La joya del modernismo europeo que tiene un jardín de flores de piedra de más de 20 metros cuadrados: el único que nunca ha cambiado su diseño original

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La Casa Navàs, en Reus, se erige como uno de los mejores ejemplos del modernismo europeo, un estilo artístico que rompió con las normas tradicionales a finales del siglo XIX y principios del XX. Este edificio, diseñado por el renombrado arquitecto Domènech i Montaner entre 1901 y 1908, es un tesoro arquitectónico que destaca por ser el único en el mundo que ha logrado conservar intacto su interior original, incluidas sus impresiones.

Ubicada en la Plaza del Mercadal de Reus, esta joya del modernismo fue un encargo del comerciante Joaquim Navàs, quien deseaba una casa que reflejara tanto lujo como innovación. A lo largo de los años, Casa Navàs ha permanecido fiel a su diseño original, a pesar de las vicisitudes que la golpearon durante la Guerra Civil Española, cuando perdió su torre y parte del tejado. Sin embargo, su interior ha sobrevivido en su estado original, lo que convierte a este edificio en una reliquia viva.

Los visitantes que tienen el privilegio de entrar en Casa Navàs son transportados a una época en la que el modernismo estaba en pleno apogeo. La casa incluye un jardín exterior de flores esculpidas en piedra de más de 200 metros cuadrados, con exquisita atención al detalle.

Ha llegado hasta nuestros días como se estrenó

Las vidrieras de colores, los mosaicos, los trabajos en madera y el hierro forjado adornan cada rincón, creando un ambiente que rebosa elegancia y sofisticación. Además, los muebles diseñados específicamente para esta residencia mantienen la esencia del estilo, con motivos florales y geométricos que reflejan el lujo de principios del siglo XX.

Uno de los elementos más impactantes es la claridad con la que se ha conservado la atmósfera original de la casa. Su interior, en el que se encuentran claraboyas, tabiques y puertas, permanece tal como fue concebido por Montaner y el ebanista Gaspar Homar. Esta fidelidad a los detalles convierte a Casa Navàs no solo en un hito del modernismo catalán, sino también en un recordatorio de la capacidad de este movimiento para transformar lo cotidiano en arte.

La terraza de Casa Navàs es otro de sus puntos emblemáticos: se convierte en un encantador refugio al aire libre, donde macetas de mosaico cerámico reposan sobre elegantes patas de hierro forjado, aportando un toque artístico al espacio. El suelo, salpicado por la luz que se filtra a través de tres amplias claraboyas de vidrio, crea un ambiente cálido y luminoso.

En las paredes, dos majestuosos mosaicos capturan la atención: uno ilustra al rey Jaime I zarpando de Salou en su expedición hacia Mallorca, mientras que el otro ofrece una panorámica de Tesalónica, recordando la conexión histórica de los catalanes con Grecia.

Para los amantes del modernismo, Casa Navàs es un destino obligado, no solo por su arquitectura, sino por la historia que se encierra entre sus muros. Reus, una ciudad en plena efervescencia a principios del siglo XX, se encuentra en esta casa uno de sus mejores exponentes de una era en la que la belleza y la innovación estaban en el corazón de cada obra artística.

Este espacio no solo es un testimonio del esplendor del modernismo catalán, sino que también sirve como un vibrante centro cultural. Hoy en día, Casa Navàs acoge exposiciones, conferencias y visitas teatralizadas que celebran el arte y la historia, convirtiéndola en un punto de encuentro para los amantes de la cultura.