la Nova Cançó en Cataluña le ha dado pie para montar un festival en África reutilizando la marca que caracterizó la canción protesta en Cataluña durante la etapa final del franquismo. Un festival denominado ni más ni menos que Nova Cançó Serer, que es una lengua que hablan en Senegal 1,2 millones de personas.

De momento, ya ha montado un festival y está preparando el segundo. El evento, denominado Concurso de la Nova Cançó Serer “se inscribe dentro de los objetivos de la Fundación de apoyar a lenguas y culturas minoritarias o merecedoras de una especial protección, como es el caso de la lengua y etnia serer que vive en esta zona del Senegal”.

Al concurso, se presentaron 12 grupos o cantantes. El ganador, Ameth Dione, se llevó 300.000 CFA (franco de África Occidental, moneda utilizada por 8 países), que equivalen a 450 euros. El segundo precio, de 200.000 CFA (300 euros) fue para el grupo GMK. Y el tercero, de 100.000 CFA (150 euros) se lo llevó Mbassis Family.

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Según la Fundación del excantautor, “con la creación de este festival/concurso, se pretende normalizar el uso de la lengua y la cultura serer, especialmente entre la población más joven de Senegal, evitando su desaparición o su estigmatización de lengua olvidada o innecesaria”.

400 asistentes

Al evento del primer premio de la Nova Cançó Serer asistieron unas 400 personas. “El éxito ha sido tan relevante que ya podemos anunciar que habrá, como mínimo una segunda edición del Festival. Queremos agradecer a la población de Palmarin, que se volcó de forma entusiasta en la organización del acontecimiento, así como a amigos y colaboradores de la Fundación, como Joan Mas, que, con sus aportaciones económicas, han permitido financiar este acto cultural”.

La propia Fundación de Llach, en su última memoria, hace una breve referencia a la colaboración con la Association Palmarin Connexion para organizar el “concours de chant 100% Sérére”. El anuncio se hace, precisamente, en francés, idioma oficial del Senegal, y no en serer, el idioma que se pretende promocionar. En la memoria no da muchas pistas sobre el proyecto de la Nova Cançó africana. Solo explica que “la Fundació Lluís Llach convoca el primer premio de Cançó en Lengua Serer reafirmando su compromiso con la promoción de lenguas de culturas minorizadas. Las propuestas musicales se recogieron durante noviembre y diciembre”.

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El excantautor ha viajado estos días a Senegal para comprobar que todos los proyectos de su fundación están en el buen camino. El pasado 21 de abril, enviaba un mensaje. “El día 23 [Día de Sant Jordi] no podré estar con vosotros. Aprovecho estos días para mirar que la pequeña fundación que tenemos en el Senegal funcione. Si paseando entre las paradas veis mi libro, hacedle una carantoña con la sonrisa. Me ha dado vida durante 3 años”.

Crisis en Barcelona, éxito en Senegal

En algunos círculos sorprendió que Llach se fuese a África en un momento en que comienza a ser cuestionado en la presidencia de la Asamblea Nacional Catalana (ANC) por un sector crítico y con las movilizaciones sociales bajo mínimos. En otras palabras, hay manifestaciones convocadas por la ANC en Barcelona que reúnen a menos gente que el concurso de la Nova Cançó Serer en Palmarin.

Llach se fue a África, pero siguió con su mente al norte del Mediterráneo. En realidad, ha estado pendiente de Cataluña desde Senegal. Tuvo tiempo para pedir la dimisión de Salvador Illa y para enviarle una rosa al rapero Pablo Hásel, encarcelado por reiterados delitos de agresiones. “Una rosa para Pablo Hásel. Libertad de expresión contra los barrotes. Clama al cielo”, escribió.

En cambio, difundía un editorial del portal independentista Vilaweb en el que se aseguraba que la única tarea de Illa es “la españolización de la vida pública, la construcción de una ficción”, por lo que pedía la dimisión del president. Y se hacía eco de una “manifestación de 15.000 personas a favor del catalán” el 23 de abril “inundando” Barcelona, cuando las estimaciones más optimistas no le daban más de 2.000 manifestantes al llamamiento “unitario”.