El oscuro pasado de este famoso barrio de Barcelona: de la 'avenida de las queridas' a ser la calle con más índice de criminalidad

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Barcelona esconde entre sus calles historias que no figuran en las guías turísticas. Algunos rincones, por más que hoy luzcan modernos o cosmopolitas, han sido testigos de una realidad inquietante. Uno de los casos más reveladores se encuentra en el Eixample: una calle céntrica, bulliciosa y aparentemente tranquila, cuya historia se tiñe de sombras cuando cae la noche.

La calle Aribau, arteria clave del corazón barcelonés, fue durante décadas algo más que un punto de paso. Considerada por muchos cronistas y vecinos como "la vía con más asesinatos documentados de la ciudad", este enclave urbano ha acumulado una larga serie de sucesos oscuros que la han convertido en leyenda negra. Lejos de las estadísticas oficiales, que sitúan a Cataluña entre las regiones con menos homicidios de Europa, Aribau carga con una etiqueta que no se borra fácilmente: la de ser la calle más criminal de Barcelona.

Los crímenes que marcaron una época

Entre 2000 y 2003, tres homicidios marcaron a fuego la reputación de esta vía. Se les conoce como "la trilogía de los crímenes de Aribau". El primero de ellos tuvo lugar una noche de septiembre, cuando un ciudadano marroquí nacionalizado español fue asesinado de un disparo en la cabeza. El segundo se produjo meses después, en el interior del after Tukasa, donde un hombre murió tiroteado en el baño. El tercero ocurrió en un bar, tras una disputa personal que acabó en tragedia. Estos hechos no solo sacudieron a los vecinos, sino que consolidaron la fama de la calle como escenario de violencia.

Mucho antes de los tiroteos: la "avenida de las queridas"

Pero la historia oscura de Aribau no comenzó con los disparos del siglo XXI. Décadas antes, durante la posguerra, se convirtió en lo que algunos llamaron la "avenida de las queridas". Mujeres jóvenes y elegantes, acompañadas de hombres influyentes, frecuentaban sus aceras y portales. El caso más célebre fue el de Carmen Broto, una mujer con contactos en las altas esferas, asesinada en un episodio que aún hoy despierta teorías y titulares. Su cuerpo fue hallado enterrado en un huerto de la calle Legalitat de Barcelona, cerrando un capítulo que dejó una huella indeleble en la memoria barcelonesa.

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Marina Velasco

Una doble vida: del día a la noche

De día, la calle Aribau parece un símbolo del dinamismo urbano: oficinas, restaurantes, tráfico constante. Pero al caer la noche, ese mismo entorno cambia. Testimonios recogidos a lo largo de los años hablan de un ambiente diferente, de una "doble vida asombrosa repleta de morbo y sangre invisible durante la inocencia de las mañanas", como describió la escritora Carmen Laforet. Esta dicotomía entre la fachada respetable y el subsuelo turbio es, quizá, lo que ha mantenido viva su leyenda.

¿La más peligrosa hoy? No exactamente

Pese a la fama que arrastra, hoy la calle Aribau no figura entre las más peligrosas según los registros actuales. Las calles Santa Paciá y Aurora, en el Raval, ocupan ahora ese dudoso honor. En ellas, los narcopisos, los conflictos diarios y la prostitución configuran un escenario de alta tensión, según denuncian comerciantes y residentes. Aun así, Aribau sigue siendo recordada como símbolo de una Barcelona con secretos por descifrar.

Otros rincones con huellas indelebles

Barcelona no es ajena a episodios que hielan la sangre. Prueba de ello es el crimen de Nou Barris, donde un hombre fue hallado muerto con múltiples puñaladas en su vivienda. O el carrer d’Estruc, conocido por su vínculo con la brujería y por un triple asesinato cometido en 1909, que aún hoy se narra como una leyenda de horror. Sin embargo, pocos lugares concentran tanta historia negra como la calle Aribau.

Convertida en una vía más dentro del entramado urbano, Aribau conserva su halo de misterio. Es, al mismo tiempo, escenario de vida cotidiana y relicario de pasados turbios. Un espejo de la ciudad que fue, que es, y que quizá nunca deje de ser.