Junts tumbará los presupuestos, pero quieren a Pedro Sánchez en coma y no muerto
La actual legislatura española no peligra por el profundo malestar en JxCAT al haber llegado Salvador Illa a la presidencia de la Generalitat. Pero se arrastrará de forma dolorosa
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La gran palanca de poder político que le queda a Junts son sus siete diputados en el Congreso. De ellos pende la frágil mayoría de Pedro Sánchez. La estrategia de la formación es tumbar los Presupuestos Generales del Estado, algo que en el PSOE ya dan por descontado. Pero no derribarán al Gobierno de Sánchez. La legislatura seguirá, en coma, pero seguirá. Porque desde Junts esperan que el Ejecutivo les siga ayudando a través de la Fiscalía, la Abogacía del Estado y el Tribunal Constitucional al cumplimiento definitivo de la ley de amnistía.
La ley de amnistía es lo que necesita Carles Puigdemont y es su principal prioridad. Tras su fuga del 8 de agosto en Barcelona, su margen de actuación se ha reducido muchísimo, tanto en el aspecto legal como incluso el físico Ya ni siquiera puede pisar Francia, por mucho que el partido haya especulado con que podría presentarse en su Congreso en Calella, previsto para los días 25, 26 y 27 de octubre.
Así que se prevé que el grupo parlamentario en el Congreso que encabeza Míriam Nogueras vote en contra de la mayoría de leyes que impulsen PSOE y Sumar. Será una legislatura en la que se legislará poco o nada. Pero Junts evitará muy mucho que el actual Gobierno pueda caer. La alternativa de un PP apoyado por Vox enterraría la amnistía de la que aún están pendientes unos 300 independentistas, entre ellos los principales líderes de 2017, incluyendo al propio Puigdemont.
Junts se ha quedado fuera de la Generalitat, es oposición en el Parlament y su poder institucional ha quedado relegado a presidir la Diputación de Girona y controlar el Ayuntamiento de Sant Cugat. Puigdemont y su última fuga rocambolesca ha puesto al partido en una posición de marginalidad. Por eso, ahora, lo más importante para JxCAT pasará en Madrid y no en Cataluña.
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Si hay algún acuerdo en el Congreso, dicen fuentes de JxCAT, será en algún área que pueda reportar beneficios políticos a la formación. Eso apunta al tema de la inmigración, el cual ha sido enfocado por los de Jordi Turull como un área prioritaria de actuación para que su partido deje de perder votos en favor de la nueva ultraderecha independentista de Aliança Catalana.
El secretario general de JxCAT, Jordi Turull, ya anunció en enero de este año que habían pactado que Cataluña tuviese “la delegación de las competencias en inmigración”. Hace ocho meses y no se sabe nada de los efectos de aquel pacto. Mientras, España está sumida en una crisis migratoria sin precedentes, cuyos coletazos están llegando a Cataluña. En Tossa de Mar, su alcalde Martí Pujals (Junts) ya se ha manifestado en contra de acoger a 200 refugiados de Mali con excusas como que “afectará al final de la temporada turística”.
Negociaciones sobreactuadas
Así que, por un lado, se espera que Junts y sus siete diputados torpedeen el grueso de las iniciativas legales que promuevan los partidos de la coalición de Gobierno. Pero para Sánchez tampoco supondrá mayor problema porque buena parte de esas iniciativas provienen de Sumar –derogación de las leyes de privatización sanitaria, ley para frenar la actividad de empresas españolas en territorios ocupados de Palestina, anulación de la ley mordaza– y el PSOE tampoco está muy interesado en este tipo de iniciativas.
Para los pocos pactos que se esperan habrá mucha sobreactuación en la Cámara
Por otro, en aquellos casos en que Junts intente llegar a un acuerdo por propio interés, se dilatará la negociación de manera dramática, exagerando la importancia de su rol, como hicieron con la ley de amnistía. Un mes más de negociación que en teoría iba a blindar la ley de amnistía para evitar que los jueces retrasasen su aplicación. El resultado está a la vista.
En Waterloo ha sentado especialmente mal que Salvador Illa llegue a la presidencia de la Generalitat. Y se le quiere hacer pagar a Pedro Sánchez lo que esta formación independentista considera como una traición. Illa president es la prueba de que el puigdemontismo en este momento no puede ir más allá de sus espectaculares "performances". La negativa incluirá incluso que se cambie la LOFCA para poder dar luz verde a la nueva financiación denominada "singular" y que incluye un cupo para Cataluña, que el PSOE ha pactado solo con ERC.
El lado bueno de las cosas
El principal revés para el Ejecutivo español reside en tener que prorrogar los Presupuestos Generales del Estado por segunda vez consecutiva, y la mala imagen que eso traslada de España en Europa, según reconocen fuentes del PSOE. Pero Sánchez siempre ve el vaso medio lleno. Un presupuesto nuevo debería ser restrictivo, para cumplir las nuevas normas fiscales europeas. La negativa de Junts en el fondo le da barra libre para seguir gastando al margen de los límites que impone Bruselas.
La gran palanca de poder político que le queda a Junts son sus siete diputados en el Congreso. De ellos pende la frágil mayoría de Pedro Sánchez. La estrategia de la formación es tumbar los Presupuestos Generales del Estado, algo que en el PSOE ya dan por descontado. Pero no derribarán al Gobierno de Sánchez. La legislatura seguirá, en coma, pero seguirá. Porque desde Junts esperan que el Ejecutivo les siga ayudando a través de la Fiscalía, la Abogacía del Estado y el Tribunal Constitucional al cumplimiento definitivo de la ley de amnistía.