Junqueras negocia un pacto con dos listas para asegurarse volver a presidir ERC

Los nervios afloran ante el congreso de ERC del 30 de noviembre. En él, ha de elegirse una nueva cúpula que pilotará la formación republicana los próximos 4 años. En estos momentos, hay una guerra interna que libran los partidarios del hasta ahora presidente, Oriol Junqueras, y de la hasta ahora secretaria general, Marta Rovira. Esta última ha tirado la toalla y no se presentará a las elecciones internas, pero Junqueras aspira a repetir y se presenta como aspirante a presidente, contando para secretaria general con Elisenda Alamany, la líder de ERC en el Ayuntamiento de Barcelona.

Al congreso de ERC concurren, de momento, cuatro listas: la de Junqueras, que se presenta bajo el lema Militància Decidim; la rovirista está encabezada por el exalcalde de Vilassar de Dalt Xavier Godàs, que presenta como secretaria general a Alba Canps bajo el lema Nova Esquerra Nacional (NEN); la tercera candidatura, bajo el lema Foc Nou, está encabezada por Helena Solà como presidenta, acompañada del exdiputado y exconseller Alfred Bosch como aspirante a secretario general; por último, la Plataforma Collectiu Primer d’Octubre presenta su tándem bajo el lema Recuperem ERC formado por Xavier Martínez (presidente del Colectivo) y Àngel Ruiz.

El partido les ha sufragado 2.000 euros de gasto de las precandidaturas y les pone encima de la mesa otros 7.000 euros de límite máximo de gasto por candidatura de aquí al día 30. Ese dinero es para alquiler de locales, producción de actos, realización de audiovisuales y la impresión y reparto de dípticos y octavillas.

En las últimas semanas, no obstante, Junqueras ha estado especialmente activo, según ha podido conocer El Confidencial. El líder republicano ha mantenido una intensa agenda de contactos con representantes de las dos listas que no son roviristas: Foc Nou y Recuperem ERC. El ofrecimiento a los máximos dirigentes de esas listas ha sido integrarse en su candidatura a cambio de un equilibrio de poderes dentro de lo que sería una gran lista unitaria.

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“En ERC existe la sensación de que Junqueras ya ha ganado el congreso. Sólo hay que ver la cantidad de gente que asiste a sus convocatorias, frente a las asistencias discretas del resto de candidaturas. Eso quiere decir que parte con ventaja y que las listas minoritarias tienen poco que hacer: o se integran o se diluyen tras el congreso y sus responsables se quedarán sin peso político en la organización”, comenta a El Confidencial un alto cargo de Esquerra.

“Un líder sólido”

Los contactos se han acelerado esta semana para cerrar cuanto antes un pacto que les permita afrontar el congreso con cierta tranquilidad. Fuentes conocedoras de lo que se cuece en los fogones republicanos auguran que hay buena sintonía y que será relativamente fácil llegar a acuerdos. “Junqueras, en sus discursos a la militancia, ha mantenido una corrección absoluta, ni una sola crítica a Marta Rovira o a sus adversarios. Ha hecho una campaña en positivo, una campaña blanca. Lo cierto es que aparece como un líder dispuesto a ceder terreno o a llegar a acuerdos en materias en las que puede haber distintos puntos de vista”, señalan las fuentes consultadas.

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Pese a que tanto Alfred Bosch como Xavier Martínez se mostraron contrarios a pactos con los socialistas, el entendimiento con Junqueras se da casi por seguro. El hasta ahora presidente de la formación desde 2011 (y aspirante a seguir presidiéndola otros cuatro años) es partidario de consolidar los acuerdos con el PSC siempre y cuando se vaya cumpliendo lo que se ha firmado. Y en ese empeño puede convencer a los líderes de las otras dos candidaturas rivales de que le den un voto de confianza. Además, según comentan algunas fuentes, también ha hablado con varias caras conocidas que apoyan la lista rovirista para que se cambien de bando. Una exconsejera de la Generalitat es una de las sorpresas que Junqueras puede descubrir en los próximos días, aunque la lista de ‘tocados’ por el líder es bastante más amplia.

En enero, a la alcaldía de Barcelona

Pese a todo, aún hay tensiones internas. Desde algunos círculos de ERC se critica que Alamany, la segunda de Junqueras, no es pata negra del partido, sino que fue fichada por el foráneo Ernest Maragall (escindido del PSC) y había sido la líder de los comunes en el Parlamento catalán. Pero, para Junqueras, es la persona que necesita: no sólo le sirve como punta de lanza municipal en la capital catalana, sino que tiene un plus de confianza porque es la pareja del exjefe de gabinete del propio Junqueras, Lluís Juncà, lo que le echan también en cara sus críticos.

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Pero no hay duda de que Alamany sabe defenderse sola en política y su estrategia en el consistorio barcelonés da buena fe de ello: ha sabido ganarse también la confianza del alcalde, el socialista Jaume Collboni, y ha establecido puentes de entendimiento para que ERC entre en el gobierno municipal tras el congreso interno de la formación de finales de noviembre. El partido republicano queda, así, en una posición inmejorable en la capital catalana, un posicionamiento impensable si Ernest Maragall hubiese seguido estando al frente de ERC en la ciudad.

El aterrizaje de los republicanos en el puente de mando de Barcelona junto a Collboni se producirá, si gana Junqueras el congreso, en el mes de enero próximo o, a lo sumo, en el mes de febrero. Con eso y una nueva cúpula, el partido espera comenzar a remontar el vuelo y a cauterizar las heridas internas abiertas los últimos meses.