Salvador Illa define un nuevo catalanismo tecnocrático y pactista ante la presión de Junts
Pactos, gobierno técnico y una visión integradora pensando en todos los catalanes. Illa ha definido el nuevo catalanismo pese a que desde JxCAT optaron por una crítica exacerbada
Los 28 días que han gobernado Salvador Illa le han bastado al presidente del grupo parlamentario de JxCAT, Albert Batet para crucificar al nuevo presidente de la Generalitat: “Usted ha preferido irse de vacaciones con Pedro Sánchez a Lanzarote para recibir instrucciones que venir a este Parlament a dar explicaciones”. Batet salió en tromba. Pero Salvador Illa en su primera comparecencia siguió ofreciéndoles pactos a Junts. En esencia, el nuevo presidente se dedicó a definir un nuevo patriotismo catalán: tecnocrático, integrados y volcado en forjar pactos. Catalanismo marca PSC.
El duelo Batet-Illa fue lo más interesante de la jornada, pero de fondo quedó una Illa patriota “lo primero, Cataluña”, centrado en los objetivos de gobierno y centrado en cerrar acuerdos con todos los grupos parlamentarios, incluyendo al PP y a JxCAT, que hicieron durante la sesión los dos discursos más beligerantes. Illa quiere un autogobierno fuerte pero “dentro de nuestras competencias”. No buscará el choque con el Gobierno español de manera sistemática, como hacía Aragonès con cualquier cuestión, ya fuesen los alquileres o las ayudas al mínimo vital. Sólo eso ya supone un cambio clave.
Batet no fue al fondo, sus críticas fueron duras, pero no cuestionaron los puntos clave. El presidente del grupo parlamentario de Junts puso el acento en cuestiones superficiales, como la dimisión de la pareja de la consellera de Territori, Silvia Paneque, Alfons Jiménez, quien tuvo que dimitir como jefe de gabinete. O un tuit del nuevo secretario de Asuntos Económicos Francesc Trilla, en el que bromeaba hace años sobre crear una reserva Amish para los independentistas. A Batet le ha molestado casi todo de estos 28 días: incluyendo la bandera española en el Palau de la Generalitat o las reuniones con ministros del Gobierno español.
Albert Batet no entró en el fondo: el acuerdo para el cambio del sistema de financiación autonómica, que fue como defendido por Illa reconociendo que "sé que costará, pero se cumplirá. No alimentaremos y no contribuiremos a los que quieren sólo ruido. Y Cataluña es solidaria. No sólo en materia de financiación sino en otros ámbitos. Siempre lo ha estado. Cataluña quiere seguir siendo solidaria y mi Govern seguirá defendiendo una Cataluña solidaria con el resto de territorios de España".
Illa contestó a Batet con un tono moderado, pero firme: “Ustedes querían unas nuevas elecciones en Cataluña y querían bloqueo y me habla usted de trabajo, después de haber roto un gobierno con una mayoría independentista. Me tomo en serio sus críticas pero las relativizo”.
Mirar hacia delante
“Hay que aceptar lo que se decidió el 12 de mayo. Me gustaría que hablásemos de buenas y malas políticas y no que hablemos de buenos y malos catalanes. Todos somos catalanes. Y miremos hacia delante. Si hay una ley de amnistía, ponga eso al lado de otras afirmaciones que usted ha hecho. Y si ustedes tienen un grupo parlamentario en Madrid es por los votos de mi partido”.
Por último, Illa le aseguró a Batet que todo lo que le pedía él al nuevo Govern, él se lo pediría al representante de la oposición: “porque algunos quisieron hablar de ética hace 40 años y así estamos ahora", en una alusión al pujolismo y a CDC como germen de Junts.
El aeropuerto de El Prat se ha mostrado como punto de fricción entre ERC y el PSC
Marta Vilalta de ERC sí que advirtió contra el alargamiento de la pista del aeropuerto, loa cual fue saboteada sistemáticamente por el Ejecutivo de ERC cuando lo presidía Pere Aragonès. “Si busca mayorías alternativas a lo mejor se queda sin mayorías”, le advirtió Vilalta.
Vilalta criticó el “gobierno técnico”, que proponía Illa, que fue lo que defendió el nuevo president sobre la ampliación de El Prat, que se activaba un comisión que en su día creó Aragonès, y que se buscará el apoyo de los socios de investidura, para luego ampliarlo a otros grupos.
Críticas de Alejandro Fernández
“Les van a faltar afiliados para tanta gente”, ha criticado Alejandro Fernández del PP criticando la cantidad de nuevas conselleria e instituciones que ha creado la Generalitat y que ha resumido así: “Sánchez ha trasladado el procés al resto de España y Salvador Illa ha exportado el sanchismo a Cataluña”.
Pero la crítica más dura de Alejandro Fernández, que ha criticado la ampliación de fondos para educación “porque si metes 8 millones o mil para mejorar en matemáticas no servirá para nada si luego se puede pasar de curso si no apruebas todas las asignaturas”. Fernández ha pedido que la educación vuelva a la cultura del esfuerzo. Fernández. “Lo que prometen a los jóvenes es un futuro de mediocridad donde la mejor perspectiva será que los coloque el PSC”.
Cuando Fernández acusó a Illa de comprar íntegro el programa de gobierno de ERC, Illa le replicó que “si alguna cosa soy, soy catalanista. Pero un día les invitaré a comer a usted y Albert Batet para escuchar atentamente y me digan lo que soy”. De nuevo, tender la mano, llegar a acuerdos en los que ambas partes ceden como principio de la nueva era política que se abre en Cataluña.
Los 28 días que han gobernado Salvador Illa le han bastado al presidente del grupo parlamentario de JxCAT, Albert Batet para crucificar al nuevo presidente de la Generalitat: “Usted ha preferido irse de vacaciones con Pedro Sánchez a Lanzarote para recibir instrucciones que venir a este Parlament a dar explicaciones”. Batet salió en tromba. Pero Salvador Illa en su primera comparecencia siguió ofreciéndoles pactos a Junts. En esencia, el nuevo presidente se dedicó a definir un nuevo patriotismo catalán: tecnocrático, integrados y volcado en forjar pactos. Catalanismo marca PSC.
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