Paneque, el fusible de Illa: la 'consellera' se inmola para preservar limpio al 'president'
La titular de Territorio y portavoz de la Generalitat, Silvia Paneque, ha dejado de ser la 'superconsellera' del Ejecutivo para convertirse en el cortafuegos del líder socialista
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La consejera de Territorio de la Generalitat, Silvia Paneque, ha pasado en seis meses de ser la mujer fuerte del Govern a convertirse en el cortafuegos que protege la figura de Salvador Illa. El Parlament la ha reprobado esta semana, evidenciando la mayoría precaria en que se apoya el PSC. Illa no lo va a hacer dimitir. Pero Paneque ya está quemada, aunque su departamento apenas tiene competencias en Cercanías, cuyo mal funcionamiento en Cataluña la ha dejado muy debilitada.
Paneque, además, es la cara de la Generalitat como portavoz. Cada martes da la rueda de prensa tras el Consell Executiu y ahora se ha convertido, a su pesar, en el rostro de todos esos trenes que no llegan a la hora en Cataluña. El desgaste es tal, que hasta ha roto la disciplina de voto del muy disciplinado grupo parlamentario de ERC.
La reprobación se aprobó con los votos a favor de Junts, PP, Vox, la CUP y Aliança Catalana. Pero hubo una sorpresa: Mar Bessa de los republicanos, representante de las juventudes, se sumó a la petición de dimisión. Como Junts, no sólo la responsabilizaba del caótico primer trimestre que se ha vivido en el servicio de Cercanías en Cataluña, sino de "no confrontar con España". Illa, siempre habituado a gobernar con el viento de cara desde que tomó posesión, en agosto del año pasado, encajó su primera derrota política, que en el resto de España ha pasado casi desapercibida.
La reprobación, como todo en la política catalana, tiene un punto absurdo. No solo porque los responsables de Cercanías en Cataluña son Renfe y Adif. Tendría más sentido reclamar responsabilidades políticas a Óscar Puente, ministro de Transportes, que a Paneque. Pero al haber comprado la agenda de ERC y negociar el traspaso de Cercanías a la Generalitat, Paneque ha quedado atrapada en una situación muy incómoda. El PSC nunca hubiera hecho suya esta política por propia iniciativa. Pero al carecer de mayoría, en esta legislatura no le quedaba otra.
La reprobación se aprobó con los votos a favor de Junts, PP, Vox, la CUP y Aliança Catalana
Del mismo modo, esperar que Paneque vaya al choque contra el Gobierno de Pedro Sánchez, cuando Salvador Illa es un valor estratégico de los socialistas, tampoco resulta muy realista. Pedir la dimisión de Paneque por "no confrontar" con Moncloa es obviar una de las claves de bóveda de la actual política española.
Una movilidad en crisis
Toda la movilidad de Cataluña depende de Territorio, pero la AP-7 está colapsada. La propuesta de la Generalitat de reducir la velocidad por debajo de los 100 kilómetros por hora en tramos prolongados implica en la práctica renunciar a la autopista. Y como todo lo vinculado a la Generalitat, ha acabado convirtiéndose en un avispero político. Cualquier solución lógica, como volver a instaurar los peajes, queda descartada por el grueso de las formaciones, no solo por el PSC.
Todo lo referido a la movilidad en Cataluña se ha convertido en un avispero político
La ampliación del aeropuerto de El Prat, otra área de responsabilidad de Paneque, dependerá del apoyo de Junts. Y los socios en los que se apoya Illa, ERC y Comunes, están en contra. Casi todo lo que lleva el departamento de Territorio es un campo de minas. La legislatura se le puede hacer muy larga a la que era superconsellera del Ejecutivo.
Retos complicados
La ampliación del aeropuerto no es el único reto complicado que afronta Territorio. Salvador Illa se comprometió a construir 50.000 viviendas sociales protegidas. Pero también tendrá que ser Silvia Paneque quien ejecute este objetivo, que además precisa de complejos concursos públicos para dar entrada a promotores privados.
Y queda la cuestión de la energía. El director general de Energía, Josep Maria Serena, ha dimitido. Ha durado cinco meses en el cargo. Illa no quiere que la Generalitat se pronuncie sobre el debate de prolongar la vida de las nucleares hasta que las empresas accionistas de Ascó y Vandellós, Endesa y en menor medida Iberdrola, lo soliciten de manera formal. Cataluña depende en un 53% de la energía nuclear.
El silencio de Salvador Illa es una manera de apoyar el calendario del cierre nuclear marcado por el Gobierno de Sánchez. Pero tras la dimisión de Serena, Paneque le ha costado encontrar sustituto y ha tenido que recurrir a Marta Morera, directora del ICAEN y partidaria de mantener el cierre nuclear tal y como estaba previsto. Los incendios se suceden en la conselleria, pero mientras Paneque siga en el cargo, la figura de Illa quedará protegida. De superconsellera a escudo político del president.
La consejera de Territorio de la Generalitat, Silvia Paneque, ha pasado en seis meses de ser la mujer fuerte del Govern a convertirse en el cortafuegos que protege la figura de Salvador Illa. El Parlament la ha reprobado esta semana, evidenciando la mayoría precaria en que se apoya el PSC. Illa no lo va a hacer dimitir. Pero Paneque ya está quemada, aunque su departamento apenas tiene competencias en Cercanías, cuyo mal funcionamiento en Cataluña la ha dejado muy debilitada.