¿Qué pasa en Ciutat Meridiana? el barrio barcelonés que triplica los intentos de suicidios
Con una renta per cápita de 9.000 euros, los vecinos de la zona luchan contra los desahucios, la pobreza energética y la falta de recursos
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El barrio de Ciutat Meridiana, ubicado en el extremo norte de Barcelona y dentro del distrito de Nou Barris, lleva años cargando con el estigma de ser la zona más pobre de la ciudad. Su aislamiento geográfico y social, junto a la precariedad económica y la escasez de recursos, ha sumido a sus habitantes en una lucha constante contra la ansiedad, la depresión y el miedo al futuro. En este contexto, la profunda desigualdad ha provocado un deterioro alarmante de la salud mental de los vecinos, quienes enfrentan a diario situaciones límite.
Los datos no pasan desapercibidos: los intentos de suicidio en el área triplican la media de la capital catalana, alcanzando un 9,09% entre las mujeres y 5,05% entre los hombres, frente al promedio barcelonés de 2,46% y 1,45%, respectivamente. Ante esta realidad, las asociaciones vecinales han asumido el papel de último recurso, proporcionando apoyo emocional y práctico en un contexto marcado por la falta de respuestas efectivas por parte de las instituciones.
"La renta per cápita de Ciutat Meridiana apenas alcanza los 9.000 euros anuales", señala Filiberto Bravo, representante de la Asociación de Vecinos y residente en el barrio desde hace más de cinco décadas. Esta cifra, muy por debajo del promedio de Barcelona, ilustra la precariedad económica a la que se enfrentan muchas familias, obligadas a luchar diariamente por cubrir necesidades esenciales como la alimentación o la vivienda.
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Según el informe Barcelona Salud en los Barrios, elaborado por la Agencia de Salud Pública de Barcelona (ASPB), cerca del 47% de los habitantes de la zona viven en condiciones de pobreza energética, lo que les impide mantener sus hogares a temperaturas adecuadas durante los meses más fríos del año, un reflejo más de las desigualdades estructurales que caracterizan la vida en este barrio de la que se conoce como la zona norte de la ciudad.
Vivienda, empleo y salud en peligro
El acceso a la vivienda es uno de los problemas más graves a los que enfrentan los vecinos de Ciutat Meridiana. Hace unos años, la principal preocupación giraba en torno a las hipotecas, que muchas familias no podían pagar, y acababan perdiéndolo todo. Hoy, la situación es similar, pero afecta también a los alquileres. "Los precios de la vivienda suben, pero los sueldos siguen igual de bajos", afirma Bravo. En la Asociación de Vecinos ya son más de 2.000 las familias que han buscado ayuda por los numerosos desahucios y la precariedad habitacional, situaciones que lamentablemente están a la orden del día en el área, pues "en los barrios pobres la pobreza se acaba normalizando", añade el representante de la asociación.
Los desahucios no solo afectan a los adultos, sino que dejan una profunda huella también en los menores que, a pesar de su corta edad, experimentan de primera mano lo que significa perder el hogar. En este sentido, Filiberto Bravo recuerda una de las situaciones con las que la asociación se encontró, un ejemplo que ilustra la angustia que también caracteriza a los niños en Ciutat Meridiana. "Había un niño pequeño que siempre se acostaba con las zapatillas puestas. Cuando su madre le preguntó por qué lo hacía, él le respondió que era por si venía la policía a sacarlos de casa", relata el vecino.
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Al factor de la vivienda se suma un desempleo prologando y empleos precarios, que mantienen a las familias atrapadas en un ciclo de pobreza, intensificando el estrés, la inseguridad y la incertidumbre. Según el estudio de la ASPB, el riesgo de salud mental en el barrio también es alarmante, ya que un 55% de las mujeres encuestadas y un 46% de los hombres consideran que su salud mental está en riesgo. Estos índices tan elevados reflejan una situación crítica, agravada por factores como la pobreza y la inestabilidad laboral. En palabras de la Asociación de Vecinos: "Se vive con una angustia constante de no poder subsistir, y aunque intentamos colaborar con las administraciones, nos encontramos con muchas trabas".
La respuesta comunitaria
Ante esta situación, la asociación ha implementado diversas iniciativas para hacer frente a la falta de recursos y a la escasa atención institucional en Ciutat Meridiana. Entre sus proyectos destacan los programas de apoyo emocional y social, como un colectivo de psicólogos asistenciales que, aunque fue aprobado por concurso público, perdió la financiación en el último concurso, y dejó a la comunidad sin uno de los recursos clave. En un barrio donde la renta per cápita es tan baja, los residentes difícilmente pueden permitirse acudir a un psicólogo privado, lo que hace que estas propuestas sean todavía más cruciales.
Además, la entidad organiza actividades para paliar la falta de recursos materiales, trabajando con material informático reciclado para poder entregarlo a familias que no cuentan con estos medios. Esta iniciativa fue clave durante los meses de cuarentena en la pandemia, y permitió que los niños pudiesen seguir el curso escolar. Por otro lado, la asociación funciona como un recurso de intermediación, ofreciendo ayuda especializada a los vecinos y con asesoramiento sobre las instituciones públicas a las que deben acudir según la situación personal en la que se encuentren.
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En un contexto de desesperación y creciente angustia, la comunidad de Ciutat Meridiana ha vivido tragedias que evidencian la urgente necesidad de apoyo emocional. Recientemente, dos jóvenes que formaban parte de un colectivo de personas sin hogar tomaron la decisión de acabar con sus vidas, uno de ellos frente a sus compañeros. Estos hechos reflejan una realidad alarmante que, lamentablemente, se ha normalizado en el barrio. La desesperación se apodera de muchos cuando se sienten desamparados, sin una red de apoyo adecuada. La realidad del barrio pone de relieve la necesidad de mejorar el acceso a recursos de salud mental, prevención y acompañamiento, para evitar los suicidios.
Las necesidades urgentes del barrio
Los residentes de la zona identifican varias necesidades prioritarias para mejorar su calidad de vida. Una de las más apremiantes es el acceso a una vivienda digna y la regulación de las propiedades vacías, lo que permitiría paliar parcialmente la crisis habitacional que afecta a muchas familias. También señalan la importancia de mejorar las oportunidades laborales. En un barrio con una renta per cápita tan baja, la precariedad laboral agrava todavía más la situación económica y social.
Además, reclaman más recursos adaptados a las necesidades específicas del barrio en áreas que pasan desapercibidas, como puede ser la de la salud mental. "Simplemente, nos gustaría en algún momento ser Barcelona de verdad", expresan los residentes, reflejando el sentir colectivo de aquellos que luchan por recibir el apoyo que merecen y por ser reconocidos como parte integral de la ciudad.
La comunidad de Ciutat Meridiana se enfrenta a una creciente crisis social, como evidencian los altos índices de suicidio. Para denunciar esta realidad, en febrero de 2025 la asociación vecinal celebrará un acto público en colaboración con diversas entidades donde se presentará un estudio que profundiza en esta problemática. Por ahora, es crucial que las políticas urbanas reconsideren las necesidades de barrios más marginales y vulnerables, adaptando los recursos y servicios a las realidades que se viven en las distintas áreas de la capital catalana, garantizando de esta manera una vida digna para sus habitantes.
El barrio de Ciutat Meridiana, ubicado en el extremo norte de Barcelona y dentro del distrito de Nou Barris, lleva años cargando con el estigma de ser la zona más pobre de la ciudad. Su aislamiento geográfico y social, junto a la precariedad económica y la escasez de recursos, ha sumido a sus habitantes en una lucha constante contra la ansiedad, la depresión y el miedo al futuro. En este contexto, la profunda desigualdad ha provocado un deterioro alarmante de la salud mental de los vecinos, quienes enfrentan a diario situaciones límite.