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Las columnas del templo de Augusto, un tesoro de 2.000 años oculto en un barrio de Barcelona
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UNA VENTANA A ROMA

Las columnas del templo de Augusto, un tesoro de 2.000 años oculto en un barrio de Barcelona

Ubicadas en el Museu d'Història de la Ciutat (MUHBA), son uno de los vestigios más emblemáticos de la antigua Barcino, la ciudad romana que dio origen a la actual Barcelona

Foto: El MUHBA conserva las columnas originales que formaban parte de este templo, y se encuentran situadas en un pequeño patio en el corazón del Barrio Gótico, justo en la calle Paradís. (iStock)
El MUHBA conserva las columnas originales que formaban parte de este templo, y se encuentran situadas en un pequeño patio en el corazón del Barrio Gótico, justo en la calle Paradís. (iStock)

En el corazón del barrio Gótico de Barcelona, un tesoro romano permanece escondido a simple vista, solo accesible para aquellos curiosos que se aventuran por la calle Paradís. Allí, en el número 10, cuatro imponentes columnas de nueve metros de altura cuentan la historia de la antigua ciudad romana de Barcino. Pertenecientes al templo de Augusto, estos restos arqueológicos datan de hace más de dos mil años, una reliquia que sobrevivió al paso del tiempo y los cambios en la Ciudad Condal.

Descubiertas a finales del siglo XIX durante la construcción de la sede del Centre Excursioniste de Catalunya (CEC), estas columnas formaban parte de un edificio monumental que presidía el fórum de Barcino, el centro político y social de la ciudad romana.

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Ubicado en lo alto del monte Táber, a una altitud estratégica de 16,9 metros, este templo fue erigido en honor al emperador Augusto. La imponente estructura estaba rodeada de columnas corintias que sostenían su podio y albergaba actividades religiosas y administrativas, en el punto donde se cruzaban las principales vías de la urbe romana.

Un rincón de la antigua Barcino abierto al público

La primera mirada de sorpresa hacia estas columnas se dio en 1876, cuando los jóvenes fundadores de la Associació Catalanista d’Excursions Científiques —hoy el Centre Excursionista de Catalunya— descubrieron estas imponentes estructuras al alquilar un piso en el edificio. Posteriormente, el reconocido arquitecto Lluís Domènech i Montaner, destacado por obras como el Palau de la Música y el Hospital de Sant Pau, diseñó un patio interior para resaltar estas columnas en su totalidad, un espacio que hoy sigue siendo accesible al público.

Junto a las tres columnas iniciales, una cuarta fue añadida en 1959. Esta última, reconstruida con fragmentos hallados en la cercana plaza del Rey, completó el conjunto que actualmente puede ser admirado en el patio del Centro Excursionista de Cataluña, un espacio único que permite imaginar la monumentalidad de la Barcino de hace dos milenios.

Las columnas del templo de Augusto se encuentran hoy bajo el cuidado del Museu d’Història de la Ciutat (MUHBA), siendo parte de las visitas guiadas y accesibles en un horario específico para aquellos que deseen conocer esta pieza de historia.

Además de las columnas, se conservan fragmentos del podio y el transepto del templo, ubicados estratégicamente en el que fuera el punto más alto de la ciudad romana. De hecho, en el mismo número de la calle Paradís, una piedra de molino marca el pico exacto del monte Táber, un detalle curioso que suma encanto a este rincón arqueológico.

Para muchos, el templo de Augusto sigue siendo una joya desconocida, eclipsada por los grandes monumentos de Barcelona. Sin embargo, para los amantes de la historia, estas columnas representan una de las escasas conexiones físicas con el pasado romano de la ciudad. Visitar este espacio en el Gòtic es una experiencia especial que permite vislumbrar la Barcelona antigua, en una atmósfera que conjuga historia y modernidad de manera fascinante.

En el corazón del barrio Gótico de Barcelona, un tesoro romano permanece escondido a simple vista, solo accesible para aquellos curiosos que se aventuran por la calle Paradís. Allí, en el número 10, cuatro imponentes columnas de nueve metros de altura cuentan la historia de la antigua ciudad romana de Barcino. Pertenecientes al templo de Augusto, estos restos arqueológicos datan de hace más de dos mil años, una reliquia que sobrevivió al paso del tiempo y los cambios en la Ciudad Condal.

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