Castellá, el hombre que 'mató' a Duran Lleida, susurra ahora al oído a Puigdemont
El hombre más nuevo en Junts, pero el de más edad en la vicepresidencia del partido, reorientará la estrategia de la formación tras el congreso
La nueva cúpula de Junts per Catalunya (JxCat) diseñada a medida de Carles Puigdemont tiene un elemento crucial que explica los últimos movimientos del dirigente posconvergente: la presencia de Antoni Castellà como vicepresidente de la formación, junto a los nuevos valores como Mónica Sales, Míriam Nogueras o Josep Rius. Sería, por tanto, el vicepresidente senior de Junts.
Se da la paradoja de que Castellà no era de Junts hasta hace pocos días, cuando ratificó la entrada de su propia formación, Demòcrates de Catalunya (DC), en el partido de Puigdemont. Para que ello fuera posible, el ahora líder orgánico de Junts eliminó la cláusula que obligaba a tener una militancia de, como mínimo, seis meses, para ser miembro de la Ejecutiva del partido. Es, por tanto, un novato en Junts, un recién llegado. Pero también el más experimentado en la cúpula de la formación.
Desde 2019, DC fue un apéndice de Junts y, en los últimos meses, Castellà alcanzó tal peso político que acabó siendo nombrado portavoz del Consell de la República, el organismo áulico que Puigdemont montó en Waterloo para simular un Govern en el exilio y para contar con un aparato externo a cualquier partido con el que poder operar políticamente en caso de hundimiento de los partidos históricos del soberanismo. No es fácil contar con la confianza total de Puigdemont, pero Castellà lo consiguió a base de trabajar duro junto al jefe. Puigdemont también le ha encomendado que sea sus ojos y sus oídos en el Parlament, institución donde Mònica Sales tendrá el mayor peso político dentro del grupo parlamentario de los posconvergentes. Será el hombre que susurre al gran ausente, Carles Puigdemont, lo que sucede entre bambalinas.
Pese a venir de otro partido, Castellà ha sido recibido con los brazos abiertos por los altos cargos de Junts. Un veterano militante con peso en la estructura señala a El Confidencial que “el nombramiento de Castellà es una autocorrección del rumbo que llevaba Junts. Es un reconocimiento implícito de los problemas que arrastra el partido y de que es preciso una reorientación estratégica. Es un acierto. Castellà es un curtido profesional de la alta política, uno de los pocos que puede llevar a Junts al terreno de la política real y que, además, cuenta con el apoyo de los sectores más clásicos del nacionalismo. Nadie duda de que será el protagonista de esa reorientación estratégica de Junts”.
“En el lado sensato de la vida”
Sus partidarios consideran que su trayectoria le avala y que es precisamente su plena dedicación a la política lo que le da el pedigrí. “Está en el lado sensato de la vida. No es un radical, aunque sí es un soberanista con criterio. Hasta ahora, Junts partía de un espejismo óptico en cuanto al posicionamiento político, pero a partir de ahora podrá convertirse en un partido sólido. Ésa es una tarea en la que trabaja muy bien Castellà”, explica un alto cargo de JxCAT.
Toni Castellà es un político, pues, que despierta grandes alabanzas o profundos rechazos. Para unos, es un héroe; para otros, es un villano. Pero no deja a nadie indiferente. Una parte de los cargos de Junts le miran con afecto. Y esto es así porque viene avalado por ser, al decir de una de las fuentes consultadas, porque “fue el hombre que mató a Duran Lleida”.
Es una alegoría, pero políticamente no deja de ser verdad: en 2015, cuando Unió Democràtica de Catalunya (UDC) rompió peras con Convergència (CDC) debido a la deriva independentista de esta última, Castellà protagonizó la primera gran escisión en UDC, aprovechando la delicada situación en que quedaba Unió y dejando malherido al partido democristiano. Junto a él, salieron por la puerta de atrás la expresidenta del Parlament de Cataluña Núria de Gispert y Titón Laïlla, que ahora también recala en la ejecutiva de Junts. Fue un golpe de efecto más que una extirpación real de militancia, pero llegó en el peor momento en que podía llegar y dejó tocada a la formación que presidía Josep Antoni Duran i Lleida. “Intentó que UDC abrazase el independentismo y luego pidió el voto para Artur Mas, lo que era una deslealtad. Pero hay que reconocer que nunca escondió su ideología independentista, ni siquiera cuando era secretario general de los Jóvenes de UDC”, recuerda un antiguo compañero de partido.
De partido en partido
Sus inicios en la política fueron en las juventudes de Unió Democràtica,. Y pese a sus ideas y proclamas independentistas, creció políticamente bajo el manto de Duran i Lleida y fue ganando peso político hasta ser el perejil en todas las salsas y llegar a ser secretario de Organización de Unió. Era el pepito grillo soberanista de una UDC que pugnaba por ser la fuerza centralista de la política catalana. En 1999, fue elegido diputado en el Parlament e inició ahí un largo noviazgo con la política. Entre 2011 y 2015, fue secretario de Universidades gracias al cupo de Unió en el Govern de Artur Mas. En 2015, tras protagonizar la asonada en UDC, se acercó a ERC y coaligó su pequeña formación con la republicana para las elecciones de diciembre de 2017, saliendo elegido diputado. En 2019, cambió de compañeros de viaje y se acercó a Junts, con quien se presentó en todos los siguientes comicios.
En el ámbito privado, Castellà fue socio consultor de Clavera & Herrera Asociados, jefe de administración de Polymedic y jefe de programas de IKL, aunque todos estos trabajos fueron desempeñados en la década de los 90 del pasado siglo.
Quienes le conocieron hace años aseguran que “tiene mucha cintura política, de eso da fe su trayectoria pasando por varios partidos, y es una persona muy válida”. Explica un antiguo compañero de UDC que durante su etapa como secretario de Organización de Unió “se pateaba todo el territorio y así es como consigue tener afines”. Y destacan también su buena sintonía con sectores empresariales, lo que le abre muchas puertas.
Declaración de bienes
Castellà tiene tres viviendas, dos de ellas adquiridas por compra en 1999 y 2008 (cuyos precios son de más de 78.000 y de más de 443.000 euros respectivamente) y una tercera proveniente de una donación en 2006, con un valor catastral de 75.500 euros. Tiene también, en Sant Feliu de Guíxols, una pequeña barca adquirida en 2006, una Sessa key 19, de algo más de 5 metros, y una hipoteca de 324.734 euros, aunque además de su salario como diputado ha estado cobrando de Demòcratas de Catalunya en función de que es su portavoz (desde el 1 de enero de 2021 al 8 de junio de 2023 obtuvo ingresos del partido) y obtiene ingresos privados como consultor.
Según declaró en el Parlament, es consultor en investigación y desarrollo, ocupación por la que obtiene ingresos periódicos. No cobra, sin embargo, como portavoz del Consell de la República. Aficionado, dicen, al buceo, su trayectoria profesional y sus prioridades vitales le servirán para sumergirse en las procelosas aguas de Junts per Catalunya, tanto como vicepresidente senior del partido como el diputado que hace de periscopio para que Puigdemont pueda saber en todo momento qué pasa en el Parlament de Cataluña.
La nueva cúpula de Junts per Catalunya (JxCat) diseñada a medida de Carles Puigdemont tiene un elemento crucial que explica los últimos movimientos del dirigente posconvergente: la presencia de Antoni Castellà como vicepresidente de la formación, junto a los nuevos valores como Mónica Sales, Míriam Nogueras o Josep Rius. Sería, por tanto, el vicepresidente senior de Junts.
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