Salvador Illa da un barniz postconvergente a su Generalitat para apoderarse del centro
La nueva Generalitat de Illa va más allá de todo el poder para el PSC. Aquí y allá aparecen altos cargos como Miquel Samper o Ramon Espadaler con pasado relacionado con CDC
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Salvador Illa está dando un inesperado barniz postconvergente a su Generalitat como estrategia para apoderarse del centro político en Cataluña. Aunque el eje de su ejecutivo viene del municipalismo del PSC, ha ido salpicando su administración de altos cargos con pasado postconvergente, el último de ellos, David Bonvehí, expresidente del PDeCAT y flamante director general de Economía Social y Solidaria y el Cooperativismo, adscrito a la conselleria de Empresa.
Ya no es sólo que recibiera a Jordi Pujol en el Palau, rehabilitando en parte su figura. Es que está salpimentando su administración de cargos con historial postconvergente, “la transversalidad” que siempre destaca la portavoz de la Generalitat y consellera de Territori, Silvia Paneque, en sus apariciones ante los medios.
Los consellers de Justicia (Ramon Espadaler) y de Empresa (Miquel Samper) ya cumplían ese rol. Espadaler fue conseller de Interior con Artur Mas y ahora lidera la formación democristiana asociada con el PSC, Units per Avançar. Samper hasta hace cuatro días militaba en Junts, fue conseller de Interior con Quim Torra y ejercía el abogado defensor del exconseller de Cultura Lluís Puig, huido a Bélgica.
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Pero ese aire de “vieja convergencia” se extiende por el sottogoverno. El cargo más destacado en este sentido es Pere Macías, comisionado para el traspaso de Cercanías, ya en el ejecutivo de Aragonès y confirmado con Illa casi en cuanto llegó a la Generalitat.
Pere Macías fue alcalde de Olot con CDC, conseller de Obras Públicas con Artur Mas y luego diputado en el Congreso. Un exconvergente patanegra. Macías estaba en los inicios de Convergencia, mientras que Bonvehí fue su enterrador. Sólo con estos dos cargos, Illa cubre un amplísimo espectro que le permite, en la práctica, ocupar la centralidad política en Cataluña.
Bonvehí ha justificado en grupos de wasap de exconvergentes su fichaje por un Ejecutivo socialista asegurando que “lo hago desde la independencia política, pero con la lealtad de lo que muchos hemos representado y con el ánimo de colaborar en el proyecto de futuro compartido que se pueda dibujar”. Se nota en la declaración una cierta incomodidad por la traición ideológica que puede suponer este cambio.
Así, Bonvehí argumenta que “vuelvo donde ejercía mi trayectoria profesional antes de la política; las cooperativas agrarias. También trabajaré e intentaré hacer buen trabajo con las cooperativas de vivienda y otros tipos de cooperativas como de enseñanza, sanitarias, farmacéuticas, de consumo y de iniciativa social”.
También en Exteriores
En la conselleria de Exteriores también está el exalcalde de Campdevanol por Junts, Oriol Lázaro, que ha fichado como director de la Catalunya Exterior. Lázaro provenía de Unió y también pasó por el PDeCAT. Pero ahora trabaja para Illa, como el resto de exconvergentes.
Nuevos cargos de confianza como Oriol Lázaro o Pere Macías vienen de ese espacio
Samper también ha integrado en niveles menores de los cargos de confianza en su departamento a antiguos asesores del actual presidente del Parlament, Josep Rull, como Emili Alberich y Roger Rosich.
Acusaciones de españolismo
Mientras Junts va acusando a Salvador Illa de españolista o de encabezar “la Generalitat más españolista de la Historia”, el líder del PSC sigue incorporando a exconvergentes. Se hace fotos con Jordi Pujol y Artur Mas y ya ha anunciado que no se reunirá con Carles Puigdemont, como adelantó El Confidencial. Illa se está convirtiendo en el baremo que define el centro político del catalanismo a golpe de integrar antiguos convergentes. Y ha optado por que Puigdemont no salga en la foto.
Además, la Generalitat ha dejado en su puesto a 200 cargos que ya estaban con ERC. Algunos de carácter técnico llevan mucho allí, pero la mayoría no tanto. Puro cálculo político y eso que aún no ha empezado la designación en la mayor parte de las empresas públicas de la Generalitat.
Salvador Illa está dando un inesperado barniz postconvergente a su Generalitat como estrategia para apoderarse del centro político en Cataluña. Aunque el eje de su ejecutivo viene del municipalismo del PSC, ha ido salpicando su administración de altos cargos con pasado postconvergente, el último de ellos, David Bonvehí, expresidente del PDeCAT y flamante director general de Economía Social y Solidaria y el Cooperativismo, adscrito a la conselleria de Empresa.