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Cárcel de Quatre Camins: un violador anda suelto por el Módulo 3
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Cárcel de Quatre Camins: un violador anda suelto por el Módulo 3

Un interno protagoniza su cuarto intento de agresión a una funcionaria y extiende el temor en la cárcel catalana, pero no es ni aislado ni castigado por sus acciones

Foto: Cárcel de Quatre Camins. (EP/Alberto Paredes)
Cárcel de Quatre Camins. (EP/Alberto Paredes)

P.S.S. es un joven extranjero que cumple condena en Cataluña por violación. Su historial de conflictividad es muy elevado, tanto que ha pasado por distintas prisiones catalanas, donde ha sido acusado de agresiones sexuales a las funcionarias de los centros. Pese a su conducta de agresión sistemática, en Quatre Camins, la última cárcel a la que arribó, fue destinado al Módulo 3 en vez de a un módulo especial al que confinan a los agresores sexuales.

El pasado 30 de enero, tenía visita concertada con una funcionaria en el área educativa. Sentados frente a frente, el recluso comenzó a masturbarse mientras la funcionaria le interrogaba. Inmediatamente, la reunión terminó, aunque no así la actitud del preso. "P.S. sabe que tiene un problema, lo admite, pero no quiere cambiar. Lo que le gusta es lo que hace en cada momento", explican a El Confidencial una fuente interna de las prisiones catalanas que conoce al recluso.

P.S.S. ya pasó por situaciones similares en las prisiones de Brians 2 y Lledoners, donde fue denunciado también por agresión sexual a funcionarias. El pasado 18 de noviembre, en Quatre Camins, se encontraron en su celda 80 medias pastillas de Seroquel, un antipsicótico. Nadie sabe cómo llegaron allí los medicamentos. Pero aquello pasó sin pena ni gloria y la vida continuó en prisión. No se le abrió expediente, no se le trasladó de módulo ni se le castigó, como suele ocurrir con casos similares.

Foto: Una protesta de funcionarios frente a la cárcel de Lledoners. (EP/Marc Trilla)

Ahora ha vuelto a ser protagonista de otro asunto aún más escabroso, en el que estuvo en riesgo la integridad de una funcionaria de prisiones. Pero ni este nuevo episodio de violencia ha provocado reacción alguna de la Administración penitenciaria. Hace tres años, en el mismo centro de Quatre Camins, un interno agredió a una trabajadora que entró en un lavabo, exclusivo para funcionarios, haciendo que le tocase los genitales e intentando besarla, para después 'invitarla' a su celda. Eso provocó que inmediatamente se aplicase el protocolo de seguridad y el preso fue cambiado de cárcel y clasificado en primer grado.

"Será sancionado"

Pero con P.S.S. no ha ocurrido lo mismo. El joven continúa haciendo vida normal en su módulo de siempre. El CSIF, el principal sindicato de prisiones, difundió esta semana un comunicado pidiendo medidas de seguridad en las cárceles, que en 2024 alcanzaron un récord de agresiones de internos a funcionarios. Para el sindicato, "lo más alarmante es que ese interno ya había cometido actos similares en tres centros distintos y se encuentra incluido en el protocolo X/S por acoso sexual a trabajadoras penitenciarias. A pesar de este historial, el interno sigue en régimen ordinario en el módulo MR3 sin que se le hayan aplicado medidas cautelares ni aislamiento preventivo. A pesar de los antecedentes, el interno sigue compartiendo espacio con trabajadoras penitenciarias, exponiéndolas a un riesgo evidente".

Fuentes internas de Quatre Camins explican que P.S.S. debería haber estado en el Módulo 6 de la prisión, reservado a delincuentes sexuales. ¿Porqué estaba en el Módulo 3? Nadie da una razón. ¿Por qué después de encontrar un arsenal de pastillas antipsicóticas en su celda y de agredir a una funcionaria el 30 de enero pasado sigue haciendo vida normal en un módulo normal? Es otro misterio.

Foto: Funcionarios cortan el acceso ante la cárcel de Lledoners, en Cataluña. (Europa Press/Marc Trilla)

Fuentes oficiales de la administración penitenciaria catalana explican a El Confidencial que "en el mismo momento en que se realizó la agresión y fue puesto en nuestro conocimiento, se abrieron diligencias por parte de la dirección general de Asuntos Penitenciarios. No nos cabe ninguna duda de que este expediente acabará en sanción, porque aplicamos las normas de manera rígida". "El equipo de tratamiento de la prisión ha examinado el caso y ha propuesto trasladarlo al Módulo 6", admite otra fuente interna de la cárcel.

Demasiada permisividad

El traslado debería hacerse de inmediato, habida cuenta de que la agresión se produjo hace ya dos semanas. CSIF, como sindicato, critica también la falta de asunción de responsabilidades y exigen a la dirección general de Asuntos Penitenciarios "que actúe de manera inmediata y de oficio en casos tan flagrantes como este. No podemos esperar a que ocurran agresiones aún más graves para tomar decisiones. La permisividad actual no solo pone en peligro a los funcionarios, sino que refuerza la sensación de impunidad entre los internos, agravando aún más la crisis en el sistema penitenciario catalán".

Hace pocas semanas, también en Quatre Camins, otro preso, P.A., con antecedentes violentos, retuvo a una funcionaria en su celda cuando esta procedía a realizar la apertura de las celdas mientras otro funcionario estaba en la cabina de control. La rápida intervención de los internos ordenanzas del módulo evitó lo que podría haber sido una tragedia. El reglamento obliga a los presos a trabajar en binomios, pero la falta de personal hace imposible cumplir con esa cuota.

Dos días más tarde, en la cárcel de Ponent, un preso considerado peligroso y violento, con largo historial delictivo, abordó por la espalda a otra funcionaria, la sujetó por el cuello y le hizo tocamientos al mismo tiempo que se tocaba él mismo. No era su primera agresión similar dentro de una cárcel.

Foto: Manifestación de apoyo a la cocinera fallecida. (EFE/Alejandro García)

"Desde el asesinato de la compañera Núria en la cárcel de Mas d'Enric en marzo del año pasado, las agresiones y situaciones de violencia en las cárceles catalanas han ido a peor. Lo malo es que puede volver a producirse algún otro episodio violento de final trágico en cualquier momento, porque los funcionarios no tenemos medidas para defendernos. La Administración no nos deja tener aerosoles ni pistolas taser, como ocurre en otros países, por lo que nuestra integridad física se ve amenazada. Ni siquiera nos ha concedido la categoría de agentes de la autoridad, lo que conllevaría castigos severos a las agresiones. Estamos dejados de la mano de Dios, en una situación insostenible y con plantillas insuficientes para prestar nuestros servicios en condiciones de una mínima normalidad", se quejan los funcionarios.

En otoño pasado, según denuncian los sindicatos, R.P. (una exguardia urbana condenada junto a su amante por asesinar a su pareja) fue acusada por otras internas de organizar y ordenar una brutal agresión contra una funcionaria de la cárcel de Mas d'Enric. Según desveló el diario Segre, R.P. pagó a otra reclusa suministrándole drogas y objetos prohibidos. "Lo más alarmante es que estos hechos eran de conocimiento de los responsables del centro", advierten desde CSIF, al tiempo que recalcan que ese hecho tuvo lugar bajo el mismo director que permitió que un recluso condenado por asesinato accediera a la cocina de Mas d'Enric y asesinara a la cocinera Núria el año pasado. En resumidas cuentas, la sombra de un agresor sexual corre por la prisión de Quatre Camins, pero la sombra de la sospecha de una gestión dudosa de los servicios penitenciarios también se pasea por todas las cárceles catalanas.

P.S.S. es un joven extranjero que cumple condena en Cataluña por violación. Su historial de conflictividad es muy elevado, tanto que ha pasado por distintas prisiones catalanas, donde ha sido acusado de agresiones sexuales a las funcionarias de los centros. Pese a su conducta de agresión sistemática, en Quatre Camins, la última cárcel a la que arribó, fue destinado al Módulo 3 en vez de a un módulo especial al que confinan a los agresores sexuales.

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