Puigdemont da vida a Sánchez, pero avisa: votará con PP y Vox en el Congreso si le da largas

Junts mostrará su distancia de Pedro Sánchez y su Ejecutivo votando el próximo miércoles en el Congreso con el PP y Vox contra el impuesto a las energéticas en 2025, como estaba previsto y según confirman fuentes de la formación independentista. El Gobierno quiere volver a implantar presión fiscal sobre el sector a través de un decreto que fija un nuevo gravamen temporal sobre las compañías energéticas para el año en curso. No estarán solos. El PNV también se oponía a la medida. Sánchez ya sabía de su soledad parlamentaria y que el miércoles Junts se la haría notar en este decreto, como ya tumbó el impuesto a las energéticas el año pasado.

Sin embargo, habrá más: Junts solo apoyará medidas suyas o que se hayan pactado con su formación. Y como Carles Puigdemont ha congelado las conversaciones con el PSOE a la espera de la reunión exigida en Suiza, pues lo que le espera a la Moncloa hasta que se encuentre una salida son revolcones parlamentarios. Este miércoles será el primero, pero fuentes de la formación de Puigdemont avisan que habrá más y que puede votar con PP y Vox, por ejemplo, en la ley que quiere presentar el PP para prolongar la vida de las nucleares.

El Gobierno vistió el nuevo decreto energético con bonificaciones para las empresas que inviertan en actividades de descarbonización y con el compromiso de convertirlo en un impuesto que puedan gestionar las haciendas forales. No ha sido suficiente ni para atraer al PNV ni a Junts, este último pendiente de la cita en Suiza con el mediador internacional, el diplomático salvadoreño Francisco Galindo.

En principio, la cumbre helvética que exige Puigdemont al Gobierno ha de ser en pocos días. Seguirá al frente de los contactos el secretario de organización del PSOE, Santos Cerdán. Aunque los últimos encuentros han sido un fracaso y a que se especulaba con la exigencia de Puigdemont de que se involucrara alguien del entorno del Gobierno, se quiere preservar la buena relación que mantiene Cerdán con el secretario general de Junts, Jordi Turull.

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Por ahora, Sánchez ha abierto un paréntesis de menos de dos semanas para no afrontar la crisis y Puigdemont lo ha dado por bueno en la rueda de prensa de este viernes en Bruselas. Pero las mismas fuentes, avisan: si este período se alarga, a Junts le van a sobrar ocasiones de mostrar a Sánchez su debilidad. Por ejemplo: Vox y el PP quieren alargar la vida de las nucleares a través de una proposición, un tema muy sensible en Cataluña, donde más del 50% de la generación es de origen nuclear. Aquí de nuevo Junts podría votar a favor de esta iniciativa, sumarse a PP y Vox mandar un serio aviso al Gobierno.

Fuentes de Junts han defendido este viernes desde Bélgica que "el miedo a un Gobierno del PP y Vox no puede ser el motor de la legislatura" y no hará que el partido de Puigdemont mantenga el apoyo al Gobierno. Avisan que esto puede funcionar con otros partidos, en alusión a ERC, pero no con Junts. Reconocen que con un Gobierno de PP y Vox, el catalán no sería oficial en Europa ni habría una amnistía política total. Pero recuerdan que justo eso es lo que pasa ahora.

Punto de desesperación

Más allá del discurso oficial, en Junts se vislumbra un punto de desesperación, unas ganas de buscar una salida que les permita rentabilizar su posición política sin convertirse en la puerta que dé acceso al PP a la Moncloa.

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La situación de Puigdemont y Junts dista de ser ideal. Solo les queda su grupo en el Congreso para tener relevancia en un momento en que el espacio que han ocupado hasta ahora se ha ido encogiendo. Esto pasa de forma general y por la entrada de un nuevo competidor como Aliança Catalana. Romper con Sánchez les deja sin la visibilidad que les da su posición en el Congreso.

Mensaje del CIS

El CIS de esta semana contiene un mensaje: Junts sólo puede tener papel en la actual composición del Congreso. Si siguen presionando a Sánchez, en Junts temen unas nuevas elecciones que podrían ser en 2026, probablemente coincidiendo con las andaluzas. En ese escenario, el partido de Puigdemont se arriesgaría a quedar orillados por una mayoría del PP-Vox o resultar innecesarios para un gobierno progresista. Aunque Puigdemont intentó en la rueda de prensa aparentar que no temía a un adelanto electoral, su partido puede ser el principal perjudicado del bloqueo legislativo que plantean para castigar a Sánchez.

Moncloa está enviando a Junts el mensaje de que ya se ha tocado hueso en sus peticiones de visibilidad y que, si quiere ir más allá, vote una moción de censura con el PP y Vox. Fuentes de Junts aseguraron que no iban a aceptar una propuesta de "todo o nada". Pero eso es justo lo que tienen encima de la mesa.