El independentismo llega al 1-O en plena guerra, deprimido y con el PSC en el poder
Hace siete años, el independentismo captó la atención internacional con la celebración de la consulta ilegal del 1-O, una movilización sin precedentes que hoy sólo añora tiempos mejores
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El independentismo catalán llega al 1-O en modo bajón. Es la primera vez que se celebra el aniversario de la consulta del 1 de octubre de 2017 con la Generalitat en manos de un partido no soberanista, el PSC. Salvador Illa no va a hacer un mensaje institucional con motivo del 1 de octubre, como hizo Pere Aragonès hace dos años y también el año pasado. Pero también con ERC sumida en una grave crisis interna y con la movilización en la calle en un punto bajísimo. No hay paros convocados ni tan siquiera por los sindicatos independentistas, como la Intersindical, que convocaron una huelga general para el 11 de octubre de 2019. Tampoco hay manifestación prevista.
La ausencia de actos y eventos es significativa. Mientras que Junts en su congreso se esfuerza en reivindicar el 1-O como momento fundacional del movimiento independentista, el octubrismo vive su ocaso, como prueba el que se aparte a Laura Borràs de la presidencia. Este decaimiento también se percibe en la calle. El año pasado se reunieron cientos de personas en Plaça Catalunya de Barcelona. Puede parecer poco. Pero mañana no habrá ni eso.
El acto central para este 1 de octubre fue el pasado sábado en Arenys de Mar, organizado por el Consell de la República y que fue un desfile de cargos de Junts. Carles Puigdemont compareció por videoconferencia: “Algunos tenemos que luchar con las manos atadas a la espalda”. Consiguió 30 segundos en TV3.
El secretario general de Junts, Jordi Turull, también participó en el evento para reivindicar el legado del 1 de octubre: "Salió bien porque todo el mundo prefirió ser útil antes que ser importante", dijo, a la vez que defendió que el referéndum dejó "aprendizajes" y reclamó "no resignarse y ni mucho menos rendirse" ante la situación política actual.
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Turull demandó una "actitud más positiva y determinante" para "ir todos a la par con un único norte" y conseguir la independencia. "Hay mucha tentación por dejarlo estar, no caigamos en este desánimo", añadió. En otras palabras, desmovilización total. Y por mucho que digan en el congreso de Junts, el octubrismo como motor interno del movimiento independentista también va de capa caída.
Partidos en barrena
Las razones son diversas. Illa está en la Generalitat. Eso hace que la atención mediática de los medios públicos sobre el 1 de octubre haya caído en picado. La pérdida de la mayoría independentista en el Parlament ha dolido mucho.
Luego están los problemas internos. La CUP siempre ha ido a la suya. Pero ERC está sumida en una guerra intestina, lo que ha dificultado que participe en este aniversario.
La crisis de los partidos no es ajena a que el aniversario haya pasado desapercibido
La situación en Junts es diferente pero con un efecto similar. Junts ha copiado el sistema organizativo de la CUP. En el congreso se votará una lista única encabezada por Puigdemont, ante lo cual la preocupación de todo el partido es entrar en la lista para formar parte de la futura ejecutiva. En comparación, participar de un aniversario es lo de menos en un momento como éste.
Factor desmovilización
Y luego está la desmovilización general, que no por última puede ser la más importante. Que ya se vio con la reaparición de Puigdemont en Barcelona el pasado 8 de agosto, día de su fuga: 4.500 personas, según los Mossos. La Guardia Urbana cifró en 60.000 personas los asistentes a la concentración de la Diada del pasado 11 de septiembre en la capital catalana. La más baja desde que empezó el procés, descontando los dos años de pandemia.
Los otoños independentistas, que eran un reguero de aniversarios, parecen cosas de otra época. La ANC se ha borrado de la conmemoración del 1-O. Ahora cuesta movilizar. De hecho, no se ha hecho nada en Barcelona. Y escoger Arenys de Mar, pero no Arenys de Munt, donde empezaron las consultas hace 15 años, tampoco se explica. También se ha asumido de manera tácita que no habrá movilizaciones o concentraciones si no es un día festivo. Un independentismo de bajón y en plena depresión.
El independentismo catalán llega al 1-O en modo bajón. Es la primera vez que se celebra el aniversario de la consulta del 1 de octubre de 2017 con la Generalitat en manos de un partido no soberanista, el PSC. Salvador Illa no va a hacer un mensaje institucional con motivo del 1 de octubre, como hizo Pere Aragonès hace dos años y también el año pasado. Pero también con ERC sumida en una grave crisis interna y con la movilización en la calle en un punto bajísimo. No hay paros convocados ni tan siquiera por los sindicatos independentistas, como la Intersindical, que convocaron una huelga general para el 11 de octubre de 2019. Tampoco hay manifestación prevista.