El independentismo se declara en crisis en la Diada con menos asistentes del 'procés'
Una caída de la asistencia del 39% de un año al otro. La Diada reunió a 70.000 personas en cinco ciudades. El independentismo en las declaraciones reconocía su mal momento
El independentismo se declara oficialmente en crisis tras la manifestación de una convocatoria de la Diada del 11 de septiembre descentralizada para disimular una menor asistencia. Se ha pedido “unidad” como receta para salir de lo que se percibe como un callejón sin salida, en una jornada en la que se ha visto que sin la gasolina que proporcionaba la presidencia de la Generalitat, ahora en manos del socialista Salvador Illa, el fuego independentista, ha perdido mucho brío.
Manifestaciones más cortas. La de Barcelona salía de la estación de Francia con un recorrido de poco más kilómetro y medio. Como acostumbra, muchas personas mayores y jubiladas. Pero la constante ha sido el reconocimiento de los problemas. Tan obvios que ni Marta Rovira ni Oriol Junqueras acudieron a las marchas, con ERC sumida en una honda crisis interna. Según TV3, Marta Rovira, ya se encuentra de nuevo en Ginebra, donde ha establecido su residencia.
En total se movilizaron 70.000 personas, según la Guardia Urbana de las diversas ciudades, muchos menos que los 115.000 que se registraron el año pasado. La manifestación más importante fue Barcelona, con 60.000 personas que casi llenaron el Passeig Lluís Companys desde Arco de Triunfo hasta el final.
“No tenemos que vender humo”, advirtió el presidente de Òmnium Cultural. Xavier Antich antes de la concentración, que ha pedido “autocrítica” y ha advertido “no nos entenderemos si nos arrancamos la piel”.
También antes de la manifestación, el portavoz del Consell per la República, Antoni Castellà ha alertado de que la Diada de este año se celebra en el marco de una "situación complicada y crítica a nivel nacional".
"Una parte del independentismo ha dejado el control de las instituciones a una formación unionista", ha añadido tras la tradicional ofrenda al monumento de Rafael Casanova. Castellà ha acusado a Salvador Illa de "pretender desnacionalizar el país. Nos encontrarán en el frente". Y también se ha dirigido al poder judicial español y su negativa a aplicar la amnistía. "Eso es represión y no nos detendremos".
El presidente de la ANC, Lluís Llach ha optado por cargar contra Salvador Illa acusándole de “hacer pedazos la nación”, pero reconociendo que “tenemos muchísimo trabajo por delante”.
Por su parte, la portavoz y secretaria general adjunta de ERC, Marta Vilalta, ha llamado a reconstruir el partido pese a los "momentos complicados" que atraviesa la formación política.
Presencia de Junts
En Girona, no ha habido ni manifestación, sino “una concentración estática”. Las horas bajas del movimiento también se vieron en Tortosa, donde la manifestación ya había acabado después de tres cuartos de hora. Apenas había que recorrer 800 metros. Los días de las grandes marchas apabullantes parecen cosas del pasado.
Con los republicanos desdibujados, entre los asistentes más relevantes a la manifestación en Barcelona el presidente del Parlament, Josep Rull, el ex alcalde de Barcelona, Xavier Trias, la presidenta de Junts, Laura Borràs; el secretario general, Josep Rull; o el portavoz del partido, Josep Rius; entre otros.
Turull más combativo comparó a los jueces españoles y en concreto a Pablo Llarena con Primo de Rivera y con Franco”. La CUP ha asistido, con las diputadas Laia Estrada y Maria Pilar Castillejos.
Parlamentos
En los parlamentos se ha apelado a la fuerza de la calle y la debilidad de los partidos políticos. En Barcelona se llenó el Passeig Luís Companys, donde tomaron la palabra casi diez participantes. Se cayó de nuevo el independentismo mágico. ¿Precariedad laboral? La solución, la independencia. Falta de vivienda, la independencia. Crisis en el campo, independencia. Se deteriora el medioambiente, la independencia. Faltan recursos para la sanidad, la independencia. Se sacaron varias veces a colación los 22.000 millones de déficit fiscal, que no son reconocidos por la mayoría de los expertos.
Los gritos de "Puta Espanya" y las críticas al Rey sonaron casi a tópicos
Tras la manifestación, Xavier Antich, de Òmnium, aseguró que Illa presidía “un Govern españolista que se arrodilla ante Felipe VI, el Rey del 3 de octubre”, en referencia al discurso del Rey es día de 2017 pero culpó de ello a “las divisiones partidista”.
Llach fue más lejos. Como Antich, negó “la normalidad política de Cataluña” y les dijo a los asistentes “en Cataluña la normalidad sois vosotros” mientras los asistentes gritaban: “Puta Espanya, puta Espanya”.
El acto acabó agradeciendo la colaboración de los ocho convocantes y con los convocados pidiendo unidad. Una unidad que se ha mantenido solo en la convocatoria de la movilización.
El independentismo se declara oficialmente en crisis tras la manifestación de una convocatoria de la Diada del 11 de septiembre descentralizada para disimular una menor asistencia. Se ha pedido “unidad” como receta para salir de lo que se percibe como un callejón sin salida, en una jornada en la que se ha visto que sin la gasolina que proporcionaba la presidencia de la Generalitat, ahora en manos del socialista Salvador Illa, el fuego independentista, ha perdido mucho brío.
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