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La mano derecha de Puigdemont inicia una colecta para los mossos que le ayudaron a huir
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Alay abre una cuenta para recaudar

La mano derecha de Puigdemont inicia una colecta para los mossos que le ayudaron a huir

El entorno directo del presidente fugado abre una cuenta para pagar mensualmente a los agentes suspendidos por colaborar en la huida. Muchos independentistas reclaman a Junts que también contribuyan a la caja sus diputados

Foto: Puigdemont, en el acto de agosto en Barcelona. (Europa Press/David Zorrakino)
Puigdemont, en el acto de agosto en Barcelona. (Europa Press/David Zorrakino)
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La última fuga de Carles Puigdemont tras aparecer brevemente la jornada de la investidura de Salvador Illa como nuevo president aún trae cola. El independentismo más radical y cercano al fugado ha comenzado una campaña de recaudación de fondos para pagar un salario mensual a los dos mossos suspendidos de empleo y sueldo por ayudar a escapar a Puigdemont del Arco de Triunfo. Uno de ellos, Xavier Manso, es un activista al que se le había abierto expediente por filtrar información confidencial a Josep Lluís Alay, jefe de la Oficina de Carles Puigdemont y, por tanto, alto cargo del Govern. También era uno de los presuntos guardaespaldas de Puigdemont en Waterloo. El otro fue uno de los agentes detenidos junto a Puigdemont en Alemania en marzo de 2018.

"La cúpula política y policial de los Mossos d’Esquadra ha emprendido medidas de represalia contra los Mossos Xavier Manso y David Goicoechea, a los que ha suspendido de empleo y sueldo solo por haber participado en el acto de retorno del president Carles Puigdemont el jueves 8 de agosto", alertó Alay. Manso era, precisamente, el contacto de Alay dentro del Cuerpo, el agente que le facilitaba datos confidenciales: cuando Alay iba a viajar al extranjero, Manso accedía a las bases de datos nacionales o internacionales para conocer si había alguna orden de busca o detención que pudiera retener a la mano derecha de Puigdemont en algún aeropuerto.

Pero favor con favor se paga: "Hemos iniciado una campaña de solidaridad y apoyo porque mucha gente estamos a su lado y no los dejaremos atrás. Si queréis hacer una aportación económica para cubrir los meses que estarán sin sueldo, hacedlo en la cuenta bancaria abierta en nombre de los dos", decía Alay, facilitando en número de la cuenta en Caixabank.

Algunos exaltados seguidores de Alay le daban la razón. Había quien pedía que la cuenta se abriera a la Caixa d’Enginyers, "que no cedió a las presiones de cambiar su sede social". Otros pedían que fuese la secretaria general de ERC, Marta Rovira, quien pusiese 60.000 euros "que pagamos para su fianza, traidora".

Acusado de malos tratos

Curiosamente, los anuncios de petición de dinero no parten de la cúpula independentista, sino de sus estamentos más próximos. Carles Puigdemont, que ha gozado los últimos años de un abultado sueldo público en Europa, además de los fondos (opacos) del Consell de la República, ha mantenido un mutismo absoluto. También Lluís Llach, un hiperactivo dirigente en las redes sociales que no solo fue 'ministro' de Puigdemont en el Consell, sino que es presidente de la ANC (la organización que más se involucró en el espectáculo del 8 de agosto) se mantuvo en silencio para evitar reproches sobre cómo se gastaba el dinero en Waterloo.

Foto: El ministro de la Presidencia y de Justicia, Félix Bolaños. (EFE/Borja Sánchez-Trillo)

Pero la iniciativa ha tenido consecuencias inesperadas: la exmujer de uno de los policías denunció por redes sociales cómo la maltrataba y la engañaba con otras mujeres. No solo la hacía pagar todos los gastos "cuando yo cobraba una tercera parte que él", sino que la sometía a un estricto control y tenía con ella actitudes clásicas de maltratador. Tras relatar una serie de anécdotas, Mireia P. también reseña que el agente llegó a propinar un bofetón a una anterior pareja de tal manera que la tiró de la cama, y termina afirmando que tiene muchas más "historias", pero que el mosso en cuestión "es una mala persona".

Al margen de las consideraciones políticas y personales, la iniciativa económica ha caído como una bomba en determinados círculos. "¿Ya pidiendo dinero? Vividores", acusaba una internauta. Y otra, advertía: "Mirad en la Caja de Solidaridad, ha de haber el dinero de las fianzas". Pero la opacidad de las cuentas de la cúpula independentista es una losa difícil de sortear. De hecho, pese a las reiteradas promesas de transparencia, jamás ha habido rendición de cuentas por parte de Carles Puigdemont y de los suyos sobre cuánto dinero pasaba por sus cuentas o por las del Consell de la República. La opacidad de la realidad económica del independentismo extremista es tal que ni siquiera los suyos confían ya en sus gurús. "Ja, ja, ja. ¿Más dinero aún? Boye [abogado defensor de Puigdemont y, al parecer, quien defiende a los policías citados en sus expedientes] hará aún más caja".

"Que paguen los de Junts"

"Curioso que Carles Puigdemont no lo cite. ¿Colaborará él con los 10.000 euros mensuales que ha cobrado durante años? ¿Y Turull? ¿Y la Míriam Nogueras con los 113.500 anuales que cobra en España? ¿O pedís dinero a los pobres engañados que deben llegar con dificultad a fin de mes?", le recriminaba una conocida activista. Otra aseguraba: "Ya lo hice en su momento a la caja de solidaridad. No repetiré. Sugiero que los 35 diputados de Junts dediquen 300 euros cada uno de vuestro espléndido sueldo mensual (o ni siquiera del salario, tenéis de sobras con las dietas) y ya lo tendríais". Maria Dolors Bonafeu era más pragmática: "¿Quién controlará y gestionará la caja?", mientras otro internauta se apresuraba a concretar que "el nombre correcto es La Caja Oscura de Solidaridad".

Foto: Carles Puigdemont, en el acto de bienvenida en Barcelona antes de fugarse. (EFE)

Pero era Jordi Céspedes, un conocido exmilitante de la Intersindical, quien saltaba a la yugular de la colecta: "¿Dónde está la caja de resistencia ( …) El único frente autorrepresión suena a tomadura de pelo y a caja de unos pocos para pagarse las vacaciones". Ponía así, sobre la mesa, el estrambótico episodio de Toni Comin, que alquiló un velero en el verano de 2022 para realizar un crucero por el Mediterráneo junto a un grupo de amigos, uno de ellos Lluís Llach, actual presidente de la ANC, pagado subrepticiamente con fondos del Consell de la República.

La última fuga de Carles Puigdemont tras aparecer brevemente la jornada de la investidura de Salvador Illa como nuevo president aún trae cola. El independentismo más radical y cercano al fugado ha comenzado una campaña de recaudación de fondos para pagar un salario mensual a los dos mossos suspendidos de empleo y sueldo por ayudar a escapar a Puigdemont del Arco de Triunfo. Uno de ellos, Xavier Manso, es un activista al que se le había abierto expediente por filtrar información confidencial a Josep Lluís Alay, jefe de la Oficina de Carles Puigdemont y, por tanto, alto cargo del Govern. También era uno de los presuntos guardaespaldas de Puigdemont en Waterloo. El otro fue uno de los agentes detenidos junto a Puigdemont en Alemania en marzo de 2018.

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