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Un fondo 'desahucia' a la Generalitat en Madrid para hacer pisos de lujo: Illa busca sede
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Pierde su local en la calle de Alcalá

Un fondo 'desahucia' a la Generalitat en Madrid para hacer pisos de lujo: Illa busca sede

La presión inmobiliaria es tal que ni la administración catalana se libra, obligada a mudarse en un año porque el nuevo propietario impulsa una promoción de pisos de lujo

Foto: El edificio de Alcalá 44, sede de la Generalitat en Madrid.
El edificio de Alcalá 44, sede de la Generalitat en Madrid.
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La especulación inmobiliaria no da tregua a los inquilinos de las mejores zonas de Madrid. La última e inesperada víctima de este fenómeno ha sido la propia Generalitat de Cataluña, que perderá su la sede de su histórica delegación en la capital de España, Alcalá 44, más conocida como el Centro Cultural y la Librería Blanquerna. La nueva propiedad del inmueble no quiere renovar el contrato de alquiler, según confirman fuentes del sector inmobiliario, y el Govern de Salvador Illa tiene un año para buscar una nueva ubicación, según han confirmado fuentes del ejecutivo catalán.

La ironía es que justo en el momento en que hay una mejor sintonía entre la Moncloa y la Generalitat en los últimos 14 años gracias a la conexión PSOE-PSC, la Generalitat pierda su sede histórica por la presión inmobiliaria, una icónica ubicación situada entre el Banco de España y el Círculo de Bellas Artes.

La Generalitat está buscando la nueva sede en el sector privado para 2025, pero en un momento en que los precios están disparados en Madrid. La Generalitat descarta por ahora negociar un acuerdo con el Gobierno central para ocupar un edificio público a un precio pactado.

La actual delegada en Madrid, la exalcaldesa de L’Hospitalet de Llobregat, Núria Marín, llegó a la delegación con una mala noticia: tendría que mudarse en breve por los planes de la nueva propiedad. La Llibrería Blanquerna tiene un papel simbólico como punta de lanza de la cultura catalana en Madrid, aunque en realidad vende pocos libros. El problema es el simbolismo.

Foto: Cientos de ultraderechistas durante la manifestación. (EFE)

En 2017, los madrileños fueron a la Librería Blanquerna a mostrar su solidaridad con las víctimas de los atentados de las Ramblas. También fue allí donde el entonces diputado Josep Sánchez Llibre se encaró con asaltantes de la ultraderecha en 2013. También fue en esa sede donde Artur Mas dio su célebre rueda de prensa tras reunirse con Mariano Rajoy en 2014, con el Gobierno español rechazando el pacto fiscal y Mas amenazando con una consulta. Por tanto, el valor simbólico de esta ubicación es enorme y seguramente irremplazable por cualquier futura ubicación. Estamos hablando de historia viva de Cataluña y de España.

La Generalitat ocupa, en la calle Alcalá 44, la 4ª planta, donde está propiamente la sede de la delegación, como el local edificio donde se ubica el Centre Cultural-Llibreria Blanquerna. El peso de la historia es tal que en ese cuarto piso era donde tenía el despacho Adolfo Suárez cuando era secretario general del Movimiento.

Cambio de manos

En julio del pasado año, la aseguradora suiza Zurich vendió el inmueble de Alcalá 44 al grupo inversor Besant Capital y a su socio mexicano Blasson. En total, 12.000 metros cuadrados distribuidos en siete plantas y cuatro subterráneas de aparcamiento, actualmente destinados a oficinas. Una operación que fuentes del mercado inmobiliario cifraron en más de 100 millones de euros.

Los problemas para los inquilinos empezaron cuando Zurich vendió el inmueble

La nueva propiedad plantea un cambio de usos para promover residencias de lujo con servicios, un tipo de pisos de alto standing en el centro de Madrid que se comercializan a un precio de 20.000 euros el metro cuadrado. El mercado no entiende de historia. Para ello, el primer paso es no renovar los contratos de alquiler que vencen. Y ese es el caso de la Generalitat de Cataluña.

Reto inmobiliario

Para el área de patrimonio de la Generalitat va a resultar un verdadero reto encontrar un espacio equivalente al que ahora ocupan en la capital de España. La mudanza en sí no será compleja. El problema es encontrar a dónde, sin alejarse mucho del centro y sin dar la sensación de que se va a menos, aunque en este caso no sea por perder peso político sino por la propia evolución del mercado inmobiliario en la Villa y Corte. Precisamente este es uno de los problemas, el de la vivienda en las ciudades, que el gabinete de Salvador Illa ha identificado como una de sus prioridades.

La especulación inmobiliaria no da tregua a los inquilinos de las mejores zonas de Madrid. La última e inesperada víctima de este fenómeno ha sido la propia Generalitat de Cataluña, que perderá su la sede de su histórica delegación en la capital de España, Alcalá 44, más conocida como el Centro Cultural y la Librería Blanquerna. La nueva propiedad del inmueble no quiere renovar el contrato de alquiler, según confirman fuentes del sector inmobiliario, y el Govern de Salvador Illa tiene un año para buscar una nueva ubicación, según han confirmado fuentes del ejecutivo catalán.

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