Carles Puigdemont deja el Consell de la República y convoca elecciones internas

Carles Puigdemont deja el Consell de la República y convocará en breve elecciones internas en esta entidad, con sede en Bélgica y que en su día quiso erigirse en una especie de Generalitat paralela para que diese amparo a la idea legitimista de un president catalán en el exilio. Así lo han avanzado fuentes del entorno de Waterloo que explican que nadie del actual equipo de gobierno optará a la reelección.

Las mismas fuentes enmarcan esta decisión dentro de la crisis interna provocada por los gastos irregulares del número dos de Puigdemont, el eurodiputado electo Toni Comín. Una auditoría interna detectó dispendios de 15.000 euros que Comín se niega a devolver y que puso en pie de guerra a los gestores de las entidades belgas CATGlobal ASBL y CATCiP AISBL. El tema se ha cerrado en falso y al final se opta por una renovación a fondo del equipo de gobierno para abrir una nueva etapa que ya no contará con Puigdemont al frente.

La decisión se toma semanas después de que Carles Puigdemont asumiese la presidencia de JxCAT en el Congreso de Calella este pasado mes de octubre y optase por volver a la política de partido. En este nuevo contexto, su rol como presidente de una entidad así había dejado de tener sentido, reconocen fuentes de su propia formación.

Además, el portavoz del Consell, el diputado en el Parlament, Antoni Castellà es ahora vicepresidente de Junts. Y Teresa Vallverdú, también integrante del Consell de la República, ahora se ha convertido en la responsable de las Políticas de Seguridad y Civismo de Junts. Cada vez más, carecía de sentido esa cúpula al mando de una entidad que aspiraba a ser el paraguas de todo el independentismo. Ambos, como el resto de los miembros del Govern presentarán su renuncia.

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Con las elecciones se abre un nuevo mandato que aspira a preservar lo que se consideran los grandes activos del Consell de la República: los más de 100.000 socios y el más de un centenar de Consells Locals que funcionan como una red por toda Cataluña con un cierto poder de movilización, según cada caso.

En los últimos meses, diversas personalidades del independentismo habían ido dejando el Consell, como es el caso de Clara Ponsatí o el cantautor Lluís Llach, cuestionando su utilidad para la causa. Lo mismo hizo la doctora en derecho Neus Torbisco. Poco a poco el peso específico del Consell estaba pasando de una institución medular en el independentismo a un ente irrelevante.

Comín en el huracán

La manera personalista en la que Toni Comín había estado gestionando el día a día de la entidad había abierto una brecha muy grande. El publicista Sergi Miquel, a quien fichó Puigdemont en 2019 para gestionar el día a día de Waterloo dejó sus funciones y rompió con el Consell. En este momento ha vuelto a Barcelona y la situación de la entidad se ha complicado de manera notable.

Además, hay que tener presente el tema de la gestión económica. El Consell cuesta 1,1 millones de euros al año, con más de 465.000 euros en costes de personal. El Consell de la República quiere dejar ahora esta masa salarial en la mitad, pero eso supone despidos. Se trata de atajar las cuantiosas pérdidas acumuladas. En este clima, que Comín se haya negado a devolver los 15.000 euros ha enrarecido el ambiente y ha abocado a la convocatoria de elecciones.

Momentos álgidos

En su día, llegó a haber incluso un Parlament paralelo, la Asamblea de Representants, que Puigdemont liquidó de un plumazo en 2023 cuando se negaron a apoyarle en la cuestión de la amnistía. El último gran acto del Consell fue el retorno relámpago de Puigdemont a Cataluña para luego volver a escapar a Bélgica.

El nuevo giro apunta al cambio profundo que está viviendo el independentismo tras perder el poder en la Generalitat con la victoria de Salvador Illa, si bien a ERC que nunca apoyó el proyecto de Waterloo, esta crisis le afecta mucho menos.