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Junts entra en pánico por sus malas perspectivas para las municipales de 2027
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Gira de Jordi Turull por comarcas

Junts entra en pánico por sus malas perspectivas para las municipales de 2027

Quedan dos años, pero los de Puigdemont son conscientes de que no pueden dormirse y que las autonómicas tienen una primera vuelta en unas municipales donde, para Junts, pintan bastos

Foto: Jordi Turull en un Comité Nacional de Junts. (EFE)
Jordi Turull en un Comité Nacional de Junts. (EFE)

Junts ha entrado en pánico por las consecuencias que puedan tener las elecciones municipales de 2027. Tanto, que el secretario general del partido, Jordi Turull, ha iniciado una gira por comarcas para reforzar a sus cuadros locales. La gira comenzó en Girona, pero eludirá visitar Ripoll, donde el partido dinamitó el pacto contra la alcaldesa Silvia Orriols (Aliança Catalana) que primero había alentado. Porque la clave reside en la preocupación por el avance que esta formación ultraderechista registra en las encuestas, en especial en la del Centro de Estudios de Opinión, el CIS catalán, que les da hasta 10 diputados en el Parlament: ahora tienen dos.

Esto, traducido en clave municipal, augura un desastre en las urnas y un infierno postelectoral. El desastre sería el mismo que en Girona, donde ha arrancado el tour de Turull. Junts ha pasado a ser la tercera fuerza y tuvo que entregar la alcaldía a la CUP para que la socialista Silvia Paneque no fuese alcaldesa. Eso, en la ciudad en la que Puigdemont fue alcalde. Ahora sólo hay que imaginarse el resto, con una Aliança Catalana que lleva dos años desplegando la red territorial de su partido.

El desastre electoral implicaría perder la mayoría absoluta en muchas pequeñas localidades de comarcas en la que ahora Junts ostenta la alcaldía. Junts mantiene 334 municipios, pero, a excepción de Sant Cugat, se trata de ciudades pequeñas. En la primera corona metropolitana de Barcelona sólo tiene presencia en El Prat, con dos regidores. En la segunda, el PSC literalmente se lo ha comido. Junts tiene alcaldías en la Cataluña en la que no viven los catalanes. Así resulta muy difícil ser el partido hegemónico.

Pero después del desastre –bajar de esa cifra de 334 alcaldes– vendría el infierno: tener que llegar a pactos postelectorales a las puertas de unas autonómicas. Para retener alcaldías, Junts tendría que pactar, no con la CUP, como le pasó en Girona, sino con Aliança Catalana. Incluso en algunas ciudades tener que hacer alcalde a candidatos del partido de Silvia Orriols. Las consecuencias podrían ser catastróficas cara a tener que enfrentarse meses después con Salvador Illa por la presidencia de la Generalitat. Carles Puigdemont se encontraría ante el dilema de tener que pactar con Aliança Catalana y dañar sus perspectiva electorales para presidir la Generalitat o perder aún más municipios por culpa de su incapacidad para llegar a acuerdos.

La CUP sí, Aliança no

Muchos votantes independentistas pueden asumir un pacto con la CUP: después de todo, los anticapitalistas fueron clave a la hora de organizar el 1-O en 2017. Pero acuerdos con Aliança Catalana resultarán más difíciles de digerir y pueden tener un efecto devastador de cara a unas futuras autonómicas. Incluso, podría tener como efecto colateral reforzar a ERC. Puigdemont no quiere que le pase como a Alberto Núñez Feijóo, a quien en las generales le lastraron los pactos autonómicos previos del PP con Vox.

Junts puede pactar con la extrema izquierda, pero no con la extrema derecha

Por eso, Turull ha comenzado su gira en Girona marcando distancias con los de Silvia Orriols, aunque Junts en teoría ha conseguido competencias sobre inmigración. "Cataluña necesita la inmigración, pero no de cualquier forma. Quien diga que no, hace demagogia", ha afirmado Turull en el arranque de esta gira. Jordi Turull se desmarca del discurso islamófobo de Orriols.

Cumbre en Girona

El alcalde de Girona, Lluc Salellas, va en la misma línea. Convoca en su ciudad a los cargos electos del independentismo. El objetivo es tejer alianzas municipales para aislar al PSC y, de paso, reanimar la movilización en la calle. Pero resulta evidente que Aliança Catalana no está invitada pese a que son tan independentistas como los alcaldes que asistirán. Y que la cumbre busca también fórmulas para frenar a los de Orriols en los municipios catalanes.

En el Parlament, el PSC ha promovido un pacto contra la ultraderecha. Junts forma parte. Pero aquí Illa ha tendido una trampa a Puigdemont. Si forma parte de este acuerdo, luego Junts no puede ir repartiéndose alcaldías con Silvia Orriols. En muchas localidades tendrá que cederlas al PSC, donde se prevé que sea el más votado. La gira de Turull busca hacer contorsionismos para librarse de una situación estratégica que se le va complicando a Junts cada día que pasa.

Junts ha entrado en pánico por las consecuencias que puedan tener las elecciones municipales de 2027. Tanto, que el secretario general del partido, Jordi Turull, ha iniciado una gira por comarcas para reforzar a sus cuadros locales. La gira comenzó en Girona, pero eludirá visitar Ripoll, donde el partido dinamitó el pacto contra la alcaldesa Silvia Orriols (Aliança Catalana) que primero había alentado. Porque la clave reside en la preocupación por el avance que esta formación ultraderechista registra en las encuestas, en especial en la del Centro de Estudios de Opinión, el CIS catalán, que les da hasta 10 diputados en el Parlament: ahora tienen dos.

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