Tiene más años que Casa Botín: el restaurante de Cataluña que es el más antiguo de España y tienes que visitar en primavera

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Hay un rincón en el corazón de Cataluña donde el tiempo parece haberse detenido, un lugar donde las recetas se conservan como reliquias y los muros respiran historia. Con más de cinco siglos de vida, este restaurante desafía los registros oficiales y sorprende a quienes lo descubren por casualidad o peregrinación culinaria.

El Hostal de Pinós, ubicado en el corazón de Lleida, no solo es el restaurante más antiguo de Cataluña, sino también el más veterano de toda España en activo. Fundado en 1524, supera incluso a Casa Botín de Madrid en longevidad y ofrece una escapada gastronómica ideal para esta primavera.

Una joya medieval en el centro geográfico de Cataluña

En lo alto de la sierra de Pinós, a casi mil metros de altitud, se alza este restaurante centenario que ha dado de comer, sin interrupciones, desde el siglo XVI. Aunque hoy ya no funciona como hostal, mantiene viva su esencia original: acoger al visitante con una cocina reconfortante y una calidez difícil de encontrar en las ciudades.

Lo que en sus inicios fue refugio para peregrinos es hoy un templo de la cocina tradicional catalana. De aquellos tiempos se conserva un legado tan singular como una puerta de piedra de 1677, con la inscripción: "Veritat és que hostal sense diners no donen res". Esta frase no es solo decoración; encierra una historia de litigios, hipotecas irregulares y familias que pasaron por los fogones.

Escudella, brasas y calçots: sabores con cinco siglos de historia

El menú es un homenaje al recetario catalán: peus de porc, patata enmascarada, escalivada, esqueixada y, por supuesto, escudella, que se sirve incluso en verano. La carta se adapta a las estaciones, con especialidades como las calçotades en temporada, menús diarios y opciones para grupos en sus cuatro comedores rústicos.

Desde hace décadas, la familia Torra gestiona este enclave con mimo. Su directora actual, Mònica Segués, destaca que trabajar en un municipio de menos de 300 habitantes tiene sus retos, pero también grandes recompensas: "Es un lujo trabajar en un lugar con tanta historia, que no ha sido contaminado con la inmediatez de las grandes ciudades", asegura, en una conversación recogida en La Vanguardia.

Una visita obligada en primavera

Situado cerca de Solsona, Torà o Cardona, el Hostal de Pinós ofrece no solo una comida memorable, sino también una experiencia que conecta con la historia viva del país. Si la niebla lo permite, sus vistas sobre el Prepirineo catalán son tan impresionantes como su legado.

En sus comedores de piedra, el comensal no solo comida tradicional, sino también el eco de siglos de hospitalidad rural. Acercarse a Pinós es abrazar el pasado sin nostalgias, saborear la tradición con los cinco sentidos y rendir tributo a uno de los grandes tesoros culinarios de España, que sigue latiendo con humildad desde 1524, esperando a nuevos viajeros dispuestos a dejarse sorprender donde empezó todo: alrededor de una mesa.