Llach y el sector de Junts quieren cambiar los estatutos de la ANC para controlar la entidad

El cantautor Lluís Llach y los sectores de Junts que le apoyan en el seno de la ANC quieren cambiar los estatutos para hacerse con el control de la entidad, según explican fuentes de esta plataforma independentista. La reforma estatutaria que apoya Llach como presidente de la ANC busca suprimir la regla de dos tercios para la elección de cargos orgánicos y la limitación de dos mandatos que rige sobre los secretarios nacionales, de manera que él podría prolongarse en el cargo.

Los críticos, que suponen el 40% del secretariado, y cuyo líder más visible es el abogado y exvicepresidente del Parlament, Josep Costa, se oponen y con este nuevo pulso el cisma en la entidad se acrecienta.

Podría parecer una batalla menor, pero la ANC es clave en el independentismo para poder movilizar la calle, donde ha perdido mucha fuerza. Y mientras la entidad soberanista siga dividida, Junts no podrá mover a las masas contra Salvador Illa. De hecho ya se vio este Sant Jordi, con Illa paseando por las Ramblas y encima hasta llegó a firmarle a un ciudadano una camiseta del Espanyol.

Costa ha advertido en X que “es necesario que se sepa, especialmente los socios, que ha empezado el asalto final de los partidos para someter a la ANC a sus dictados e intereses. Y es necesario que sepan, ellos, que no saldrán adelante. ¡No se lo permitiremos!”.

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Llach y la actual mayoría en la dirección de la ANC acusan a Costa y a los críticos de querer volver a impulsar la lista única, el intento que hubo en 2023 de usar la asociación como un trampolín para una candidatura independentista al margen de los partidos políticos tradicionales. Costa lo niega. Pero es verdad que los sectores vinculados a las expresidentas Dolors Feliu y Elisenda Paluzie, que abogaban por esta iniciativa, ahora apoyan a Costa, contra Llach y el grueso de la dirección.

Como consecuencia de esta lucha interna la ANC se encuentra bloqueada. Con los actuales estatutos que obligan a tomar decisiones a través de mayorías reforzadas, los críticos no pueden derribar a Lluís Llach, al que consideran demasiado cercano a Junts y a Carles Puigdemont. Pero Llach tampoco puede desplegar el grueso de sus iniciativas.

Acusaciones cruzadas

En una carta de los críticos se denuncia que “la única persona que mantiene el debate de la lista cívica en el seno de la Asamblea es el presidente Lluís Llach. Nadie más habla ni tenemos intención de seguir hablando dentro de la Asamblea. Además, la continua apelación a la lista cívica nos parece solo un arma arrojadiza y una excusa para, precisamente, no trabajar por la unidad de la entidad”.

Los críticos acusan a Llach de usar el tema de la ‘lista única’ contra ellos

Dentro de la ANC, el colectivo Dempeus per la Independència (Alzados por la independencia) ha publicado un manifiesto en el que también reniegan de todos los partidos y propugnan que “es necesaria una opción electoral creíble, surgida desde la base, con la participación activa de la ciudadanía que elija a los representantes, y que sea capaz de liderar la mayoría transversal del independentismo. Que tenga como única prioridad la independencia y contribuya a aglutinar las nuevas iniciativas políticas que puedan surgir”.

Romper o no romper

Al final la disyuntiva es entre Llach y su voluntad de utilizar la ANC para respaldar las iniciativas de Junts, no las de ERC; o los críticos que quieren romper con los partidos que impulsaron el 1-O en 2017 por considerar que ni fueron capaces de implementar el resultado de la consulta ni han mantenido el tipo ahora que hasta la CUP está pactando con el PSC.

Llach no puede salirse con la suya si no logra cambiar los estatutos. En la modificación se quiere impedir de manera nominal y concreta que se pueda impulsar una candidatura electoral.

Los catorce secretarios del sector crítico han presentado un escrito para impugnar todo el proceso de reforma de los estatutos. Alegan que no puede impulsarse un cambio de ese calado sin el aval del conjunto del secretariado nacional y que ha sido el comité permanente –el órgano más ejecutivo del secretariado nacional y conformado exclusivamente por miembros que comparten las tesis del presidente, Lluís Llach– el que lo ha puesto en marcha sin competencias para ello. Algunas fuentes apuntan que el pulso podría llegar a los tribunales. A los tribunales españoles.