Militantes independentistas exigen a Puigdemont que rinda cuentas sobre el Consell de la República
Los fieles del fugado empiezan a darle la espalda: "Si el Consell ha acabado así, ¿cómo acabaría una Generalitat presidida por él?"
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Carles Puigdemont tiene un grave problema: sus seguidores quieren explicaciones de cómo se ha gastado el dinero del Consell de la República, el chiringuito de opaca financiación ubicado en Waterloo a través del que han pasado ríos incontrolados de dinero en los últimos seis años. "Es inmoral lo que ha pasado en el Consell de la República. Ha habido un desbarajuste económico y se ha robado a la gente mayor de Cataluña que había depositado en el Consell sus esperanzas y su dinero. Ha habido un auténtico despilfarro", dice a El Confidencial un alto dirigente independentista que hasta no hace mucho era asiduo de la corte de Waterloo y que estuvo muy cerca de Puigdemont durante años.
Este activista apunta como responsables del escándalo económico que lastra al Consell tanto a Carles Puigdemont, que presidía el chiringuito, como a Toni Comin, el vicepresidente del mismo y mano derecha del expresident. Comin es acusado, por los gestores del Consell de haber desviado 15.530 euros de la entidad para gastos presuntamente personales, lo que él niega. Es más, ante varias facturas correspondientes a una casa que alquiló la Semana Santa de 2022 en la que se alojó con su hija y el alquiler de un coche en esa época (unos 5.000 euros en total), afirma que fueron gastos relacionados con su actividad política y no personales.
"Los eurodiputados Puigdemont y Comin, además de manejar 38.000 euros mensuales del dinero que les correspondía en el Europarlamento, han gastado todo lo que había entrado en el Consell y nadie sabe cómo ha sido, porque nunca han rendido cuentas. No necesitaban echar mano del Consell para pagarse los gastos. Ha habido un desbarajuste estratosférico y si se llega a hacer una auditoría externa, los dos pringan", añade la misma fuente.
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La mecha del descontento se ha encendido y los más acérrimos adeptos comienzan a alejarse de Puigdemont. "No olvidemos que como responsable máximo del Consell de la República estaba el Molt Honorable President Puigdemont, seguido de todo un gobierno que aprobaba las decisiones. Él debería rendir cuentas si quiere ser creíble en Junts", advierten los administradores de un foro soberanista que hasta ahora había cerrado filas con Puigdemont. Y ponen el dedo en la llaga al lanzar la pregunta envenenada: "Si el Consell ha acabado así, ¿cómo acabaría una Generalitat presidida por él?".
El dinero desviado
El escándalo se ha enrarecido los últimos días. El vicepresidente del Consell, Toni Comin, se ha enfrentado abiertamente a la junta gestora elegida tras la abrupta salida de Puigdemont del Consell. Comin controla la Associació Cultural República Global (ACRG), que daba cobertura jurídica a los consejos locales distribuidos por muchos pueblos catalanes y que, de esta manera, podían utilizar el CIF de la asociación.
Pero los críticos del Consell acusan a Comin de haber desviado hacia esa asociación el dinero recaudado para ayudar a los mossos expedientados tras haber ayudado a fugarse por segunda vez a Puigdemont en agosto pasado, cuando reapareció durante unos minutos en Barcelona. El dinero de la suscripción abierta pasó directamente a la ACRG en vez de a CatGlobal, que es la entidad que da cobertura jurídica al propio Consell en Bélgica. Y esta circunstancia ha elevado los decibelios de las protestas contra los que han manejado al Consell a su antojo estos años.
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En algunos sectores se acusa directamente a Puigdemont de haber subido el tono contra el Gobierno español y contra Pedro Sánchez para tapar el escándalo que tiene en ciernes. "Es una forma de desviar la atención hacia otro tema, porque debe barruntar la que se le viene encima. Comienza pidiendo las cuentas uno y acaban pidiéndolas cien mil. No hay que olvidar que él era el máximo dirigente del Consell y que alguna responsabilidad tendrá, sea por acción o por omisión", recalca otro militante soberanista.
En Junts y en los círculos cercanos a Puigdemont, la crisis del Consell de la República es tema tabú. Nadie sabe nada ni nadie dice nada. Puigdemont no ha aclarado nunca cuánto dinero entró en el Consell ni cuánto salió y los suyos callan y miran hacia otro lado cuando se les pregunta. Solo se conocen las cuentas de unos meses en 2018, en los que pasaron por las cuentas casi 400.000 euros. Pero la financiación y la gestión del chiringuito es, hoy por hoy, el secreto mejor guardado del procés, del que se conoce casi todo, pero no el dinero que ha circulado por las cloacas financieras diseñadas por expertos para dotar de un flujo monetario constante a Puigdemont, asentado en Waterloo.
Carles Puigdemont tiene un grave problema: sus seguidores quieren explicaciones de cómo se ha gastado el dinero del Consell de la República, el chiringuito de opaca financiación ubicado en Waterloo a través del que han pasado ríos incontrolados de dinero en los últimos seis años. "Es inmoral lo que ha pasado en el Consell de la República. Ha habido un desbarajuste económico y se ha robado a la gente mayor de Cataluña que había depositado en el Consell sus esperanzas y su dinero. Ha habido un auténtico despilfarro", dice a El Confidencial un alto dirigente independentista que hasta no hace mucho era asiduo de la corte de Waterloo y que estuvo muy cerca de Puigdemont durante años.