El Consell de Puigdemont muestra su plan: referéndum pactado solo para nacidos en Cataluña
Organizaciones soberanistas quieren convencer a la ONU para que apoye la secesión y recoger "millones de firmas" para deslegitimar el Parlament
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La pax romana no ha llegado aún a una parte de Cataluña. Las cesiones y concesiones del Gobierno español, lejos de apaciguar las aguas, han hecho crecerse a un sector del independentismo, que vislumbra un horizonte 'glorioso' con Cataluña separada de España. En realidad, es una idea común a todas las fuerzas políticas, desde la extrema derecha a la extrema izquierda soberanista. Sólo difieren en los métodos para conseguirla.
Ante la desmovilización de la sociedad y sin el control de las instituciones autonómicas, el soberanismo lo tiene más crudo. Pero entidades cívicas y algunos partidos independentistas creen que pueden sacar jugo a la situación. Uno de los instrumentos que quieren utilizar es el nuevo Consell de la República, hasta hace poco presidido por Carles Puigdemont. El posconvergente dejó su cargo y convocó elecciones aduciendo que no podía compatibilizar esa presidencia con la de JxCat, pero sigue controlando las riendas de la entidad. Su nuevo presidente, Jordi Domingo, fue a visitarle a Waterloo, antes de reunirse, sucesivamente, con el presidente de la ANC, Lluís Llach, y con el presidente del Parlament, Josep Rull.
Lo que se cuece es el papel del nuevo Consell, libre ya de la presencia del exvicepresidente Toni Comín y de sus escándalos sexuales y económicos. Todos coinciden en que se ha de reservar la acción internacional contra España para el Consell, que seguirá teniendo la sede fuera del país. Domingo cuenta con el abogado Jordi Castellà (que renunció a su candidatura a la presidencia para apoyar a Domingo) como nuevo responsable de Acción Internacional ante la ONU. El Consell de la República, junto con la ANC, han programado una agenda de contactos territoriales y conferencias de Castellà para explicar la nueva estrategia internacional del independentismo, que utilizará al Consell de la República como herramienta básica para llegar hasta el organismo internacional, simulando ser un gobierno en el exilio.
La estrategia 'secreta'
Castellà desgranó este mes de febrero en una de sus conferencias, celebrada en Igualada, la estrategia ‘secreta’ que preparan las fuerzas soberanistas: conseguir el reconocimiento internacional, que la Asamblea General de la ONU vote un texto reconociendo el derecho de la autodeterminación y soltar amarras con España. Esa secesión puede ser de dos maneras: con un traspaso de ‘soberanías’ en que España deja ir a Cataluña o mediante un referéndum, ya sea unilateral o pactado.
La sorpresa que atesoran los ‘indepes’ es que en esa consulta solo podrán votar los nacidos en Cataluña. “Solo tendrán derecho a voto los autóctonos, los naturales, los nacidos en este territorio”, repitió Castellà varias veces ante su auditorio.
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El dirigente del Consell de la República recurrió a ejemplos para escenificar esa circunstancia: “No tendrán derecho a voto señores como este Lewandoski porque nació en Polonia. ¿Verdad que no tiene sentido que un señor de otra nacionalidad vote sobre el futuro de Cataluña?. ¿Y el Raphinha? Tampoco. Los españoles nacidos en España, de acuerdo con el derecho internacional, tampoco tendrán derecho a votar”.
Ante la estupefacción del público, Castellà aclaró luego que “otra cosa es que fruto de las negociaciones que hagamos con el Estado español para hacer un referéndum acordado, si se diese el caso, porque es nuestro plan B, deberíamos resolver con el Estado español si pueden votar o no aquellas personas que llevan 20 o 30 años enraizadas en Cataluña. Pero esto es ya una discusión bilateral entre Cataluña y España para establecer el censo del referéndum. No obstante, el derecho internacional lo dice claro: pueden votar los nacionales del territorio. Por tanto, los nacidos en este territorio”.
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El dirigente del Consell planteó que todas las entidades y partidos independentistas inicien una recogida de firmas por todas las poblaciones de Cataluña para llevar a la ONU. “Como no podemos aprovechar la mayoría en el Parlament porque la han malogrado, lo que hemos de hacer es poner mucha voluntad popular recogiendo millones de firmas, suficientes para deslegitimar este Parlament españolista y poder ir a la ONU sin ningún miedo y decirle a los Estados miembros: ‘Aquí está la nueva apelación de Cataluña que pide el reconocimiento del derecho de autodeterminación y la independencia y queremos que sea escuchada y resuelta favorablemente’”.
Aprovechar el problema de Ucrania
Albert Pont, presidente del Cercle Català de Negocis (CCN) y líder del Front Nacional de Catalunya (FNC), también presente en la conferencia, apoyó que sea el Consell de la República el que pilote la ofensiva 'indepe' en la ONU. “A mí me hubiera gustado que se hubiera convertido en el Govern de Cataluña en el exilio, pero esa ambición no se tuvo [en el pasado]. Si hoy Cataluña no es independiente no es porque la comunidad internacional no nos haya valorado, no es porque no fuimos capaces de tener socios estratégicos, sino porque ha habido tres partidos políticos que no han querido hacer la independencia, que se han ocupado más de ponerse palos en las ruedas unos a otros”.
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Castellà recogió el guante y admitió que “el Consell de la República puede recoger las firmas, ser el propulsor. No está escrito en ningún lado que ha de ser una persona, una institución o un gobierno determinado. Lo que se ha de hacer, simplemente, es que el pueblo pueda presentar ante la ONU un número tan grande de firmas que sea irrefutable que aquella entidad habla en nombre de toda Cataluña. El núcleo de todo es la legitimidad democrática que se obtiene por el gran número de firmas, aunque es intrascendente que lo haga el Consell, como es nuestra idea, o el CCN”.
El letrado explicó que “en 1965, la ONU reconoce el derecho de autodeterminación de Guinea Ecuatorial y un año antes, EEUU entra en la guerra del Vietnam. Hoy estamos en plena guerra de Ucrania, con el conflicto de Palestina, que están en el clímax máximo. Y ahora, para evitar una guerra nuclear, comenzarán a pactar y a resolver los problemas del mundo. Es importante y necesario que el problema de Cataluña se ponga encima de la mesa, y lo hemos de hacer ahora, porque así se ocuparán de nuestro problema”.
La pax romana no ha llegado aún a una parte de Cataluña. Las cesiones y concesiones del Gobierno español, lejos de apaciguar las aguas, han hecho crecerse a un sector del independentismo, que vislumbra un horizonte 'glorioso' con Cataluña separada de España. En realidad, es una idea común a todas las fuerzas políticas, desde la extrema derecha a la extrema izquierda soberanista. Sólo difieren en los métodos para conseguirla.