Junts ocultó tres meses y en plena crisis de Cercanías que tenía un consejero en Renfe

Junts ocultó durante tres meses que su partido contaba con un consejero en Renfe. Así, el economista especialista en transporte ferroviario y exmiembro del secretariado de la ANC Eduard Gràcia fue designado como miembro del consejo de la empresa pública Renfe Operadora el pasado diciembre, pero la formación que preside Carles Puigdemont no lo hizo público. Sí que lo reconoció la empresa, integrándolo en su web, y el propio interesado, que lo reconoció en su página de Linkedin.

Fuentes de Renfe apuntan a que Eduard Gràcia es consejero desde el 17 de diciembre. Junts sólo reconoció que tenía un representante en el consejo de la operadora ferroviaria pública, que depende del ministro de Transporte, Óscar Puente, el 17 de marzo, tres meses después. Irónicamente, Eduard Gràcia llegó al consejo de Renfe antes que el actual presidente, Álvaro Fernández Heredia, que fue nombrado el pasado 15 de enero.

Portavoces de la formación independentista sólo aceptan que el rol de Gràcia en el consejo de Renfe es que “defenderemos los intereses de Cataluña en todas partes donde tengamos oportunidad, sea en Renfe o el aeropuerto”. Pero cuando estalla la nueva crisis de Cercanías en Cataluña, en la primera semana de marzo, Junts silenció la feliz circunstancia de que había obtenido un miembro en el Consejo de Administración justo en la empresa que estaba en la diana del independentismo.

El 15 de enero, cuando ya llevaba un mes en el consejo de administración de Renfe Operadora, Eduard Gràcia fue más allá: se permitió acudir a una rueda de prensa de la ANC para protestar sobre la mala situación de Cercanías. No se identificó como consejero de la empresa que daba el servicio que se estaba criticando.

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En esa rueda de prensa, Gràcia denunció ante los medios que “en el año 2022 se estima que hubo 284 días con incidencias graves - más de tres de cada cuatro días - y el 62% de estas incidencias -casi dos de cada tres- fueron causadas por problemas de infraestructuras".

Gràcia mantuvo que a su juicio se trataba de una situación estructural recordando que el año 2021 la inversión ferroviaria realizada fue un 19% del presupuestado. Respecto del traspaso de Cercanías a la Generalitat, ha comentado que hay todavía muchas preguntas abiertas, incluyendo cuestiones clave como de qué modo se resolvería el déficit de inversión en la infraestructura que impacta tanto el servicio. Fuentes de la ANC han explicado que desconocían esta ocupación de Eduard Gràcia cuando le invitaron a dar la rueda de prensa, en la que incluso estuvo presente el presidente de la entidad, Lluís Llach.

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Junts ha evitado responder a cuestiones clave como cuál ha sido la actuación de Eduard Gràcia en esta crisis, si ha votado de manera negativa a algún punto en señal de protesta o si ha amenazado con dimitir por el caso en la Cercanías de Cataluña. Portavoces de Renfe se han limitado a señalar que “no damos información confidencial sobre deliberaciones de los consejos de administración”. Como mínimo, Gràcia ha participado en tres consejos de administración de Renfe desde su nombramiento.

Bronca en el Congreso

Esta misma tarde se celebra en el Parlament un pleno sobre la crisis de Cercanías forzado por Junts en el que se quiere desgastar a Salvador Illa pero también a ERC a cuenta del mal servicio en Cercanías que soportan los catalanes. Como puso en evidencia Gabriel Rufián en la bronca que organizó en el Congreso la pasada semana, hay una enorme contradicción entre decir que el traspaso de Cercanías a las Generalitat pactado por ERC está muerto y tener a la vez un representante en el consejo de Renfe.

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Pero hay más. Porque en diciembre Eduard Gràcia entra el consejo de Renfe y en febrero de 2025 Enagás y Aena anuncian que incorporarán representantes de Junts en su consejo de administración. Entre medias, en enero Carles Puigdemont anunció desde Bruselas y de manera solemne que rompía con Pedro Sánchez, que España se quedaba sin Presupuestos Generales del Estado y que Junts pasaba a la oposición. Duró cinco semanas. Luego se retiró la exigencia de una cuestión de confianza alegando que lo había pedido el mediador internacional y el independentismo siguió respaldando al PSOE en Madrid.

Perspectiva cronológica

Con la perspectiva cronológica, la crisis del pasado enero entre Junts y el Gobierno español parece una mera representación para justificarse ante las bases independentista. La propia Junts reconoce que se trata de un paquete de nombramientos: “defenderemos los intereses de Cataluña en todas partes donde tengamos oportunidad, sea en Renfe o el aeropuerto”. Estos nombramientos empezaron antes y siguieron después de la supuesta crisis que desató Junts y que acabó como una tormenta en un vaso de agua sin una explicación clara.

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Para Junts, Cercanías es sólo una manera, otra más, de desgastar a los republicanos. Pero ha forzado tanto la situación que hasta la ANC está marcando distancias.

Este fin de semana, la ANC emitió un comunicado para justificar que ya no se sumaba a las protestas convocadas por los usuarios por el mal funcionamiento de la red ferroviaria. El desmarque se justificó en la nota por “la reiterada voluntad de despolitizar la manifestación de las plataformas convocantes, es en sí misma una posición política, la cual permite que partidos y sindicatos directamente responsables del desbarajuste ferroviario al que el estado nos ha sometido durante los últimos decenios, ahora queden blanqueados de sus responsabilidades. Admitir su apoyo, en aras de una supuesta despolitización, es absolverlos de su voluntad persistente y política, de destrozar nuestra red ferroviaria”. De puertas adentro se comunicó la incomodidad por los nuevos consejeros. La ANC ha convocado su propia protesta para el 5 de abril. Habrá que ver si a esta movilización acude Eduard Gràcia.