Sánchez cede ante ERC y Junts y defenestra al oficial de la Guardia Civil que investigó el 'procés'
El coronel de la Guardia Civil, Daniel Baena, debía ser el nuevo jefe de la Comandancia de Cataluña, pero el soberanismo obliga al presidente del Gobierno a prescindir de él
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El coronel Daniel Baena tenía todos los números para ser el jefe de la comandancia de la Guardia Civil en Cataluña. Pero en su camino se cruzaron los independentistas, que han exigido al presidente del Gobierno español que censure al histórico directivo de la Benemérita. La venganza es un plato que se sirve frío y, en esta ocasión, sigue la norma: desde este mes, Baena es el jefe de la plana mayor de zona de Cataluña, bajo las órdenes y supervisión del general Pedro Antonio Pizarro, pero no ocupará la jefatura de la Zona por imposición de ERC y Junts a Pedro Sánchez.
Se trata de un puesto más administrativo o funcionarial que otra cosa y lejos de su actividad puramente investigadora que tantos sinsabores produjo a la cúpula independentista. En junio de este año, fue ascendido a coronel y se convirtió en el jefe interino de la Comandancia pero, según confirman varias fuentes bien informadas a El Confidencial, Esquerra y Junts lo vetaron y exigieron a Sánchez su defenestración si quería seguir contando con los votos del soberanismo catalán.
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"La exigencia de la defenestración de Baena fue una imposición unánime tanto de ERC como de Junts", subrayan las fuentes. Los representantes de ambas formaciones aplicaron la excluyente, radical y nefasta máxima independentista con la que acaban todos los escritos de los grupúsculos y plataformas extremistas: "Ni olvido ni perdón". Baena ya era cargo defenestrado antes de ser ascendido, porque es el mando policial más odiado de Cataluña.
Baena es considerado el principal enemigo de los soberanistas, que realizaron en varias ocasiones campañas donde mezclaban mentiras con medias verdades para desprestigiarlo ante la opinión pública debido a sus investigaciones sobre el procés. Se le acusó durante años, por ejemplo, de parapetarse bajo el seudónimo Cándido para difundir por las redes sociales mensajes antiindependentistas, cuando lo cierto es que Cándido era un nombre utilizado por un colectivo. También le acusaron de realizar investigaciones prospectivas sobre líderes independentistas, cuando siempre actuó a las órdenes de jueces.
Doblegado por los pactos de moqueta
Un primer intento de apartarlo de la cúpula de la brigada judicial fue hace tres años, al ser trasladado al acuartelamiento de Sant Vicenç dels Horts como jefe de operaciones de la Comandancia de Barcelona. Fue una patada hacia arriba, le regalaron un cambio de destino que era un caramelo envenenado. Al mando de la Guardia Civil no lo querían en un puesto sensible, porque no era dócil políticamente hablando y seguía las órdenes de los jueces de turno, como cualquier policía judicial.
En el momento en que fue trasladado y apartado de las investigaciones se encontraba en el clímax la denominada Operación Voloh, que dirigía el magistrado Joaquín Aguirre desde el juzgado de instrucción número 1 de Barcelona. Pero Pedro Sánchez necesitaba ya los votos de los independentistas para mantenerse en el poder y le presionaban para controlar las investigaciones que dirigía el magistrado, jubilado este mes de enero. El trabajo que realizó la Benemérita bajo las órdenes de Aguirre descompuso el independentismo, sacó a relucir el juego de tronos interno y redes delincuenciales que se incrustaban en lo que supuestamente parecían tramas políticas.
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Desde entonces, teóricamente, Baena fue el jefe de toda la Judicial como teniente coronel al mando, pero en realidad le habían retirado de un lugar clave desde el que apuntaba al corazón de la delincuencia de cuello blanco. Ahora, como coronel recién ascendido, debía ser el relevo natural y convertirse en jefe de la comandancia de Cataluña, pero ERC y Junts lo evitaron: era la cabeza de Baena a cambio de los votos soberanistas para seguir manteniendo al Gobierno socialista. Sánchez cedió a sus presiones y ha sacrificado a un puntal de la Guardia Civil.
Altos cargos imputados
"No hay que olvidar que Baena fue el que dirigió las investigaciones más importantes que desvelaron tramas secretas dentro del soberanismo. A él se debe la investigación que está en el juzgado 13 de Barcelona, por ejemplo, en la que resultaron imputados casi una cuarentena de altos cargos del Govern por la preparación del referéndum ilegal del 1 de octubre de 2017. Algunos de ellos no han podido acogerse aún a la ley de amnistía debido a los delitos de malversación que se les imputa", explica a este diario una fuente conocedora de las negociaciones. Este sumario tiene una extensión de 90 tomos, lo que da una idea de la importancia del mismo. Durante la investigación, la Guardia Civil incautó 10 millones de papeletas de votación del referéndum ilegal y descubrió la trama que se encontraba en los fogones de la consulta del 1-O.
Las fuentes consultadas subrayan que Baena fue también el que participó en el dispositivo de entrada y registro de comisarías y centros de coordinación de los Mossos d’Esquadra buscando las comunicaciones efectuadas el 1-O y pruebas de la supuesta inacción de la Policía Autonómica ante el referéndum, en una operación dirigida por la Audiencia Nacional. En resumen, las investigaciones policiales, bajo la supervisión judicial, de los hombres al mando de Daniel Baena llevaron a formalizar enormes sumarios que ahora han pasado factura al profesional policial. El soberanismo tampoco le perdonó nunca su histórico enfrentamiento con los Mossos y, especialmente, con Josep Lluís Trapero, hoy por hoy director general de la Policía en el Govern que preside Salvador Illa.
El coronel Daniel Baena tenía todos los números para ser el jefe de la comandancia de la Guardia Civil en Cataluña. Pero en su camino se cruzaron los independentistas, que han exigido al presidente del Gobierno español que censure al histórico directivo de la Benemérita. La venganza es un plato que se sirve frío y, en esta ocasión, sigue la norma: desde este mes, Baena es el jefe de la plana mayor de zona de Cataluña, bajo las órdenes y supervisión del general Pedro Antonio Pizarro, pero no ocupará la jefatura de la Zona por imposición de ERC y Junts a Pedro Sánchez.