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La ANC revienta: rompen la cúpula acusando a Lluís Llach de despótico

El exvicepresidente del Parlament, Josep Costa, uno de los más votados en las últimas elecciones, abandona enfadado la última reunión de la dirección

Foto:  El presidente de la ANC, Lluís Llach. (EFE/Enric Fontcuberta)
El presidente de la ANC, Lluís Llach. (EFE/Enric Fontcuberta)
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La reunión del Secretariado de la Asamblea Nacional Catalana (ANC) que tuvo lugar este sábado ha acabado como el rosario de la aurora. Los modos de hacer del presidente de la organización, Lluís Llach, no gustan a una parte de los dirigentes, que abandonaron el cónclave entre grandes aspavientos y dosis de cabreo.

"He abandonado la reunión del Secretariado de la ANC en protesta por la gestión despótica y antirreglamentaria que se está haciendo en la entidad. La gente que lo dio todo para ganar el 1-O no se merece que la continúen chapuceando los que la han traído hasta aquí. Ya basta", acusó el exvicepresidente del Parlament, Josep Costa, que fue casi tan votado como el excantautor.

David Miñana, también miembro de la dirección fue otro de los que abandonó la reunión. "También, como secretario nacional de la ANC, he secundado tu decisión. Es incoherente pedir transversalidad, unidad y regeneración del movimiento independentista, tanto a nivel social como político, y hacer lo contrario a nivel interno".

La revuelta sentó a Lluís Llach a cuerno quemado. Tanto que contraatacó enseguida apuntando a la yugular de Costa. "Como presidente de la ANC, expreso mi enfado por las manifestaciones públicas del secretario nacional Josep Costa, que contravienen el reglamento interno de la ANC. Por otro lado, me toca, y lo hago gustosamente, afirmar que ninguno de los 70 miembros del Secretariado de la ANC, tenga las ideas que tenga, merece descalificaciones relacionadas con despotismo, fraude reglamentario o chapuceros. Sin nada más que decir, viva la ANC".

Foto: Manifestación independentista organizada por la ANC el pasado 11 de septiembre. (EFE/Quique García)

El motivo de la pelea es el nombramiento de un secretario nacional que sustituya a una dirigente que dimitió hace dos meses. Hasta ahora, no ha habido consenso para elegir el sustituto y los ánimos se han ido caldeando.

Testigos de chapuzas

La ruptura de la cúpula ha provocado una cruenta guerra interna. "Perdona, presidente, pero tendrías que aplicarte el mismo criterio y no hacer declaraciones públicas tildando de mal trago la lista cívica, que era un mandato en dos hojas de ruta aprobadas por mayoría, ni acusar a los críticos como responsables de las filtraciones", le respondía un militante. Àngels Tipa también salió a la palestra: "Éste es un problema que ya tuve en 2022 con la constitución del Secretariado Nacional y la elección de cargos. Se chapucea y mucho. Soy testigo y lo dejé por eso. Como presidente, defiende lo que quieras. La ANC está camino del cementerio, desgraciadamente".

J. Llobet, exdirigente de la entidad, salió al paso defendiendo a Costa: "Lluís, soy un antiguo secretario nacional y siento vergüenza por tu comportamiento dictatorial y falto de diálogo respecto al resto. Vergonzoso que después de las tres primeras votaciones por la presidencia no te retirases buscando otra persona de consenso. Comenzaste como un dictador y has seguido hasta hoy en día. Abandona y deja que el consenso se imponga dentro de la ANC. Abandona y harás un buen servicio al país".

Foto: Protesta de la ANC para sacar la Jefatura de Policía Nacional de Vía Laietana. (Europa Press/Lorena Sopena)

Se refiere a que Llach, con los estatutos en la mano, no podía presidir la ANC, puesto que incumplía la obligatoriedad de estar al tanto de los pagos de la cuota hasta el mes de enero de 2024. La convocatoria de elecciones se celebró en marzo y las bases establecían que los que quisieran presidir la entidad debían estar al corriente del pago de cuotas hasta el 16 de enero de 2024. Llach no cumplía esa condición y pagó todas las cuotas juntas que debía (y que, al parecer, se remontaban a años), el 16 de abril, poco antes de celebrarse las elecciones internas.

Las formas de Llach dejan mucho que desear. En pleno procés, ya avisó a los funcionarios que si no apoyaban la desconexión con España serían sancionados tras proclamar la independencia. "Deberán pensárselo muy bien", amenazó a los trabajadores públicos, advirtiéndoles que tendrían que apoyar y obedecer las leyes de desconexión aprobadas ilegalmente por el Parlament.

Las ariscas formas volvieron a ser objeto de controversia cuando, hace pocas semanas, realizó una visita oficial al Parlament, donde se reunió con el presidente de la Cámara, Josep Rull, y le entregó una copia de la hoja de ruta de la ANC para 2025 y 2026. Todo sería perfecto si no fuese, porque esa hoja de ruta aún no estaba aprobada por los socios, puesto que se debía votar a la semana siguiente. Los críticos de la ANC le tildaron de prepotente.

Defiende a su amigo Toni Comin

En los últimos días, fue uno de los principales apoyos de Toni Comin, candidato a presidir el Consell de la República pese a los escándalos de los que se le acusa, desde desvíos de fondos hasta acoso sexual a un asesor de Junts. No hay que olvidar que Llach y Comin, cuando ambos eran ‘ministros’ del gobierno del Consell que presidía Carles Puigdemont pasaron un verano en un velero alquilado por el Mediterráneo, cuyo alquiler nunca trascendió quién lo había pagado.

El posicionamiento de Llach en este tema ha sido aprovechado este sábado por Costa para cargar de nuevo contra él: "Creo que la gran mayoría de los socios de la ANC está de acuerdo conmigo en que el presidente de una entidad no puede salir en la principal radio del país a defender a un político acusado de cosas muy escabrosas por sus propios compañeros. Son comportamientos que dañan al movimiento y que se han de erradicar", le advirtió Costa este sábado.

Foto: Toni Comin, en sus horas más bajas. (EFE/Olivier Hoslet)

Otros activistas se sumaron al carro. "A ver, Lluís, comprendo que defiendas a tu amigo y hasta cierto punto, lo respeto. Pero la gravedad de los hechos llega a un punto de que una de las voces acusadoras contra Toni Comin proviene de uno que hasta hace poco era compañero suyo de 'exilio'", le recrimina otro militante. Se refiere al rapero Valtònyc, que pidió a Junts que apartase a Comin de cualquier gestión política.

Otros activistas arremeten contra el "lamentable espectáculo" que ofrece la cúpula del independentismo cívico y piden volver a la normalidad y a hablar. Pero la mayor parte del activismo da un toque de atención al presidente de la ANC, al que algunos acusan de ‘chochear’. "Desde el primer día que sale cuando no toca como reina madre (dicho por él) en lugar de hacer de presidente de una entidad asamblearia y, por tanto, que se debe a muchas sensibilidades y no a su discrecionalidad. Pero imagino que eso, a un personaje como él, le resbala", sentencia Esther Güell en una condensación del malestar general de la militancia hacia Llach.

La reunión del Secretariado de la Asamblea Nacional Catalana (ANC) que tuvo lugar este sábado ha acabado como el rosario de la aurora. Los modos de hacer del presidente de la organización, Lluís Llach, no gustan a una parte de los dirigentes, que abandonaron el cónclave entre grandes aspavientos y dosis de cabreo.

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