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Los expertos aplauden los cribados de Illa para detectar la dislexia en los colegios, pero el éxito dependerá del dinero
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Los expertos aplauden los cribados de Illa para detectar la dislexia en los colegios, pero el éxito dependerá del dinero

La Generalitat realizará pruebas para detectar trastornos del lenguaje. Habrá varios test a lo largo de toda la etapa educativa, pero los expertos sostienen que la atención posterior será la clave

Foto: Niños de Infantil y Primaria en el primer día de cole. (EFE/Raquel Manzanares)
Niños de Infantil y Primaria en el primer día de cole. (EFE/Raquel Manzanares)

A partir del próximo curso escolar, Cataluña pondrá en marcha cribados sistemáticos para detectar trastornos del lenguaje y el neurodesarrollo en distintas etapas educativas. Estos controles, desarrollados por los técnicos de los Equipos de Asesoramiento y Orientación Pedagógica (EAP) en colaboración con los Departamentos de Salud y de Derechos Sociales, tienen como objetivo identificar de forma precoz estas afecciones para ofrecer una mejor atención a los alumnos que lo necesiten.

En primer lugar, se hará una prueba de detección de dificultades del lenguaje al final de la educación infantil o al inicio de primero de primaria. Se trata de una etapa fundamental para el desarrollo del habla y la comunicación. Un momento vital donde los alumnos empiezan a desarrollar habilidades de lectura y escritura. Por eso mismo, la detección de dificultades del aprendizaje en esta etapa puede ser clave para evitar problemas futuros. Paralelamente, se publicarán guías de recomendaciones para los centros educativos en colaboración con el Colegio de Logopedas de Cataluña.

Por otro lado, en tercero de primaria se introducirá un cribado específico para la dislexia y, finalmente, en quinto de primaria y en segundo de la ESO se realizará otra prueba para detectar a aquellos alumnos que se hayan incorporado a mitad de curso y no se hayan sometido a los controles anteriores.

Foto: La investigadora Luz Rello. (Cedida/Salomé Sagüillo)

Esther Niubó, consejera de Educación y Formación Profesional, subrayó en una intervención en el Parlament que la evidencia muestra que estas detecciones son fundamentales para atender a los alumnos con diversidad neurocognitiva, lo que permite mejorar su éxito educativo. Sin embargo, a pesar del reconocimiento de la importancia de estas pruebas, especialistas y entidades del sector advierten que el éxito del plan dependerá de los recursos que se destinen a la atención posterior.

Los expertos piden más recursos

Hace más de 30 años nació en Cataluña la Asociación Catalana de Dislexia y Otras Dificultades Específicas (ACD), fundada por padres, madres y profesionales como pediatras, psicólogos y docentes. Desde entonces, la entidad trabaja para mejorar la detección y atención de estos trastornos, colaborando con el ámbito educativo y sanitario. Neus Buisán, logopeda de profesión y directora de la ACD, valora la iniciativa como un paso positivo, aunque admite que la prueba de detección de la dislexia debería llevarse a cabo antes de tercero de primaria, dado que, en ese punto, el sistema ya se basa en leer para aprender.

La especialista sostiene que debería existir un criterio clínico más definido para la detección de la dislexia y otros trastornos del aprendizaje. Actualmente, no existe un servicio público que ofrezca un diagnóstico y tratamiento, lo que supone un coste muy elevado para las familias, ya que muchas de ellas no pueden permitirse un diagnóstico privado. Esta realidad genera una discriminación de entrada, explica Buisán. De hecho, hoy en día, la única vía pública disponible es a través de los EAP, pero las listas de espera pueden llegar a ser de dos o incluso tres año por la gran demanda.

Si un bebé muestra un retraso en el peso o crecimiento, se toman medidas al respecto. Con la dislexia debería ocurrir lo mismo, sostiene la directora de la ACD. En otras palabras, si un niño presenta un retraso en la adquisición de habilidades que la mayoría de sus compañeros ya han desarrollado, tendría que ser una señal de alerta inmediata.

Foto: Foto: iStock.

Según Miquel Casas, catedrático de Psiquiatría de la UAB y director del programa SJD MIND Escuelas del Hospital Sant Joan de Déu (Barcelona), en Cataluña hay aproximadamente 170.000 alumnos de 16 años o menos que sufren diariamente en clase debido a trastornos del neurodesarrollo. Es decir, entre un 20% y un 22% de los escolares padecen alguna patología como TDAH, TEA, dislexia o trastornos en el habla. Del total, solo se detectan uno o dos casos de cada diez, lo que implica que, de esos 170.000 estudiantes, apenas 20.000 o 30.000 han sido diagnosticados.

Otro problema al que apunta Buisán es la falta de conocimiento. Los docentes en Cataluña cuentan con experiencia y, en muchos casos, pueden identificar señales de trastornos del aprendizaje en sus alumnos. Sin embargo, la falta de formación específica y la sobrecarga de tareas administrativas dificultan la detección temprana y efectiva. Para garantizar una mejor respuesta, sería esencial reforzar la formación del profesorado dotándolos de herramientas que les permitan actuar con mayor rapidez y eficacia en el aula.

Llegados a este punto, la pregunta es: ¿cómo se puede lograr todo esto? La Asociación Catalana de Dislexia insiste en incorporar a especialistas en los centros educativos para realizar evaluaciones específicas y orientar a los docentes en su labor. Además, Buisán propone medidas como la codocencia, que permitiría la presencia de dos maestros en el aula. Esta es una medida que facilita una atención más individualizada y centrada en la diversidad. Sin embargo, para que estas iniciativas sean efectivas, es fundamental que las políticas educativas se implementen con los recursos suficientes para garantizar una educación verdaderamente inclusiva.

Una propuesta con interrogantes

A pesar del anuncio por parte del Departamento de Educación, algunos de los organismos clave en la ejecución del plan todavía no han concretado los detalles sobre este. Tanto el Consorcio de Educación como el Colegio de Logopedas de Cataluña han declarado que el proyecto todavía está en proceso de desarrollo y prefieren esperar a que esté más avanzado para responder preguntas.

Esta falta de información genera dudas sobre la aplicación práctica de los cribados, especialmente si hablamos sobre la continuidad de la intervención tras la detección. Asimismo, desde la ACD añaden que, hasta el momento, asociaciones especializadas como la suya no han sido consultadas en la elaboración del plan. “Nosotros creemos que podríamos aportar, porque también tenemos algo que decir. Conocemos bien las dificultades del sistema actual y las necesidades de los alumnos con dislexia y trastornos del aprendizaje”, afirma Buisán.

Foto: Aprender un segundo idioma puede ayudar a los niños disléxicos

En palabras de la experta es fundamental que se comprenda qué es la dislexia desde una perspectiva tanto científica como humana. Para ello, hace falta formar y concienciar a toda la comunidad educativa.

A medida que se acerque el inicio del próximo curso, se conocerán los detalles de la implementación del plan, cuyo reto principal es garantizar los recursos necesarios para que los alumnos diagnosticados reciban el apoyo que realmente necesitan. Aunque, tal y como advierten los expertos, si no se pone en marcha una red de soporte afectiva y efectiva, los alumnos seguirán atravesando las mismas dificultades y las familias seguirán encontrándose con las mismas barreras.

A partir del próximo curso escolar, Cataluña pondrá en marcha cribados sistemáticos para detectar trastornos del lenguaje y el neurodesarrollo en distintas etapas educativas. Estos controles, desarrollados por los técnicos de los Equipos de Asesoramiento y Orientación Pedagógica (EAP) en colaboración con los Departamentos de Salud y de Derechos Sociales, tienen como objetivo identificar de forma precoz estas afecciones para ofrecer una mejor atención a los alumnos que lo necesiten.

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