Santos Cerdán promete a Puigdemont en Suiza que podrá volver a España este verano
Como la decisión no depende de Moncloa, es en última instancia el Constitucional quien debería decidir si se salta todos los precedentes y le otorga al líder de Junts unas cautelares
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El secretario de organización del PSOE, Santos Cerdán, está prometiendo a Carles Puigdemont y al secretario general de Junts, Jordi Turull, en las reuniones que se han mantenido en Suiza que el líder independentista podría dejar Bélgica y volver a España este verano, según explican fuentes políticas conocedoras de los contactos. En medios jurídicos dan poca credibilidad a las posibilidades de que una promesa de este estilo pueda convertirse en realidad, e insisten en que el calendario más probable para el retorno del presidente de Junts sería el próximo mes de noviembre.
Sin embargo, esa es la promesa que está trasladando Cerdán al presidente fugado. En el propio entorno de Junts hay personas que desconfían de esta oferta, en especial el abogado de Puigdemont, Gonzalo Boye, quien aconseja al expresident y que considera que volver a España, sin tener todas las garantías legales, resultaría muy arriesgado para un Carles Puigdemont que quiere evitar pisar una cárcel española a cualquier precio.
Además, la promesa de Santos Cerdán, en principio, no depende del Ejecutivo español. Sería preciso, primero, que el Tribunal Constitucional (TC) resuelva los dos principales recursos contra la ley de amnistía, el del PP y el del Tribunal Supremo, unas resoluciones que confían tener listas para el verano. Le seguirán las que han formulado, en el mismo sentido, una quincena de comunidades autónomas. Se prevé que en todas estas resoluciones el Alto Tribunal concluya que la ley de amnistía es constitucional.
Pero no sólo tienen que resolver la cuestión de inconstitucionalidad y los recursos del PP, sino que tendría que haber resuelto a su vez un recurso que Puigdemont aún no ha presentado siquiera, contra la decisión de Pablo Llarena de dejarle fuera de la amnistía porque, según el juez, ha cometido un delito de malversación agravada que está fuera de la norma que excluye el enriquecimiento personal. Es decir, primero tienen que declarar que la ley es constitucional y, luego, que resulta aplicable a Puigdemont. Sin lo segundo, el expresident huido no podría volver.
Medidas cautelares
Para volver en verano, el TC debería otorgarle unas medidas cautelares, es decir, sin entrar en el fondo del asunto. Algo para lo que no hay precedentes. El TC nunca ha otorgado unas cautelares de este tipo. Las fuentes jurídicas consultadas lo consideran poco probable, porque la mayoría progresista en el pleno de este organismo judicial no es tan holgada como para saltarse todos estos precedentes. Eso sí, el TC se encuentra inmerso también en una batalla con la Audiencia de Sevilla por su reingterpretación de la sentencia de los ERE que tampoco tenía precedentes en España.
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Lo más previsible es que el TC analice si el Supremo ha vulnerado los derechos de los líderes independentistas al descartar perdonarles el delito de malversación, con el argumento de que obtuvieron un beneficio personal patrimonial con el procés y que los gastos del 1-O causaron perjuicio a las finanzas europeas. Y que la decisión sea favorable para Puigdemont, Oriol Junqueras y el resto de los condenados. Pero esto acontecería alrededor del mes de noviembre de este año, y no antes.
Diferencias de percepción
En Waterloo son conscientes de la situación. Y, de hecho, entienden que la promesa del PSOE es un intento de Moncloa de apuntalar una mayoría de la investidura que se está desmoronando en el Congreso. Por tanto se muestran poco partidarios de dejarse tentar por la oferta.
En cambio, en Junts, como partido, se espera con ansia el regreso de Puigdemont para compensar los problemas de falta de visibilidad que arrastra la formación. En el Parlament, la oposición ha quedado desdibujada. En Madrid sólo es conocida Míriam Nogueras, a menudo más por sus broncas con Gabriel Rufian. El partido echa de menos el 8 agosto del año pasado, cuando la fuga de Puigdemont llegó a eclipsar mediáticamente la investidura de Salvador Illa como presidente de la Generalitat.
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Un regreso de Puigdemont, incluso cuanto antes, se considera clave para que Junts remonte en las encuestas. Pero en caso de avanzarlo al verano, podría implicar algún tipo de riesgo legal.
Una vuelta mitificada
El regreso de Puigdemont está tan mitificado que hasta tendrá un libro en Sant Jordi. La periodista de La Vanguardia Mayka Navarro y el detective privado Paco Marco presentarán el libro La fugida (La huida) de Edicions 62, basado en la fuga de Puigdemont el 8 de agosto del año pasado. La confección de la obra ha contado con pleno apoyo de Waterloo y del partido que han visto la manera de recuperar el último momento épico de un líder que en los últimos meses se está viendo desgastado políticamente por sus pactos con el PSOE.
La vuelta de Puigdemont es la última gran carta que le queda al partido para jugar. Otra cosa son las consecuencias de ese regreso. Carles Puigdemont tiene un nulo interés por ejercer de líder de la oposición. Y todavía quedarían tres años para unas futuras elecciones autonómicas.
El secretario de organización del PSOE, Santos Cerdán, está prometiendo a Carles Puigdemont y al secretario general de Junts, Jordi Turull, en las reuniones que se han mantenido en Suiza que el líder independentista podría dejar Bélgica y volver a España este verano, según explican fuentes políticas conocedoras de los contactos. En medios jurídicos dan poca credibilidad a las posibilidades de que una promesa de este estilo pueda convertirse en realidad, e insisten en que el calendario más probable para el retorno del presidente de Junts sería el próximo mes de noviembre.