Puigdemont se lanza a aprovechar la crisis de ERC para captar parte de sus cuadros
El Congreso de Calella tuvo un punto de refundación para JxCAT. Pero para convertirse en el eje de unidad independentista debe lograr que se pasen a sus filas líderes republicanos
Carles Puigdemont quiere aprovechar la crisis que vive ERC para captar para Junts cuadros y dirigentes de los republicanos. No hay nadie en concreto dispuesto a dar este paso en este momento, pero es la hoja de ruta del partido tras el Congreso de Calella, según explican fuentes de esta formación. Convertir a Junts en un partido de adscripción más amplia, lo que el ya presidente de JxCAT denominó como "ocupar la centralidad del país". El modelo: lo que fue la lista única de Junts pel Sí en 2015, cuando CDC y ERC compartieron lista para declarar la independencia dos años después, pero esta vez desde una única formación política.
"Hace diez años construimos una herramienta histórica, Junts pel Sí" y "nunca se había avanzado tanto como país como cuando supimos ir juntos", señaló Puigdemont en su discurso de Calella tras ser encumbrado como presidente del partido.
El Congreso de Junts ha preparado el terreno para pescar a los republicanos que salgan quemados del Congreso de ERC previsto para el 30 de noviembre y que se espera un poco más virulento que la batalla de Gettysburg. Por ello, se ha quitado el límite de seis meses de militancia para nuevos miembros de la Ejecutiva: cualquier alto cargo de los republicanos que quiera cambiar de bando podrá entrar en la cúpula de Junts de manera inmediata. Ese es el banderín de enganche.
Puigdemont planteó en Calella que "hemos hecho este congreso para ser la mejor herramienta, la herramienta que hace falta ahora, como Junts pel Sí lo fue en su momento".
Pero no se trata de una lista conjunta, como en 2015, ya que, gane quien gane en ERC, no se sumarán a un proyecto encabezado por Carles Puigdemont. En cambio, podría haber una escisión de una parte del partido. La candidatura más inclinada a un proceso tan traumático en ERC sería el Colectivo 1 de Octubre, los octubristas de los republicanos que hace años que funcionan como corriente organizada. Sus líderes son Xavier Martínez y Ángel Ruiz. En total, no llegan al centenar.
Como la lista única no resulta una opción viable, como lo fue en 2015, lo que está planteando es convertir a Junts en un partido nacional catalán que recoja diversas sensibilidades. Como lo fue el Scottish National Party, pero más derechizado. El SNP escocés al final resultó un artefacto donde el peso de buena parte de las señas de identidad de la izquierda, como la ley Trans, tuvieron mucho peso tanto en el auge como en la caída de esa formación.
El partido de todo el mundo
Puigdemont plantea "ocupar la centralidad del país" —como el SNP—, pero desde la derecha: una baja fiscalidad, ahí está el revés con el 'impuestazo' energético; la ampliación del aeropuerto o el control migratorio. Todas, prioridades más alineadas con la patronal Fomento del Trabajo que con los partidos de izquierda como ERC. Su nuevo ideólogo de cabecera, el diputado Agustí Colominas, define el nuevo Junts como "el partido de todo el mundo".
Para que Junts parezca "el partido de todos" necesita que sumen miembros de ERC
Sin embargo, este "todo el mundo" no tiene credibilidad sin nadie de ERC. Puigdemont criticó la desunión que vive el independentismo. Pero recuperar esa unidad será un proceso lento: tardará más de un año como mínimo. Lo mismo, por cierto, que les costará a Puigdemont y Jordi Turull beneficiarse de manera efectiva de la ley de Amnistía.
Oxígeno para Illa
La conclusión es que la nueva estrategia escocesa de Puigdemont tiene un punto débil: otorga tiempo a Salvador Illa para afianzarse en el poder. Y no será sólo un año. En la práctica, supone regalar a Illa toda la legislatura para que se afiance a menos que algunos de los que pasasen al nuevo Junts fuesen miembros del grupo parlamentario de ERC, lo que no ocurriría de manera inmediata. Y con este panorama, Illa sacará adelante al menos unos Presupuestos de la Generalitat.
Puigdemont cuenta con un goteo de deserciones en ERC, con Junts convertida en la nueva plataforma para rescatar carreras políticas. Fuentes de los republicanos ven la jugada, pero aseguran que en la práctica Puigdemont no tiene capacidad para fichar cuadros del partido y, menos, a miembros del grupo parlamentario. Puigdemont tiene un plan. Habrá que ver cómo encaja con la ANC que el próximo 15 de enero celebrará una asamblea extraordinaria para dibujar una nueva hoja de ruta para el independentismo. Habrá que ver cómo encaja con ella el nuevo Junts centralista y derechizado que ha armado Puigdemont.
Carles Puigdemont quiere aprovechar la crisis que vive ERC para captar para Junts cuadros y dirigentes de los republicanos. No hay nadie en concreto dispuesto a dar este paso en este momento, pero es la hoja de ruta del partido tras el Congreso de Calella, según explican fuentes de esta formación. Convertir a Junts en un partido de adscripción más amplia, lo que el ya presidente de JxCAT denominó como "ocupar la centralidad del país". El modelo: lo que fue la lista única de Junts pel Sí en 2015, cuando CDC y ERC compartieron lista para declarar la independencia dos años después, pero esta vez desde una única formación política.
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