Illa ejecuta en su plan de gobierno los pactos con ERC... pero con bandera de España

El presidente catalán Salvador Illa vive muy tranquilo sin oposición en Cataluña. Pero todo tiene un precio. En este caso, que la gestión del día a día resulte, en buena parte, heredera de lo que en su día ya marcó la ERC de Pere Aragonès. No se trata solo de la medida estrella de la legislatura: negociar el cupo catalán para la nueva financiación singular; es que hay días en que casi la mitad de lo que se aprueba en el Consell Executiu son proyectos iniciados por ERC. Buena parte del programa que despliega Illa es el de los republicanos. Eso sí, haciéndose fotos con el Rey, yendo al desfile de las Fuerzas Armadas y acudiendo a la celebración en Madrid del Día de la Constitución.

El plan de gobierno presentado esta semana muestra cómo Illa ha trasladado a dicho plan sus acuerdos de investidura, en los que ERC se dedicó a dar continuidad a la acción de gobierno de Aragonès. A que Aragonès perviva más allá de lo que duró su mandato. Un ejemplo, pero hay muchos, es todo el plan energético, basado en la apuesta por las renovables que Aragonès diseñó en su día, pero no fue capaz de implementar.

Hasta medidas que ahora ERC critica, como la integración de la Guardia Civil y la Policía Nacional en el servicio de emergencias del 112, fueron propuestas en su día por los republicanos. Cuando Illa tomó el poder se pensó que solo la continuidad de la conselleria de Igualdad y Feminismos o la conselleria de Política Lingüística serían el precio a pagar. En la práctica, hay un principio de continuidad institucional que se extiende por todo el ejecutivo catalán, aunque eso sí. Illa ha colocado la bandera española en Palau.

Illa quiere desplegar dos medidas propias, que por ahora necesita a ERC para que le den luz verde a los Presupuestos: se trata del proyecto de construir 50.000 viviendas y de la recuperación del plan de barrios. También la prolongación de la Línea 2 del Metro. Todo eso no estaba en los planes de Aragonès. Igual que ampliar la conectividad del aeropuerto de El Prat. Pero, al margen de la apuesta por las obras y la construcción, el resto es la herencia recibida por los tres años del gabinete Aragonès.

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Los ejemplos se multiplican. Esta semana, Illa ha anunciado que los Mossos vigilarán puertos y aeropuertos a partir de 2025. Pues bien, en realidad era algo que ya había pactado Joan Ignasi Elena, el conseller de Interior de Aragonès. Por eso se podrá desplegar tan rápido. El mayor problema radicaba en que ese no era el modelo de Josep Lluís Trapero, ahora director general de la Policía con Illa. Pero, al final, ha imperado el principio de continuidad política.

Aluvión de medidas

Entre el aluvión de medidas a las que Illa ha dado salida pese a venir del ejecutivo de ERC están las referidas a obras hidráulicas que sirvan para paliar la sequía, el plan de salud mental y también la Agencia sociosanitaria, que llega al Parlament esta semana; la de municipios rurales, que se debatió hace dos plenos o las medidas para retirar el amianto de todos los edificios.

Esta semana se desatacó también la ley de Memoria, que ya estaba muy avanzada. Incluso, a veces, las leyes las presenta el grupo parlamentario de ERC, como la del Cuerpo de Acción Exterior, una especie de cuerpo diplomático catalán impulsado por Aragonès. Está previsto que el PSC respalde la medida.

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Del mismo modo, la subida de impuestos al proyecto del Hard Rock Café también es una iniciativa de los republicanos que en el Parlament fue apoyada por el PSC.

Previsiones optimistas

El plan normativo para el 2025 incluye 134 iniciativas, entre las que Illa prevé cumplir el 45%, y las cuales ya habían sido acordadas con ERC y los Comuns en la investidura del líder del PSC el pasado mes de agosto.

Para el año que viene se prevé sacar adelante un total de 30 iniciativas transformadoras del plan de gobierno y 16 de los acuerdos de investidura. Por tanto, lo que ha marcado estos primeros meses, la continuidad con ERC, también será una constante como mínimo el año próximo y siempre que Illa pueda acabar pactando los Presupuestos de la Generalitat para este 2025.