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El secesionismo que cedió las competencias de cajas de ahorros a Madrid rechaza hoy un 112 con la Guardia Civil
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Polémica por la gestión del 112

El secesionismo que cedió las competencias de cajas de ahorros a Madrid rechaza hoy un 112 con la Guardia Civil

La oposición a Salvador Illa busca crucificarle por el 112, acusándole de haber cedido poder a Madrid sobre las emergencias. Pero con las entidades de ahorro fue mucho más grave

Foto: Oriol Pujol Ferrusola. (Europa Press/Kike Rincón)
Oriol Pujol Ferrusola. (Europa Press/Kike Rincón)

Estos días anda el independentismo indignado contra el presidente catalán Salvador Illa por haber integrado a la Policía Nacional y la Guardia Civil en los servicios de emergencia del 112. Se ha calificado de cesión de competencias a Madrid sin precedentes. Junts, ERC y CUP han forzado que Illa tenga que comparecer en el Parlament el próximo 18 de diciembre para dar explicaciones por este tecnicismo. ERC hasta ha amenazado con no negociar los Presupuestos de la Generalitat si Illa no rectifica con el 112. Pero sí que hay un precedente y no menor: cuando el independentismo votó a favor de ceder a Madrid las competencias de las cajas de ahorro para ahorrarse el marrón de gestionar la crisis financiera de Lehman Brothers. Nada menos de las cajas de ahorro, el pilar del tejido financiero catalán.

Como siempre, cuando el independentismo recula, lo hace con nocturnidad y alevosía. En concreto, fue en una Comisión Permanente del Parlament, es decir, con la cámara catalana de vacaciones, un 30 de agosto. Para que pasase lo más desapercibido posible. Era 2010, con los estertores del tripartito, que necesitaba que el Parlament validase un decreto para adaptar la ley de Cajas catalanas a la nueva legislación española. El entonces portavoz de CiU en el Congreso, Josep Sánchez Llibre, había definido en sede parlamentaria dicha legislación española como "una invasión considerable de competencias autonómicas". CiU en el Congreso se abstuvo.

El acta del Parlament de ese día ha dejado constancia de esa retirada, que se hizo para no asumir los costes financieros de las denominadas cajas públicas, Caixa Catalunya, Caixa Girona y Caixa Tarragona, todas en mayor o menor medida quebradas. La Generalitat se ahorró dinero, sí. Pero a cambio se perdió la oportunidad de formar parte del FROB. De haber mantenido la posición y las competencias, ahora la Generalitat sería accionista de CaixaBank, igual que lo es el FROB, propietario del 18% del banco.

La entonces diputada de ERC, Anna Simó, luego encausada en diversos asuntos judiciales por el procés, no pudo ser más clara, según consta en el acta de ese día: "La nueva legislación estatal responde a tres propósitos nada disimulados que de ninguna de las maneras podemos compartir desde Esquerra Republicana, y que son establecer las vías para privatizar un segmento del negocio financiero, recentralizar en el Estado las facultades, las competencias sensibles y de paso alejar las cajas del resto de administraciones territoriales, locales, y de las comunidades". Es decir, el independentismo sabía perfectamente lo que estaba votando.

El hijo de Pujol

Por CIU, el voto a favor lo defendió Oriol Pujol Ferrusola, hijo de Jordi Pujol, y quien ya entonces se declaraba independentista. También era miembro de lo que se denominaba el pinyol, el grupo de cargos de CDC más cercano a Artur Mas, que estaba integrado además por David Madí y Francesc Homs. ERC gobernaba con el PSC, pero CiU era la oposición. Y también respaldaron la medida.

En Madrid CiU se abstuvo por la invasión de competencias. En Cataluña votó a favor

Oriol Pujol reconoció en su intervención que "este decreto ley preserva..., intenta preservar algunas competencias, realmente las competencias que nos marca el nuevo Estatut. Seamos conscientes, por eso, de que lo hacemos con un punto de juego teatral, ¿eh?, porque el marco —y lo dice el mismo decreto ley que usted nos sugiere a convalidar—, la exposición de motivos, ya emplaza a adaptarse al real decreto español". Sobre lo de adaptarse, Oriol Pujol ya había advertido poco antes: "Cuando uno se adapta significa, para entendernos, que se somete, ¿no?".

Votos a favor

Pese a ello, tanto ERC como CiU votaron a favor. Según Oriol Pujol, "la urgencia lo justifica". También votaron a favor de la convalidación del decreto PSC, PP, ICV. Solo se abstuvo, oh sorpresa, Ciudadanos. Entonces, Albert Rivera razonó que "nos abstendremos en esta votación porque pensamos que si bien es necesario que sea rápida esta convalidación, también creemos que en esta situación no podemos hablar de un debate profundo de modelo de cajas, sino lo que hemos hecho es una solución intentando hacerla tarde y mal". Por cierto, una intervención hecha íntegramente en catalán.

Por tanto, sí. Cataluña, cuando le conviene, renuncia a competencias. Algunas tan importantes como el control y tutela de las cajas de ahorros y de las entidades herederas de las mismas. Algo bastante más brutal que si las alertas de emergencias del 112 llegan a otros cuerpos de seguridad, un tecnicismo que en su día ya había avalado el ejecutivo de Pere Aragonès. Luego, cuando CaixaBank se llevó la sede de Cataluña en 2017, la Generalitat no pudo ni abrir la boca. Carecía de competencias. Cuando se considera oportuno, el independentismo renuncia a sus potestades a favor de Madrid. La diferencia es que en esas ocasiones no avisa a TV3.

Estos días anda el independentismo indignado contra el presidente catalán Salvador Illa por haber integrado a la Policía Nacional y la Guardia Civil en los servicios de emergencia del 112. Se ha calificado de cesión de competencias a Madrid sin precedentes. Junts, ERC y CUP han forzado que Illa tenga que comparecer en el Parlament el próximo 18 de diciembre para dar explicaciones por este tecnicismo. ERC hasta ha amenazado con no negociar los Presupuestos de la Generalitat si Illa no rectifica con el 112. Pero sí que hay un precedente y no menor: cuando el independentismo votó a favor de ceder a Madrid las competencias de las cajas de ahorro para ahorrarse el marrón de gestionar la crisis financiera de Lehman Brothers. Nada menos de las cajas de ahorro, el pilar del tejido financiero catalán.

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