Puigdemont no pisa Francia desde agosto por miedo a ser detenido y entregado a España
El expresidente catalán ha dejado de citar a los dirigentes de Junts en el sur del país vecino y ahora los hace desplazarse siempre a Waterloo, donde reside desde la fuga de agosto
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Carles Puigdemont lleva desde agosto sin pisar Francia por temor a ser detenido por las fuerzas de seguridad, ahora que no es aforado europeo. El fugado no se fía del Gobierno francés, a quien considera un aliado fiel del español. De hecho, durante los dos primeros años de huida, mientras no tuvo el acta de europarlamentario, no se atrevió tampoco a pisar suelo del país vecino, hasta el punto de que cuando se constituyó el Parlamento Europeo en 2019 no fue a recoger el acta a Estrasburgo.
Los temores del expresident vuelven ahora. Fuentes bien informadas explican a El Confidencial que "su gran temor es que Francia lo detenga y lo extradite a España, donde ingresaría en la cárcel, debido a que tras la huida el 8 de agosto pasado, tras aparecer en Barcelona, cualquier juez apreciaría riesgo de fuga". Por esa misma regla de tres, Francia lo ingresaría en prisión mientras no se dirima su entrega a España. Y luego pasaría de cárcel a cárcel.
El 8 de agosto, Carles Puigdemont apareció por sorpresa en Barcelona arropado por los suyos. Era el día de la investidura del socialista Salvador Illa y el expresidente fugado esperaba reventar el acto con su llegada, tal y como le había advertido a ERC unos días antes. Sin embargo, la policía cerró a cal y canto el parque de la Ciudadela, donde se encuentra el edificio el Parlament, y no pudo acceder a él.
Tras dirigir unas palabras a sus acólitos a los pies del Arco de Triunfo, cerca del parque, se escabulló de nuevo, con ayuda de varios mossos d’Esquadra, y volvió a Waterloo. Desde entonces, ha restringido sus viajes por Europa y ha realizado solo algún desplazamiento a Suiza. Quienes están cerca de él admiten que, aunque se fía de países como Alemania, que ya antes de ser eurodiputado negó su extradición a España, no lo tiene tan claro respecto a Francia, a quien considera un país enemigo.
La lectura de Puigdemont
Este temor a una posible detención ha hecho variar los hábitos del expresidente y ha afectado a su partido. Hasta este verano casi se había oficializado que la mayoría de los encuentros de Puigdemont con el grupo parlamentario de Junts o con la dirección del partido se hacían en el sur de Francia, a donde el expresident se podía desplazar fácilmente y donde era mucho más operativo que se desplazasen los dirigentes de la formación o del grupo parlamentario de Junts. "Desde el 8 de agosto, no se ha celebrado ninguna reunión más en Francia y siempre nos hemos desplazado a Waterloo", admite una fuente de Junts a El Confidencial. Además, el centro neurálgico de su campaña electoral para el 12-M y para las europeas se había situado en las comarcas galas pirenaicas.
Esta situación coincide con la continua denuncia de que el Gobierno español, y Pedro Sánchez en particular, no han cumplido su palabra de aprobar una "amnistía para todos". Por los delitos que pesan sobre él, los jueces no han permitido que se le aplique el perdón. Ahora se le añade el hecho de que si viene a España siempre existirá el riesgo de fuga. "Con el antecedente de agosto, un juez no puede confiar en que al día siguiente se vuelva a fugar, por lo que lo lógico sería decretar prisión, que es lo que trata de evitar. Esa es la lectura que él mismo hace de la situación”, dice un alto dirigente de Junts a este diario.
Mientras tanto, sus círculos más cercanos han comenzado una intensa campaña para que el fugado recupere imagen pública, muy malograda tras el episodio de agosto. En realidad, se trata de una campaña con globos sonda y desinformaciones con la única finalidad de beneficiar a Puigdemont.
Las consignas de Junts
Hay una consigna que se repite en los foros independentistas cercanos a Puigdemont: si vuelve a Cataluña, Junts puede remontar el vuelo. Si él sigue deambulando por el exterior, puede no ser capaz de superar la crisis política. Además, el escándalo económico de los gastos incontrolados que ha habido en el Consell de la República lo puede salpicar.
Un veterano activista cercano a Puigdemont señala a El Confidencial que "en el partido existe el convencimiento de que es mejor en estos momentos retirarse a los cuarteles de invierno y esperar a la primavera a ver qué pasa, cuando se aclare la situación política tanto catalana como española". La plataforma La Resistència, de clara tendencia puigdemontista, ha esparcido la información de que puede volver a Cataluña "con amnistía o sin ella". Pero pocos dirigentes políticos creen en esa posibilidad. "Puigdemont no pisará Cataluña ni España si no tiene todas las garantías de que no será detenido", subraya una fuente de Junts. En algunos círculos se refrenda esa sensación: "No vendrá si no tiene la amnistía en el bolsillo. Pero solo se puede remontar con él en Cataluña".
Carles Puigdemont lleva desde agosto sin pisar Francia por temor a ser detenido por las fuerzas de seguridad, ahora que no es aforado europeo. El fugado no se fía del Gobierno francés, a quien considera un aliado fiel del español. De hecho, durante los dos primeros años de huida, mientras no tuvo el acta de europarlamentario, no se atrevió tampoco a pisar suelo del país vecino, hasta el punto de que cuando se constituyó el Parlamento Europeo en 2019 no fue a recoger el acta a Estrasburgo.