Cumbre en Calella: Junts se prepara para 'morder' a España
El partido de Puigdemont ataca a ERC en sus ponencias y promete trabajar internacionalmente buscando socios para la independencia de Cataluña
Junts per Catalunya (JxCat) tendrá como principal objetivo en el futuro próximo conseguir la independencia de Cataluña. Así lo recogen las ponencias aprobadas este sábado en el curso del congreso del partido, que fijan una nueva hoja de ruta y que prevén cambiar la cúpula del partido para establecer una dirección 100% fiel a Carles Puigdemont, que, lejos de abandonar la política, tal y como prometió en la última campaña electoral, se afianza como el líder único de la formación posconvergente desplazando a la actual presidenta, Laura Borràs. El congreso se celebra en la localidad de Calella, en tiempos pasados conocida como Calella de los alemanes, por la alta afluencia de ciudadanos de Alemania en verano. Algunos, con ironía, le cambiaron este fin de semana el nombre por el de Calella de los belgas, en referencia al país de residencia del que será, a partir de este domingo, nuevo presidente de la formación.
En esta jornada, la ponencia de la nueva estructura del partido fue aprobada con un 86,6% de los votos de los delegados, mientras que un 5,2% se posicionó en contra. La cúspide estará formada por la presidencia, cuatro vicepresidencias, secretario general, secretario de Organización, secretario de Finanzas y una Ejecutiva de 25 vocales, aparte de los anteriores.
La ponencia estratégica fue redactada bajo la supervisión de la portavoz en el Parlament, Mònica Sales, y en ella han intervenido, entre otros, el que fuera ideólogo de todos los experimentos de Puigdemont, Agustí Colomines (también exdirector de la Fundació CatDem, desmantelada tras el escándalo del Palau de la Música), la exconsejera Gemma Geis, el fichaje americano de Puigdemont, Anna Navarro, el principal asesor del expresident huido en Waterloo, Aleix Sarri, o el presidente de la Plataforma Pro Seleccions Esportives Catalanes, Xavier Vinyals. Y esa estrategia coloca a Junts como la pieza fundamental del independentismo y como "la alternativa al actual Govern españolista de Cataluña".
El texto hace una cierta autocrítica: "Fue un error no declarar la independencia en los días posteriores al referéndum (…) influyó la falta de unidad a la hora de afrontar unos momentos críticos para nuestro país (…) La precipitación de los hechos y un escenario cambiante y condicionado por la dureza de la represión han hecho que se hayan cometido errores (…) La dificultad para afrontar la represión y la falta de unidad estratégica y política entre los partidos del 1-O ha sido decisiva en el hundimiento electoral del Movimiento. La desunión es el punto más débil del independentismo y ahora es preciso curar las heridas, crear nuevas sinergias y superar el estadio de la crítica pública constante". En cierta manera, Junts se sitúa de nuevo en el 2017. Repesca el procesismo que empantanó la política catalana durante más de una década y hace un brindis al sol predicando la unidad de las fuerzas independentistas y de estas con la sociedad entera para llegar a la secesión.
La única misión
En sus ponencias, establece que la única misión de Junts es lograr la separación de España con un reconocimiento internacional. "Esto reclama disponer de un instrumento político fuerte y amplio que se convierta en un frente que reúna a personas de sensibilidades ideológicas diversas, que han de convivir sin fisuras ni divisiones estériles". Ese instrumento es, obviamente, Junts. "Somos el pal de paller [el nudo gordiano] del independentismo catalán y necesitamos a todos", dice el texto. Paralelamente, la ponencia es una oda en contra de ERC, partido al que llega a calificar como "sucursal del Gobierno español".
La participación de Junts en la política nacional española queda supeditada, así, a la consecución de la separación de España. "Mientras Cataluña esté integrada en el Estado español, Junts ha de intervenir en la política estatal con el único objetivo de avanzar hacia la independencia de la nación catalana, defender la democracia, acabar con la represión, acordar medidas que reconozcan la plurinacionalidad, y tengan como propósito mejorar la seguridad y el bienestar de las personas, así como conseguir competencias reales para que Cataluña pueda abordar las grandes cuestiones que afecten a la vida de los ciudadanos", dice la ponencia estratégica. Recuerda que la investidura de Pedro Sánchez fue a cambio de "conseguir hitos importantes que nadie había conseguido antes, como la Ley de Amnistía, muy diferentes de los indultos condicionados otorgados anteriormente, y el derecho de los diputados a hablar su lengua en el Congreso".
Y no hace concesiones a Madrid: "Junts no rechaza la negociación con el Estado, pero no regalará sus votos para mantener un Govern en Madrid, del signo que sea, a cambio de nada. Los pactos han de vincular a las dos partes, y si se rompen unilateralmente o se incumplen de manera reiterada, la única salida lógica es plantarse y manifestar clara y expresamente la pérdida definitiva y absoluta de confianza con el Estado en todos los ámbitos (…) Nuestra intención no es ni estabilizar ni desgastar, sino actuar para servir a los intereses de los catalanes y avanzar hacia la independencia para hacer frente al centralismo, la defensa de la democracia, la generación de oportunidades y el bienestar social".
Atraer al abstencionismo
La hoja de ruta pasa también por intentar atraerse en el futuro a los dos millones de catalanes que prefirieron la abstención en las últimas elecciones, un 42,05% del censo electoral. "La lucha por la independencia necesita reconstruir mayorías nacionales que siempre han hecho avanzar a nuestro país. Reactivar a los abstencionistas es crucial para retomar el camino. No podremos hacerlo con éxito si no asumimos que otro de los grandes retos del independentismo es reconectarse con la gente joven y conseguir penetrar en amplios sectores del mundo del trabajo asalariado y de la inmigración". Junts es consciente de que necesita a esos sectores para lograr la independencia
Deja claro que Junts trabajará para "forjar alianzas con todos los Estados democráticos dentro y fuera de la UE para alcanzar la independencia". Asegura en su ponencia ideológica que el partido "es hijo del referéndum del Primero de Octubre y de la posterior declaración de independencia" y abraza indisimuladamente la hoja de ruta de la Asamblea Nacional Catalana (ANC), pero reconoce que "por primera vez en más de 4 décadas, los partidos de estricta obediencia catalana no son mayoría en el Parlament. El gran cambio no es que la Generalitat haya caído en manos de un presidente ligado al PSOE, sino la nueva composición del Parlament. Una vez investido el president Illa, oponer una alternativa independentista es, momentáneamente, imposible, pero es una oportunidad para volver a forjar un movimiento independentista fuerte".
El texto recurre a la épica y advierte que "es fundamental que todos los cargos electos o de designación de JxCat asuman la posibilidad de que les caiga encima la represión" por el hecho de ser independentistas. En realidad, el Código Penal es muy estricto y garantista respecto a las acciones tanto personales como colectivas y detalla las acciones susceptibles de ser delito y, por tanto, condenables por los tribunales. Pero hay una cierta inquina contra España: "Hasta que el Estado español no se muestre como un Estado plenamente democrático, defender la independencia de nuestro pueblo tendrá riesgos personales que hemos de asumir (…) El coste político de la lucha de los últimos años ha sido muy alto. Y continúa siendo así, hasta el punto de que la Ley de Amnistía está encallada en muchos juzgados que deberían aplicarla. Además, JxCat es el único partido que continúa teniendo en el exilio a tres de sus dirigentes: los diputados del Parlament, el president Carles Puigdemont y el conseller Lluís Puig, y el eurodiputado electo Toni Comín, que también era consejero el Primero de Octubre".
La ponencia ideológica, que dirigió el diputado Salvador Vergès, una de las caras que sale reforzada y cabeza de lista por Girona (y en la que también participaron los exconsejeros Damià Calvet y Victòria Alsina, la expresidenta del Parlament Anna Erra, o el diputado Eduard Pujol), señala que "no queremos la independencia para convertirnos en una España 2.0; lejos de ello, defendemos ser libres para poder crear un Estado que huya de los vicios y las deficiencias de algunos y se mire en las bondades y eficiencias de otros". Advierte este documento que "una República catalana nacerá, previsiblemente, con una deuda pública baja, ya que la deuda del Estado con Cataluña será muy superior a la deuda pública de la Generalitat independiente".
Esta ponencia reclama el concierto económico para Cataluña fuera del marco de la LOFCA, la plena soberanía fiscal para recaudar el 100% de los impuestos a través de la Agencia Tributaria de Cataluña (ATC), la rebaja de los impuestos de Sucesiones e IRPF a las rentas más bajas, una reforma de las cuotas mensuales a la Seguridad Social, o el aumento de rebajas en el Impuesto de Transmisiones Patrimoniales (ITP), con una bonificación del 99% del IVA en la compra de la primera vivienda. Asimismo, propone aprobar una ley orgánica que ceda todas las competencias en materia de inmigración a Cataluña (junto a los recursos pertinentes) para establecer un "modelo propio de gestión de la inmigración" centralizado en una Agencia Catalana de Inmigración.
Junts per Catalunya (JxCat) tendrá como principal objetivo en el futuro próximo conseguir la independencia de Cataluña. Así lo recogen las ponencias aprobadas este sábado en el curso del congreso del partido, que fijan una nueva hoja de ruta y que prevén cambiar la cúpula del partido para establecer una dirección 100% fiel a Carles Puigdemont, que, lejos de abandonar la política, tal y como prometió en la última campaña electoral, se afianza como el líder único de la formación posconvergente desplazando a la actual presidenta, Laura Borràs. El congreso se celebra en la localidad de Calella, en tiempos pasados conocida como Calella de los alemanes, por la alta afluencia de ciudadanos de Alemania en verano. Algunos, con ironía, le cambiaron este fin de semana el nombre por el de Calella de los belgas, en referencia al país de residencia del que será, a partir de este domingo, nuevo presidente de la formación.
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