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Lo que la matrícula del coche de Puigdemont esconde: en Bélgica no hace lo que en España
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'protagonista' de la cita con Junqueras

Lo que la matrícula del coche de Puigdemont esconde: en Bélgica no hace lo que en España

En el encuentro de Oriol Junqueras y Carles Puigdemont del jueves en Waterloo, la matrícula del vehículo del presidente fugado con la fecha del referéndum ilegal llamó la atención. Pero hay otro detalle importante

Foto: Puigdemont sale de Waterloo conduciendo su vehículo con la placa 17-1-2017... pero la B de Bélgica. (EFE/Laura Zornoza)
Puigdemont sale de Waterloo conduciendo su vehículo con la placa 17-1-2017... pero la B de Bélgica. (EFE/Laura Zornoza)
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El pasado jueves, los nuevos máximos dirigentes de ERC, Oriol Junqueras y Elisenda Alamany, visitaron a Carles Puigdemont en Waterloo, en lo que significaría el inicio de un deshielo en las relaciones entre ambas formaciones independentistas. Tras el cónclave, al que también asistió el secretario general de Junts, Jordi Turull, Puigdemont salió del palacete con sus invitados conduciendo un coche con la matrícula 1-O-2017, es decir, la fecha del referéndum ilegal de independencia.

En realidad, la matrícula belga consta de un dígito, tres letras y otros tres dígitos. Cada primer número y las primeras letras tienen un especial significado y se refieren al tipo de vehículo y para qué se utiliza. Pero Bélgica permite desde el año 2014 personalizar las matrículas. El primer dígito corresponde al tipo de vehículo y va del 1 al 7, mientras que las siguientes dos series (tres letras y tres números en dos bloques en las placas normales) pueden variar y tener distintos formatos, hasta un total de 8 dígitos en las matrículas personalizadas. Sólo prohíbe que en ellas figuren las siglas de un partido político o insultos.

Un detalle, sin embargo, se escapó este jueves: Junts per Catalunya apoya una intensa campaña para tapar la E de España en las matrículas de nuestro país, en cuyo lugar quiere poner las siglas CAT, referentes a Cataluña. Los retos políticos, sin embargo, parecen contar solo en España: la placa del coche de Puigdemont llevaba claramente visible la 'B' de Bélgica, ya que en Bélgica, los independentistas no se atreven a tanto, ni siquiera apelando al eslogan sobre la libertad de expresión o a la manida protesta contra la "represión del Estado" que se utiliza en España para vulnerar las leyes o las normas.

Talleres para desafiar a España

Pero lo que en España es motivo de viva polémica y desafío a las normas legales, en Bélgica es tabú: Puigdemont no lleva la matrícula de CAT, sino la de Bélgica, el país en el que reside. La norma en aquel país es la misma que en España, aunque las sanciones son más duras. Francia ha prohibido directamente que el distintivo internacional del país (la F) sea cambiado por el CAT o por la bandera catalana, aunque se vea la letra. Las multas son implacables en estos países.

Con España, el talante independentista es diferente. Por debajo de los Pirineos, se apela a argumentos varios para justificar la vulneración de las normas legales establecidas. Junts per Junts, una de plataformas del partido de Puigdemont, ha llegado a realizar cursillos y talleres para convencer a los ciudadanos de que deben tapar la E de España de sus matrículas. "Tapar la letra 'E' de la matrícula de los coches colocando, por ejemplo, un adhesivo 'CAT' es perfectamente legal y la policía no lo puede sancionar", arenga este colectivo, auspiciado por la cúpula posconvergente, en una comunicación a sus activistas.

Las entidades Òmnium, Debat Constituent y Consell de la República organizaron también talleres sobre "diversas opciones removibles para llevar el 'CAT' bien visible en vuestro coche o moto". En el dibujo que acompañaba el texto, el nuevo distintivo tapaba la sigla internacional de España.

Foto: La vicepresidenta del Gobierno, María Jesús Montero, con el l presidente de la Junta de Andalucía, Juanma Moreno.  (EFE / Álvaro Cabrera)

Otros colectivos han intensificado la campaña en las últimas semanas. "Si la puesta de pegatinas del CAT es masiva, podemos exigir al Govern de la Generalitat que ponga el CAT en todos sus vehículos oficiales, incluidos los de los Mossos, bomberos, agentes rurales, servicios sanitarios e incluso de los coches particulares de todos el Govern y de los altos cargos”.

Uno de los impulsores de esta medida es el exdiputado y exalto cargo de ERC Joan Puig (no revalidó su presencia en el Consell nacional del partido al no haber obtenido votos suficientes en el reciente congreso republicano). Puig ofrece comprar paquetes de adhesivos a 50 céntimos a través de la Fundació Terra i Ànima. Pero el enganche para los ciudadanos está en que afirma que si el activista compra 50 adhesivos por 25 euros, Hacienda le devuelve 20 euros, por lo que el coste real es de 5 euros. En otras palabras, que intenta que sea la propia Hacienda española la que sufrague una campaña antiespañola. La Fundació Terra i Ànima asegura también que “poner el CAT es legal y no hay ninguna excusa”.

Dirigente de la ANC multado

Pero los deseos independentistas chocan con la cruda realidad. El año pasado, David Miñana, miembro de la dirección de la ANC, fue cazado por la Guardia Civil en Castellón con la matrícula española, pero con las siglas 'CAT'. Por si fuera poco, bajo estas siglas figuraba el logotipo de la ANC. Fue multado con 200 euros y tuvo que retirar las pegatinas si quería continuar viaje con su vehículo, puesto que la matrícula oficial había sido manipulada.

Foto: Matrícula de un coche español (Archivo)

En su denuncia, la Guardia Civil especificaba que la sanción se debía a "circular con el vehículo reseñado cuyas placas de matrícula tienen incorporados signos u otros caracteres distintos a los señalados reglamentariamente. Incorpora sobre el distintivo del país una pegatina con las letras 'CAT' ocultando el mismo".

La ley que rige las matrículas es muy clara sobre la composición de las mismas y dice que "queda prohibido que en las placas de matrícula se coloquen, inscriban o pinten adornos, signos u otros caracteres distintos de los señalados en el anexo XVIII, incluida la publicidad en el interior de las mismas".

El anexo XI establece que "el signo distintivo de la nacionalidad española del vehículo consistirá en una letra E latina mayúscula pintada sobre una elipse, debiendo ajustarse sus dimensiones, color y características técnicas a lo que se indica a continuación…". Y en el anexo XVIII señala que "en la parte izquierda de la matrícula se incluirá, sobre una banda azul dispuesta verticalmente, el símbolo de la bandera europea, que constará de 12 estrellas de color amarillo y la sigla distintiva de España, representada por la letra E de color blanco, de acuerdo con el cuadro 5 del presente anexo". El cuento de la lechera independentista, pues, tiene poco recorrido, sobre todo, cuando Puigdemont no se atreve a cumplirlo en Waterloo.

El pasado jueves, los nuevos máximos dirigentes de ERC, Oriol Junqueras y Elisenda Alamany, visitaron a Carles Puigdemont en Waterloo, en lo que significaría el inicio de un deshielo en las relaciones entre ambas formaciones independentistas. Tras el cónclave, al que también asistió el secretario general de Junts, Jordi Turull, Puigdemont salió del palacete con sus invitados conduciendo un coche con la matrícula 1-O-2017, es decir, la fecha del referéndum ilegal de independencia.

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