La antigua taberna del centro Barcelona que cautiva a Ferran Adrià con sus famosos caracoles

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Los Caracoles, un restaurante emblemático del barrio Gótico de Barcelona, sigue enamorando a locales y visitantes casi dos siglos después de su fundación en 1835. Conocido por sus caracoles y pollos asados a l'ast, este local histórico, ubicado en la calle Escudellers, número 14, mantiene viva la esencia de la cocina tradicional catalana a precios accesibles para todos los bolsillos.

El establecimiento, fundado por la familia Bofarull, nació como una humilde taberna donde los marineros del puerto barcelonés se detenían a recobrar fuerzas. Lo que comenzó como un punto de encuentro para bohemios y periodistas en pleno auge del movimiento obrero, se convirtió con los años en uno de los restaurantes más icónicos de la ciudad. Hoy, Los Caracoles no solo conserva su encanto original, sino que sigue atrayendo a personalidades de renombre como el cocinero español Ferran Adrià, quien ha destacado su singularidad y legado culinario.

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Agustí Bofarull y su esposa dieron vida a la taberna Can Bofarull en la calle Nou de Sant Francesc, número 3, donde ofrecían vino a granel, aceite, licores, petróleo y jabón. En pleno auge del comercio portuario con Cuba, este modesto establecimiento se convirtió en el lugar ideal para que marineros y descargadores de algodón se tomaran un descanso, contando batallas en torno al vermú.

Un legado culinario con casi dos siglos de historia

Con el paso de los años, la taberna Can Bofarull pasó a ser conocida como Los Caracoles, un nombre elegido por la propia clientela en homenaje al plato que se convertiría en su seña de identidad y en el emblema de su tradición gastronómica.

Al cruzar su entrada, los comensales se encuentran con una larga barra y una cocina de carbón, la única de su tipo en Barcelona, que es testigo de la elaboración de platos emblemáticos como el lomo de bacalao a la llauna, el rabo de toro deshuesado o la sopa bullabesa, servida aquí desde 1925. Por supuesto, la estrella del menú son los caracoles especiales, elaborados con la misma receta que ha conquistado paladares durante generaciones.

Además de los platos principales, Los Caracoles ofrece postres tradicionales como la crema catalana y el flan casero, además del conocido como postre pijama y los profiteroles, que añaden un toque dulce a una experiencia que trasciende lo culinario y se adentra en la historia viva de Barcelona. El restaurante mantiene un ambiente auténtico, alejado de las tendencias de diseño moderno, permitiendo a los visitantes disfrutar de un viaje gastronómico al pasado por menos de 50 euros, si optas por darte un homenaje completo y decides probar varios platos de la carta.

Con una clientela vip que abarca desde Salvador Dalí y Ava Gardner hasta Giorgio Armani y Lenny Kravitz, Los Caracoles es mucho más que un restaurante; es un testimonio del tiempo, la cultura y la gastronomía catalana. Su resistencia frente a los vaivenes históricos y su compromiso con la tradición lo han consolidado como un lugar imprescindible para quienes visitan la Ciudad Condal.

Este rincón del barrio Gótico sigue siendo un refugio para quienes buscan autenticidad en cada bocado y abre sus puertas de lunes a domingo, de 13 a 16, y de 19.30 a 23 horas. La próxima vez que pasees por Escudellers, no olvides hacer una parada en esta joya histórica y descubrir por qué sigue conquistando corazones desde 1835.