Carles Puigdemont acepta presidir Junts, pero evitará el cargo de jefe de la oposición

Carles Puigdemont acepta ser el nuevo presidente de Junts, según fuentes de esta formación. La decisión se confirmará en el próximo Congreso del partido que tendrá lugar los días 25, 26 y 27 de octubre, en Calella. En cambio, el expresidente catalán se resiste a ejercer de jefe de la oposición en el Parlament de Cataluña, cargo que sigue vacante, ya que el grupo parlamentario de JxCAT no lo reclama, pese a que le correspondería, según el Reglamento de la Cámara. Este puesto supone un suplemento salarial, coche oficial y una serie de reconocimientos protocolarios.

Por tanto, el Congreso de JxCAT, que se adelanta un mes al de ERC para intentar dar una imagen de que aglutina al grueso del independentismo, servirá sobre todo para formalizar lo que ya es un hecho: que Puigdemont controla la formación sin discusión ni oposición. En la práctica, si ERC celebra su Congreso para entronizar a Oriol Junqueras, Junts hace lo mismo en su formación. Un otoño para que los dos principales líderes del procés recuperen un protagonismo político a pesar de que la sociedad catalana ha cambiado mucho en siete años y está muy lejos del aventurerismo que desembocó en la Declaración Unilateral de Independencia. Las dudas sobre asumir la jefatura de la oposición en el Parlament hacen que este puesto vaya a estar vacante, al menos, hasta que se resuelva la cuestión de la amnistía de Puigdemont. Una anomalía, pero el Parlament no marca plazo para designar el cargo y si el primer grupo de la oposición no lo exige, pura y simplemente queda sin asignar de manera indefinida.

Al depender de la amnistía y de su complejo calendario, estaríamos hablando de más de nueve meses de vacío en esta posición, según han explicado fuentes legales conocedoras de los vericuetos jurídicos de la nueva ley. Puigdemont incluso podría renunciar al escaño en el Parlament una vez que se resuelva su caso por la ley de Amnistía. Pero para eso quedan muchos meses y, durante ese tiempo, un político como Puigdemont puede cambiar de opinión varias veces. En este momento se ve a sí mismo más como una especie de Xabier Arzalluz a la catalana, ejerciendo su poder político desde la presidencia del partido.

Por ahora, buena parte del futuro del Congreso de Junts sigue pasando también por el Parlament. El presidente de la Cámara catalana, Josep Rull, ha adelantado que no optará a presidir el Consell Nacional de Junts, el organismo que precisamente ha aprobado el reglamento del Congrés.

La renuncia de Rull al Consell Nacional de Junts ofrece una salida a Laura Borràs

Rull alega que así podrá ser una figura más neutral, cierto. Pero también es verdad que, de este modo, deja un cargo que pueda ocupar Laura Borràs, quien tendrá que dejar la presidencia de la formación para que la ocupe Puigdemont. Con la renuncia de Josep Rull, todo encaja.

Jordi Turull renovará como secretario general, reforzado después de haber acompañado a Puigdemont en su huida de España el pasado 8 de agosto.

Temas candentes

Además de fijar el hiperliderazgo de Puigdemont, otro de los temas candentes es cuántas personalidades de ERC harán acto de presencia en el evento como futuros independientes de los "juntaires". El Congreso aspira a tener un halo fundacional: romper con Convergència, el pasado, y abrazar un modelo similar al Scottish National Party de Escocia.

El número y sobre todo la calidad y el nivel de esos independientes marcarán buena parte del otoño político del independentismo, en el que hasta la CUP se está refundando.

Giro ideológico

La otra cuestión es el acomodo ideológico de la nueva posición de Junts. La ponencia estratégica refrendará la idea de tumbar los Presupuestos Generales del Estado este otoño en el Congreso. Pero más allá de eso, hay que definir hasta qué punto se está dispuesto a mantener a Pedro Sánchez en el poder y cómo ejercer la oposición en Cataluña, donde la formación será tentada por la voluntad pactista del nuevo presidente, Salvador Illa.

La ampliación del aeropuerto, a la que Illa da prioridad, será la primera tentación a la que tendrá que resistirse, o no, Junts. Sus principales aliados en la sociedad civil catalana, la patronal Foment del Treball, cuenta con este partido para adaptar a las necesidades del futuro una infraestructura clave para la economía catalana.