ERC aprueba atornillar más a Sánchez y exigir un referéndum de independencia
Los republicanos votan en su congreso reducir la presencia del Estado en Cataluña para preparar el terreno de la secesión
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Los republicanos tienen una consigna clara: atornillar a Pedro Sánchez. Su ponencia estratégica reconoce que "la correlación de fuerzas del momento actual plantea importantes adversidades, la principal de ellas la pérdida de la mayoría independentista en el Parlament de Cataluña, fruto de los resultados de las elecciones de mayo del 2024. No obstante, también nos ofrece oportunidades que no podemos desaprovechar. Ante el riesgo de derrotismo y de una política de brazos caídos, es preciso hacer valer activos importantes como el papel clave de las fuerzas independentistas, y muy especialmente el de ERC, tanto en el Congreso de Madrid como en el mismo Parlament. Hemos de hacer de esta situación un trampolín para reforzar nuestra posición y avanzar hacia nuestros objetivos".
El objetivo es la separación de España. "Forjar una mayoría social para la independencia y que esta mayoría social sea también una mayoría política es condición necesaria, pero no suficiente. La opción de gobernar las principales instituciones del país con una mayoría favorable a la independencia permitirá ayudar a construirla, pero no ha de ser un objetivo en sí mismo. Es preciso preparar las condiciones para que, cuando eso pase, tengamos la capacidad y el poder político necesario para poder liderar en condiciones el camino hacia el ejercicio del derecho de autodeterminación". La ponencia estratégica, votada este domingo, fue aprobada con 503 votos a favor, 20 en contra y 22 votos en blanco.
Para alcanzar el objetivo hay una estrategia diseñada al milímetro que, además, ayuda a explicar los apretones de tuerca que Esquerra da al gobierno central de Pedro Sánchez: "Será preciso trabajar para reducir la presencia del Estado español en el territorio, de tal manera que sean las instituciones y los agentes propios del país los que rijan todos los ámbitos de la vida de la ciudadanía".
Se comprende, así, las presiones para que Sánchez otorgue una Hacienda foral a Cataluña, que cree una Agencia de Protección Social (antesala para romper la unidad de la Seguridad Social), ceda el control de puertos y aeropuertos al Gobierno catalán, permita la existencia de un poder judicial propio para Cataluña, reduzca la presencia de Guardia Civil y Policía Nacional en esta comunidad, que elimine la Policía científica, que haga desaparecer cuerpos como el Seprona y que esté en negociaciones para ceder competencias en materia de Policía del Mar, que constitucionalmente es un trabajo exclusivo de la Guardia Civil.
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El partido de Junqueras subraya que "esta ponencia política no sólo es una hoja de ruta de ERC hacia la independencia para los próximos años, sino también un llamamiento a la sociedad catalana para sumar esfuerzos y asumir responsabilidades colectivas".
"Relanzar la independencia"
Su intención es trabajar en tres vías de aquí al 2031: "Relanzar la independencia [ése será su lema futuro] y retomar el proyecto de República; conseguir la celebración de un referéndum de autodeterminación como vía de resolución del conflicto; y tejer una estrategia ganadora, especialmente en las ciudades metropolitanas".
En la ponencia no falta una crítica descarnada hacia España, de la que dicen que "continúa su persecución y su respuesta represiva al independentismo y a los movimientos sociales, especialmente a partir del control que ejerce el poder judicial (…) El sistema judicial español es heredero directo de un estado autoritario y contribuye a construir y sostener una democracia de muy baja calidad alejada de los parámetros más esenciales de la democracia liberal".
Pero los necesarios votos de ERC para el PSOE son su tabla de salvación: "En la actual composición parlamentaria española se abre una ventaba de oportunidades que, por mínima que sea, tenemos la obligación de contemplar en sus potencialidades en el camino de la superación del régimen del 78 en términos de reconocimiento de la plurinacionalidad, deconstrucción de las estructuras institucionales postfranquistas —que aún perduran— así como en el avance en temas de derechos y libertades".
La cúpula de Esquerra tiene la vista puesta en 2031, cuando se cumplan 100 años de la fundación del partido y de la proclamación de la "República Catalana." Por ello, dice su ponencia estratégica que "para construir el escenario propicio para el año 2031, será preciso también dedicar nuestros esfuerzos a la construcción de soberanías nacionales y a reforzar el marco institucional catalán".
Presión al Estado
Al mismo tiempo, quiere recuperar "las alianzas soberanistas en el marco de una Estrategia Nacional por el Referéndum de Autodeterminación" que una a partidos y entidades cívicas de todos los Països Catalans (o sea, Valencia y Baleares junto a Cataluña) para tejer una "agenda nacional con dos ejes estratégicos: la movilización conjunta y la coordinación institucional por la autodeterminación". Su política es firme: "Debemos hacer servir por sistema la fuerza política institucional y popular para presionar al Estado hacia una respuesta política en relación con el conflicto catalán. Respecto al Estado, hemos de seguir una estrategia que nos permita poner en jaque al régimen del 78. No hay solución al conflicto sin autodeterminación".
Con esta ponencia, ERC asegura que quiere ser el "eje vertebrador de la izquierda nacional" y reafirmarse en sus objetivos fundacionales: "Los principios de justicia social, republicanismo y libertad nacional de Cataluña". Apela, para ello, al Manifiesto de Inteligencia Republicana, firmado por diversas fuerzas políticas en 1930 con motivo del hundimiento de la dictadura de Primo de Rivera y cuyas "conclusiones, dirigidas a todas las fuerzas políticas catalanistas, republicanas y progresistas, mantienen su vigencia trasladándose al contexto de hoy".
Esquerra omite que el Manifiesto citado (y que fue uno de los componentes que permitieron fundar ERC) no habla de independencia de Cataluña. En la ponencia añade un pequeño párrafo en el que asegura que "mientras continúen esta desunión y luchas interiores, dictaduras parecidas a las que los últimos años hemos sufrido continuarán gobernando y privando a nuestro pueblo de toda libertad". Llama luego a organizarse dentro de un programa mínimo "que asegure la libertad del pueblo y haga imposible el advenimiento de nuevas tiranías".
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Los párrafos, sin embargo, pertenecen a artículos del diario L'Opinió, que publicó el Manifiesto. El texto de éste aboga por "un nuevo orden político, la República Federal". Y resalta: "Es la dura experiencia de estos últimos años la que nos dicta hoy nuestro deber, como un imperativo acaparador, dolorosamente convencidos de la inanidad de plantear todo programa máximo sin la previa incorporación de España a la corriente de los pueblos libres (…) Conscientes de nuestro deber histórico, hacemos una fervorosa llamada a los hombres de buena voluntad de Cataluña y de toda España para que hagan coincidir su esfuerzo hacia la instauración de la República Democrática".
La pulla a Puigdemont
ERC no esconde que lo que persigue es la independencia respecto a España. "Para que el independentismo se convierta en hegemónico, la sociedad ha de percibir que disponer de un Estado propio es la herramienta más útil para mejorar las condiciones laborales, garantizar el acceso a una vivienda digna y disfrutar de unos servicios públicos de calidad".
Concluye, así, que "la independencia que desde ERC anhelamos comporta el establecimiento de un nuevo Estado, la República Catalana, sin lastres del pasado”. Pero es consciente del recelo de la ciudadanía. "La desconfianza que se ha instalado en la ciudadanía respecto a la viabilidad del proyecto independentista, aparte de alejar del proyecto de emancipación social a amplios sectores sociales que en el pasado se habían sentido interpelados y atraídos por un proyecto de país mejor, ha producido una ruptura emocional que pone en riesgo toda la fuerza acumulada durante los últimos años".
ERC reinterpreta lo que pasó en 2017 y llega a una conclusión "clara": que "para poder ganar nos hacen falta liderazgos comprometidos con la independencia", en una velada alusión a la indeterminación y posterior fuga de Carles Puigdemont, y, además, "es preciso consolidar sindicatos nacionales, federaciones de empresarios partidarios de la independencia, medios de comunicación y entidades sociales que defiendan el derecho a la independencia de Cataluña". Pero hay otro condicionante más difícil: "Es necesario sumar más personas al proyecto, fortalecer las bases del movimiento y prepararnos mejor para afrontar los retos que vendrán".
Los republicanos tienen una consigna clara: atornillar a Pedro Sánchez. Su ponencia estratégica reconoce que "la correlación de fuerzas del momento actual plantea importantes adversidades, la principal de ellas la pérdida de la mayoría independentista en el Parlament de Cataluña, fruto de los resultados de las elecciones de mayo del 2024. No obstante, también nos ofrece oportunidades que no podemos desaprovechar. Ante el riesgo de derrotismo y de una política de brazos caídos, es preciso hacer valer activos importantes como el papel clave de las fuerzas independentistas, y muy especialmente el de ERC, tanto en el Congreso de Madrid como en el mismo Parlament. Hemos de hacer de esta situación un trampolín para reforzar nuestra posición y avanzar hacia nuestros objetivos".