Pedro Sánchez pone a Montero a salvar la dañada relación con Junts y los presupuestos

Pedro Sánchez ha puesto a la vicepresidenta de Hacienda María Jesús Montero a intentar salvar la maltrecha relación con Junts, muy dañada después de que ayer estallara la caja de los truenos entre el ministro del Interior, Fernando Grande-Marlaska, y Carles Puigdemont, quien advirtió en la red social X: “Si alguien tenía planificado empaquetar los incumplimientos acumulados para resolverlos a su favor en una negociación presupuestaria, también se equivoca”.

Fernando Grande-Marlaska había asegurado este jueves en un desayuno informativo de Europa Press que el Estado no realizará un traspaso integral de las competencias en inmigración a la Generalitat, como pretende JxCAT.

Fuentes del PSOE justifican la decisión de elevar el tema a Montero, porque la vicepresidenta lleva todos los temas de traspasos de competencias a las CCAA. Sin embargo, estas mismas fuentes tampoco aclaran si al final será un traspaso o tan sólo una delegación de competencias.

El equipo de Grande-Marlaska llevaba días reuniéndose en el Congreso con la portavoz de Junts en el Congreso Míriam Nogueras y con el abogado de confianza de Puigdemont, Gonzalo Boye, para tratar sobre este cambio en la política migratoria del Ejecutivo.

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Fuentes socialistas y de Junts explican que los de Carlos Puigdemont trasladaron al PSOE un borrador de proyecto de ley orgánica que preveía, entre otras cosas, la capacidad de la Generalitat para establecer las cuotas de inmigrantes, potestad para tramitar permisos de trabajo, protagonismo del catalán para la integración de los recién llegados y la creación de una Agencia Catalana de Inmigración.

Los equipos de Interior rechazaron estas pretensiones, como han puesto de manifiesto las declaraciones de Fernando Grande-Marlaska. Por eso ahora se eleva la responsabilidad de llegar a un acuerdo a María Jesús Montero. Fuentes políticas conocedoras de los contactos entre ambas formaciones aseguran que las conversaciones siguen en marcha y piden máxima discreción mientras continúen abiertas.

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Desde Junts se rechaza el grueso del planteamiento de los de Pedro Sánchez: vincular el acuerdo de inmigración a la aprobación de los Presupuestos Generales del Estado, justo lo que está haciendo el PSOE al poner al frente de los contactos a María Jesús Montero, la responsable de sacar adelante las cuentas de 2025.

Intereses contrapuestos

Los intereses de ambas formaciones son divergentes y no sólo por la dificultad de pactar algo sobre inmigración, sino porque tampoco se ponen de acuerdo en la metodología.

Para el PSOE y el Gobierno de Pedro Sánchez resulta vital vincular un posible acuerdo de inmigración con los Presupuestos Generales del Estado para 2025. En cambio, para Junts, el acuerdo de inmigración se ha de negociar de manera separada y es un compromiso alcanzado desde hace meses, como planteaba Puigdemont desde redes sociales.

Para Junts es prioritario tener manos libres para tumbar los Presupuestos

Junts no quiere aprobar los Presupuestos Generales del Estado. Pretende con esa posición demostrar que tiene a Pedro Sánchez acorralado y hacerle pagar por la investidura de Salvador Illa como presidente de la Generalitat. Por eso la reunión de este miércoles en Madrid entre el ministro de Presidencia y Justicia, Félix Bolaños con Míriam Nogueras para negociar el techo de gasto, acabó sin éxito.

Regulador de la inmigración

Pero inmigración es diferente para los de Puigdemont, ya que su partido pretende disputar a la extrema derecha Aliança Catalana de la alcaldesa de Ripoll, Silvia Orriols, el papel de regulador de la inmigración, ya que este es el tema estrella de la nueva formación, que comparte mucho voto frontera con JxCAT, sobre todo en la Cataluña interior.

En cambio, para el PSOE la posición es del todo opuesta. De hecho, siempre que se han posicionado en contra de los discursos políticos que quieren restringir la inmigración, les ha rendido desde el punto de vista electoral. En este sentido, si al final no se llega a un acuerdo, como podría apuntarse por las declaraciones de Grande-Marlaska, les perjudicaría ante Europa por tener que volver a prorrogar los presupuestos, pero podría resultarles beneficioso más tarde en las urnas.